sábado, 1 de octubre de 2011

IV. MANUEL SIUROT RODRÍGUEZ


Oración: (con licencia eclesiástica, para uso privado):
Señor y Padre nuestro, te damos gracias por el ejemplo de vida evangélica que nos ha dejado tu hijo Manuel Siurot Rodríguez, quien se consagró por eterno, como laico, al servicio de la educación cristiana de los más pobres y renunció a toda posición y bienestar social por el servicio apostólico a la Iglesia.
Te pedimos, pues, que, gozando ya de tu presencia, sea declarado modelo de virtud y santidad para tu pueblo y, de manera especial, para los educadores laicos cristianos.
Concédenos, por ello, la gracia de alcanzar, por su mediación, cuantas invocaciones y súplicas te dirijamos a Ti, que con tu Hijo y Espíritu vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen. 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 




Vida:

Este hijo ilustre, de nuestra parroquia, nació en La Palma del Condado, el día 1º de diciembre del año 1.872, siendo sus padres José Siurot Ruiz y Lutgarda Rodríguez Caro.

En 1.881, su familia cambia de residencia, por motivos profesionales, estableciéndose en Gibraleón, en cuya población permanecen durante seis años, trasladándose a nuestra ciudad en 1.887, donde realiza los estudios de bachillerato.

Una vez culminado los mismos, inicia los de Derecho, en la Universidad Literaria de Sevilla y alcanzada la licenciatura, ejerce como abogado en Huelva, contrayendo matrimonio con Manuela Mora Claros, obteniendo como fruto del mismo una hija, Antonia y después de ejercer la abogacía, durante diez años, en 1.910, cambia su profesión por la de maestro de niños pobres, colaborando en las Escuelas del Sagrado Corazón de Jesús, que fundara el Vicario de la parroquia de San Pedro, don Manuel González García, quién al ser nombrado Obispo de Málaga, en 1.916, Siurot asume la responsabilidad de las mismas.

En 1.919, funda el Internado Gratuito de Maestros, hasta 1.934, en donde se imparte la enseñanza de magisterio a jóvenes, que no disponían de medios económicos, dotándoles de una formación, que constituye una gran renovación de la escuela moderna.

Siurot, fue entre otras muchas cosas, abogado, magistrado suplente, diputado de la Asamblea Nacional, escritor, periodista, obteniendo el Premio Mariano de Cavia, en 1.926, por su artículo "El Triunfo de las Carabelas".

Abandonó sus carreras jurídica y política, para dedicarse por entero a la educación de niños pobres. y después del desvalijamiento de sus escuelas, en aquellos días aciagos del año 1.936, al ver derrumabado, el mayor de sus amores, decepcionado de la vida, se trasladó a Sevilla, donde falleció el día 27 de febrero de 1.940. siendo sepultado en la parroquia del Corpus Christi, de la capital hispalense, y años más tarde, sus restos fueron trasladados a su ciudad natal La Palma del Condado (28.06.1997), donde reposan en la actualidad en la Capilla Bautismal, de la iglesia parroquial de San Juan Bautista.


Para cualquier información o comunicación de favores recibidos de Dios por mediación de Manuel Siurot Rodríguez, pueden dirigirse a:

Obispado de Huelva
Dirección: Avda. Manuel Siurot 31, 21002 HUELVA (España)
Teléfono: 959 25 21 00
Fax: 959 54 06 39

Parroquia de La Palma del Condado
Plaza de España, 1
21700 La Palma del Condado.

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III. PADRE LUIS GORDILLO Y DÍAZ


Son las cuatro de la madrugada del 15 al 16 de agosto de 1930. La Virgen del Valle acaba de terminar su recorrido por las calles de La Palma en el tradicional “Rosario de doce”, en el que se han derramado las cincuenta Avemarías, entre resplandores de bengalas y estallido de cohetes. No muy lejanos quedan los tiempos en que, en todas las esquinas del itinerario, ardían las aromáticas “cazuelas” repletas de resinosas ramas traídas de los abundantes pinares del término. En el porche, de cara a su pueblo, está la Virgen, bellísima, que, con sus hermosos ojos, parece que mira con misericordia a cada uno de sus hijos. 
Va a dar comienzo la tradicional Misa de campaña y el pueblo, respetuoso y devoto, se apiña en la plaza y sus alrededores. El Celebrante este año es un sacerdote joven, esbelto, de figura prócer y elegante. Su fisonomía abierta e inteligente indica la nobleza de su interior. Se hacen verdad las palabras afinas de la Misa pre-conciliar: “Introito ad altare Dei; ad Deum qui laetificat juventutem mean” me acercaré al altar de Dios al Dios que me alegra mi juventud-. Al terminar el Santo Sacrificio todos esperan expectantes el fervorín o pláctica con que, tradicionalmente, se concluye este rito, pronunciado cada año por un sacerdote palmerino. Este honor corresponde hoy al Padre Luis Gordillo y Díaz, S.J., que hace menos de un mes, el 31 de julio, celebraba su primera Misa.                   
He comenzado con las palabras del libro de Judit, capítulo 15: “Tú eres la gloria de Jerusalén, Tú la alegría de Israel, Tú la honra de nuestro pueblo” y continúa con una vibrante letanía de alabanzas y súplicas en sencillo diálogo con la Virgen y sus hijos de La Palma.
 Nada hacía presagiar en aquella radiante madrugada que, seis años más tarde, aquel joven, consagrado y ungido por el sacerdocio iba a ser sacrificado a causa de este mismo carisma sacerdotal. Los que sabemos de su santa vida y de su martirio, queremos que estos lleguen al conocimiento de sus paisanos, a los que tanto recordaba en sus admirables cartas y encomendaba siempre al Señor y a la Virgen. A mi me ha tocado esta honrosa tarea y voy a tratar de hacerlo en este modesto artículo, con el auxilio de la Virgen del Valle, a modo de suscinta biografía, con la seguridad de que más adelante, personas cualificadas se ocuparán de profundizar en su vida ejemplar.

El Padre Luis Gordillo y Díaz, nació en La Palma del Condado, el 21 de diciembre de 1898, hijo de Don Juan Gordillo Villalón y de Doña Belén Días Rañón. Estudió en el colegio “San Luis Gonzaga” de los Padres Jesuitas, en El Puerto de Santa María, desde los 11 años (1909-1915) con brillantísimas notas. Un año después de salir del colegio, con 18 años recién cumplidos, ingresó en el Noviciado de la Compañía de Jesús en Granada, el 12 de enero de 1916. , allí estudio Humanidades, Retórica y Filosofía. En los años 1924 al 27, Magisterio en el Colegio San Estanislao de Málaga y desde 1928 al 30, Teología en el Teologazo Colegio Máximo San Francisco Javier en Oña (Burgos). Allí recibió las Sagradas Ordenes y celebró su primera Misa el 31 de agosto de 1930, día de San Ignacio de Loyola. Y ya en el año 1933 finaliza también la licenciatura en Ciencias Físico-Naturales en la Universidad de Sevilla.
Por la actitud antirreligiosa y anticlerical existente aquellos años en España, muchos religiosos tenían que hacer sus estudios, noviciados y probaciones en el extranjero, y el Padre Luis Gordillo, después de hacer un mes de Ejercicios Espirituales en Manresa, marchó a Toumai (Bélgica) para hacer la tercera probación de regla de la Compañía de Jesús. Allí estuvo durante un curso, volviendo a España en septiembre de 1932.
En el año 1934, primero del llamado “bienio negro” fue nombrado Rector del colegio “San Estanislao” del Palo en Málaga, que estaba clausurado, como todos los de los Jesuitas éstos impartían enseñanza en una academia que figuraba como “Sociedad Anónima de Enseñanza Libre”, llamada oficialmente “Colegio Pedro de Mena”; allí ejerció de Rector el Padre Luis Gordillo dando además clases de Física y Psicología. Los Jesuitas en Málaga eran una pequeña comunidad de Padres y Hermanos, vivían clandestinamente en pisos, aunque ejerciendo públicamente su apostolado. Con la situación cada vez más revuelta, el Padre Gordillo, ante el natural deseo de la familia de que marche fuera de España, escribe a su madre en marzo de 1936: “Pongámonos en manos de Dios y no se apure Vd. por no irme al extranjero que mejor es quedarnos aquí haciendo el bien que se pueda a los demás, y Dios cuidará de nosotros...”
Acosados y perseguidos, vestidos de seglar, la situación de los Padres se hizo cada vez más insostenible y después de registros, detenciones e interrogatorios tuvieron que disolverse tratando de buscar cada uno un asilo seguro. De los nueve que se separaron, seis fueron asesinados y sólo tres supervivientes. El Padre Luis Gordillo y un Hermano, fueron sorprendidos por una patrulla. El, con gran valentía les habló a sus componentes con energía, quedando claro que era sacerdote. Ya quedó marcado y señalado para el sacrificio y en el camino del Colmenar, el 23 de julio de 1936, junto con un sacerdote secular, fue asesinado alcanzando la palma del martirio a los 38 años.
Ahora, la Iglesia y la Compañía de Jesús quieren reconocer sus sacrificio y el de sus compañeros, y la Diócesis de Málaga ha iniciado la instrucción previa al proceso de Beatificación de los once Mártires Jesuitas de Andalucía.
Damos gracias a Dios y nos sentimos orgullosos por el testimonio de santidad de vida y heroísmo en el martirio de este hijo preclaro de La Palma, y encomendándonos a su intercesión, terminamos, como él terminó el fervorín, aquel 15 de agosto, invocando a nuestra Excelsa Virgen: “¡Madre mía! Todos te reconocemos por nuestra Reina y Patrona, te invocamos con la fe y amor con que te invocaron nuestros padres, queremos que el amor a Vos y a vuestro Hijo sea el centro de nuestros amores. Y en testimonio de ello unimos nuestras voces y te aclamamos con toda nuestra alma ¡que viva Nuestra Señora, la Santísima Virgen del Valle!”.

Mª LOURDES A. MORGADO.
(Publicado en la Revistas de Fiestas Patronales, Agosto de 2.006)

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II. NUESTRA SEÑORA DEL VALLE


Fiesta:
15 de agosto - Asunción de la Virgen María
 
Oraciones:

ORACIÓN I
Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

ORACIÓN II
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!
V.Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R.Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oración
Omnipotente y sempiterno Dios, que con la cooperación del Espíritu Santo, preparaste el cuerpo y el alma de la gloriosa Virgen y Madre María para que fuese merecedora de ser digna morada de tu Hijo; concédenos que, pues celebramos con alegría su conmemoración, por su piadosa intercesión seamos liberados de los males presentes y de la muerte eterna. Por el mismo Cristo nuestro Señor.
R.Amén

Historia:
Sobre la existencia cronológica de la devoción a Nuestra Señora del Valle, es probablemente introducida en la repoblación castellana de la baja Andalucía, no obstante la referencia documental más antigua nos dirige a 1.545, fecha en que se testan últimas voluntades como mandas pías o limosnas para el mantenimiento del culto a la Virgen, imagen presumiblemente de caracteres góticos con la inscripción "Salus Infirmorum"; venerada en la ya documentada Iglesia del Valle.
Con el brote de la peste bubónica, en 1650, es probable que se elevara el Voto del 15 de agosto, a la Virgen en momentos de fuertes brotes: en 1.738 y 1.744; el cólera asiático en 1.833-1.834, que alcanzó cotas muy crueles, información perfectamente recogida en documentación depositada en el Archivo Municipal; igual ocurre con la de 1.854­-1.855, que actuó de forma más intensa, provocando incluso el vacío municipal y jurídico, y el éxodo al campo de numerosa población. Por este motivo, el 15 de Agosto de 1.855, se confirma la promulgación del Primer Voto, acordado por el Cabildo Civil de la villa y el Cabildo Eclesiástico, de Salida a la Santísima Virgen, a la que el pueblo imploró como Divina Protectora, después de realizar la erradicación milagrosa de la enfermedad a su paso.
La imagen de talla, objeto de esta veneración por los habitantes de La Palma, fue sustituida para el culto en 1.820. Conocida y denominada popularmente como la morenita, bajo el amparo, patrocinio y mantenimiento de la Familia Díaz de la Mora. Fue destruida en julio de 1.936, pero ello no fue impedimento para que la devoción popular dispusiera pronto de una nueva imagen de la Patrona que realizó el escultor Sebastián. Santos Rojas por encargo de D. Ignacio de Cepeda, Vizconde de La Palma. El 25 de Octubre de 1.936, hacía entrada en la ciudad conservando de la antigua imagen la cabeza del Niño Jesús que la acompañaba.
Así es como La Palma desde entonces venera como su principal Patrona a Nuestra Señora del Valle, lo cual, en el año 1.999, fue ratificado y aumentado con d Patronazgo Canónico otorgado por la Santa Sede, durante el Pontificado de su Santidad Juan Pablo II.
Anteriormente, en 1997 le fue otorgada la Medalla de Oro de la Ciudad. Y en 2.005, el Ayuntamiento, heredero de aquel Cabildo Civil, ha distinguido con el Título de Alcaldesa Perpetua de la Ciudad a la venerada Imagen de Nuestra Señora del Valle.
En 23 de octubre 2011 fue coronada canonicamente por SR. OBISPO DE HUELVA D. JOSÉ VILAPLANA.

Ntra. Sra. del Valle es una talla de candelero para vestir, realizada por D. Sebastián Santos Rojas en el año 1936. Posee pestañas postizas y ojos de cristal, siendo el candelero de madera de cedro y el busto y manos de ciprés. Mide 1,58 metros de altura y tiene policromada la cabeza y las manos.
Esta imagen de estilo Neobarroco, esta realizada siguiendo el modelo de la anterior talla perdida en los tristes sucesos de la Guerra Civil Española, en el verano de 1936. La Virgen de facciones dulcificadas, porta al Niño Jesús en su brazo derecho, mientras en la mano izquierda lleva el cetro, símbolizando su bendita realeza. Ntra. Sra. del Valle se presenta con los atributos apocalípticos, según la visión de San Juan: "una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas" (Ap 12, 1).
El Niño de la Stma. Virgen es una imagen de talla completa, con ojos de cristal y está policromada la totalidad de su superficie. La cabeza del Niño es de autoría anónima, salvada del incendio bélico, posiblemente cercana al círculo del escultor D. Juan de Astorga pudiendo fecharse en el siglo XIX. El cuerpo es obra de D. Sebastián Santos de 1936. El Niño se presenta bendiciendo con la mano izquierda y portando en la derecha el globo terraqueo, símbolo de su omnipotencia.























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I. SAN JUAN BAUTISTA


Fiestas
 
La Natividad de San Juan: 24 de junio 
La voz del que clama en el desierto

Martirio de San Juan: 29 de agosto
Precursor del nacimiento y de la muerte de Cristo.






Oraciones:
ORACIÓN I
Gloriosísimo San Juan Bautista, por el amor ardiente que tuviste al Niño Jesús y por la santísima dulzura que infundió en tu corazón con sus halagos; por aquellos privilegios que te concedió para hacer tantos milagros a favor de tus devotos, te suplico te dignes favorecerme en todas mis necesidades con tu eficaz patrocinio y en particular te ruego me alcances la gracia que te pido en este día.
¡Oh, glorioso San Juan Bautista, muévete a piedad de esta alma acongojada, que en ti puso sus esperanzas; líbrala, te ruego, de sus miserias. ¡Oh, santo de los milagros!, alivia la congoja de mi corazón, y haz que yo viva aquí como verdadero amante de mi Jesús para poder gozar de Él en el Cielo. Amén.


ORACIÓN II
Sagrado precursor de Cristo, que santificado en el vientre de vuestra madre, fuiste la admiración del mundo en el ejercicio de las virtudes y en los privilegios con que te enriqueció Dios. Ángel en la castidad, apóstol en el celo y predicación, y mártir en la constancia con que por reprender al incestuoso Herodes ofrecisteis la cabeza al cuchillo, y en las luces sobrenaturales de que te dotó el cielo, profeta del que llegó a decir el mismo Cristo: "Entre los nacidos de las mujeres ninguno mayor que Juan Bautista"; suplica al Señor que:
por tu penitencia me haga mortificado,
por tu soledad, recogido,
por tu silencio, callado,
casto por tu virginidad,
espiritual por tu contemplación,
e invencible a mis pasiones por la victoria que tu alcanzaste de tus enemigos, para que logre verte en la patria eterna. Amén.

Vida:
Este es el único santo al cual se le celebra la fiesta el día de su nacimiento.
San Juan Bautista nació seis meses antes de Jesucristo (el 24 de diciembre - estaremos celebrando el nacimiento de nuestro Redentor, Jesús).
El capítulo primero del evangelio de San Lucas nos cuenta de la siguiente manera el nacimiento de Juan: Zacarías era un sacerdote judío que estaba casado con Santa Isabel, y no tenían hijos porque ella era estéril. Siendo ya viejos, un día cuando estaba él en el Templo, se le apareció un ángel de pie a la derecha del altar.
Al verlo se asustó, mas el ángel le dijo: "No tengas miedo, Zacarías; pues vengo a decirte que tú verás al Mesías, y que tu mujer va a tener un hijo, que será su precursor, a quien pondrás por nombre Juan. No beberá vino ni cosa que pueda embriagar y ya desde el vientre de su madre será lleno del Espíritu Santo, y convertirá a muchos para Dios".
Pero Zacarías respondió al ángel: "¿Cómo podré asegurarme que eso es verdad, pues mi mujer ya es vieja y yo también?".
El ángel le dijo: "Yo soy Gabriel, que asisto al trono de Dios, de quien he sido enviado a traerte esta nueva. Mas por cuanto tú no has dado crédito a mis palabras, quedarás mudo y no volverás a hablar hasta que todo esto se cumpla".
Seis meses después, el mismo ángel se apareció a la Santísima Virgen comunicándole que iba a ser Madre del Hijo de Dios, y también le dio la noticia del embarazo de su prima Isabel.
Llena de gozo corrió a ponerse a disposición de su prima para ayudarle en aquellos momentos. Y habiendo entrado en su casa la saludó. En aquel momento, el niño Juan saltó de alegría en el vientre de su madre, porque acababa de recibir la gracia del Espíritu Santo al contacto del Hijo de Dios que estaba en el vientre de la Virgen.
También Santa Isabel se sintió llena del Espíritu Santo y, con espíritu profético, exclamó: "Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. ¿De dónde me viene a mí tanta dicha de que la Madre de mi Señor venga a verme? Pues en ese instante que la voz de tu salutación llegó a mis oídos, la criatura que hay en mi vientre se puso a dar saltos de júbilo. ¡Oh, bienaventurada eres Tú que has creído! Porque sin falta se cumplirán todas las cosas que se te han dicho de parte del Señor". Y permaneció la Virgen en casa de su prima aproximadamente tres meses; hasta que nació San Juan.
De la infancia de San Juan nada sabemos. Tal vez, siendo aún un muchacho y huérfano de padres, huyó al desierto lleno del Espíritu de Dios porque el contacto con la naturaleza le acercaba más a Dios. Vivió toda su juventud dedicado nada más a la penitencia y a la oración.
Como vestido sólo llevaba una piel de camello, y como alimento, aquello que la Providencia pusiera a su alcance: frutas silvestres, raíces, y principalmente langostas y miel silvestre. Solamente le preocupaba el Reino de Dios.
Cuando Juan tenía más o menos treinta años, se fue a la ribera del Jordán, conducido por el Espíritu Santo, para predicar un bautismo de penitencia.
Juan no conocía a Jesús; pero el Espíritu Santo le dijo que le vería en el Jordán, y le dio esta señal para que lo reconociera: "Aquel sobre quien vieres que me poso en forma de paloma, Ese es".
Habiendo llegado al Jordán, se puso a predicar a las gentes diciéndoles: Haced frutos dignos de penitencia y no estéis confiados diciendo: Tenemos por padre a Abraham, porque yo os aseguro que Dios es capaz de hacer nacer de estas piedras hijos de Abraham. Mirad que ya está el hacha puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto, será cortado y arrojado al fuego".
Y las gentes le preguntaron: "¿Qué es lo que debemos hacer?". Y contestaba: "El que tenga dos túnicas que reparta con quien no tenga ninguna; y el que tenga alimentos que haga lo mismo"…
"Yo a la verdad os bautizo con agua para moveros a la penitencia; pero el que ha de venir después de mí es más poderoso que yo, y yo no soy digno ni siquiera de soltar la correa de sus sandalias. El es el que ha de bautizaros en el Espíritu Santo…"
Los judíos empezaron a sospechar si el era el Cristo que tenía que venir y enviaron a unos sacerdotes a preguntarle "¿Tu quién eres?" El confesó claramente: "Yo no soy el Cristo" Insistieron: "¿Pues cómo bautizas?" Respondió Juan, diciendo: "Yo bautizo con agua, pero en medio de vosotros está Uno a quien vosotros no conocéis. El es el que ha de venir después de mí…"
Por este tiempo vino Jesús de Galilea al Jordán en busca de Juan para ser bautizado. Juan se resistía a ello diciendo: "¡Yo debo ser bautizado por Ti y Tú vienes a mí! A lo cual respondió Jesús, diciendo: "Déjame hacer esto ahora, así es como conviene que nosotros cumplamos toda justicia". Entonces Juan condescendió con El.
Habiendo sido bautizado Jesús, al momento de salir del agua, y mientras hacía oración, se abrieron los cielos y se vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y permaneció sobre El. Y en aquel momento se oyó una voz del cielo que decía: "Este es mi Hijo muy amado, en quien tengo todas mis complacencias".
Al día siguiente vio Juan a Jesús que venía a su encuentro, y al verlo dijo a los que estaban con él: "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquél de quien yo os dije: Detrás de mí vendrá un varón, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo".
Entonces Juan atestiguó, diciendo: "He visto al Espíritu en forma de paloma descender del cielo y posarse sobre El. Yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: Aquél sobre quien vieres que baja el Espíritu Santo y posa sobre El, ése es el que ha de bautizar con el Espíritu Santo. Yo lo he visto, y por eso doy testimonio de que El es el Hijo de Dios".
Herodías era la mujer de Filipo, hermano de Herodes. Herodías se divorció de su esposo y se casó con Herodes, y entonces Juan fue con él y le recriminó diciendo: "No te es lícito tener por mujer a la que es de tu hermano"; y le echaba en cara las cosas malas que había hecho.
Entonces Herodes, instigado por la adúltera, mandó gente hasta el Jordán para traerlo preso, queriendo matarle, mas no se atrevió sabiendo que era hombre justo y santo, y le protegía, pues estaba muy perplejo y preocupado por lo que le decía.
Herodías le odiaba a muerte y sólo deseaba encontrar la ocasión de quitarlo de en medio, pues tal vez temía que a Herodes le remordiera la conciencia y la despidiera siguiendo el consejo de Juan.
Sin comprenderlo, ella iba a ser la ocasión del primer mártir que murió en defensa de la indisolubilidad del matrimonio y en contra del divorcio.
Estando Juan en la cárcel y viendo que algunos de sus discípulos tenían dudas respecto a Jesús, los mandó a El para que El mismo los fortaleciera en la fe.
Llegando donde El estaba, le preguntaron diciendo: "Juan el Bautista nos ha enviado a Ti a preguntarte si eres Tú el que tenía que venir, o esperamos a otro".
En aquel momento curó Jesús a muchos enfermos. Y, respondiendo, les dijo: "Id y contad a Juan las cosas que habéis visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio…"
Así que fueron los discípulos de Juan, empezó Jesús a decir: "¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Alguna caña sacudida por el viento? o ¿Qué salisteis a ver? ¿Algún profeta? Si, ciertamente, Yo os lo aseguro; y más que un profeta. Pues de El es de quien está escrito: Mira que yo te envío mi mensajero delante de Ti para que te prepare el camino. Por tanto os digo: Entre los nacidos de mujer, nadie ha sido mayor que Juan el Bautista…"
Llegó el cumpleaños de Herodes y celebró un gran banquete, invitando a muchos personajes importantes. Y al final del banquete entró la hija de Herodías y bailó en presencia de todos, de forma que agradó mucho a los invitados y principalmente al propio Herodes.
Entonces el rey juró a la muchacha: "Pídeme lo que quieras y te lo daré, aunque sea la mitad de mi reino".
Ella salió fuera y preguntó a su madre: "¿Qué le pediré?" La adúltera, que vio la ocasión de conseguir al rey lo que tanto ansiaba, le contestó: "Pídele la cabeza de Juan el Bautista". La muchacha entró de nuevo y en seguida dijo al rey: "Quiero que me des ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista".
Entonces se dio cuenta el rey de su error, y se pudo muy triste porque temía matar al Bautista; pero a causa del juramento, no quiso desairarla, y, llamando a su guardia personal, ordenó que fuesen a la cárcel, lo decapitasen y le entregaran a la muchacha la cabeza de Juan en la forma que ella lo había solicitado.



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