lunes, 26 de diciembre de 2011

PARTES DE LA SANTA MISA

Es muy importante conocer las partes de la misa para vivirla como Dios quiere.
Las indicaciones que siguen corresponden a la Ordenación del Misal Romano. Las letras indican la posición que deben asumir los fieles ( P: parados; S: sentados; R: arrodillados)




1. RITOS INICIALES

Entrada (P)
Mientras entra el sacerdote comienza el canto de entrada. El fin de este canto es abrir la celebración, fomentar la unión de quienes se han reunido y elevar sus pensamientos a la contemplación del misterio litúrgico o de la fiesta.
Saludo al altar y pueblo congregado(P)
Cuando llega, el sacerdote besa el altar. Terminando el canto de entrada, el sacerdote y la asamblea hacen la señal de la cruz . A continuación el sacerdote, por medio del saludo, manifiesta a la asamblea reunida la presencia del Señor.
Terminado el saludo, el sacerdote o el monitor puede hacer a los fieles una brevísima introducción sobre la misa del día.
Después el sacerdote invita al Acto penitencial, que se realiza cuando toda la comunidad hace su confesión general termina con la conclusión del sacerdote.
Señor, ten piedad(P)
Después del acto penitencial, se empieza el “Señor, ten piedad”, a no ser que éste haya formado ya parte del mismo acto penitencial. Si no se canta el “Señor, ten piedad”, al menos se recita.
Gloria (P)
Este es un antiquísimo y venerable himno con que la iglesia, congregada en el Espíritu Santo, glorifica a Dios Padre y al Cordero , y le presenta sus súplicas. Si no se canta, al menos lo han de recitar todos, o juntos o alternadamente.
Oración colecta (P)
El sacerdote invita al pueblo a orar; y todos, a una con el sacerdote, permanecen un rato en silencio. Luego, el sacerdote lee la oración que expresa la índole de la celebración; el pueblo la hace suya diciendo amen.

PRIMER BELÉN Y SAN FRANCISCO DE ASÍS

«TODOS RETORNARON A SU CASA COLMADOS DE ALEGRÍA»    (1 Cel 86)  
No pensemos que esto de montar el Nacimiento o Belén es una tradición que ha pasado de abuelos a nietos, de padres a hijos, pero que carece de un fondo con suficiente peso histórico, y sobre todo espiritual, para que se haya mantenido hasta la navidad presente.
Bien es cierto que en la sociedad en la que nos ha tocado vivir, el ateísmo práctico que fermenta a sus anchas escondido detrás de la apariencia de progreso, afirma que esto del Belén son cosas que pertenecen ya al  pasado, a una creencia irracional o época del mundo en la que la humanidad, estaba sometido a una religión que pretendía ser el “opio el pueblo”, haciendo que el sufrimiento del hombre fuera olvidado. Vamos, en pocas palabras, que aliena al hombre que profesa alguna creencia, que coarta su libertad. Ellos prefieren celebrar la Navidad sin decir Navidad y se remontan a cultos paganos más que superados y que se celebraban ya en los pueblos de la Grecia clásica o la Roma imperial… Pero esto es asunto para otro artículo.