lunes, 24 de junio de 2013

POETAS CLÁSICOS CON LA VIRGEN MARÍA IX

En este Año de la Fe, camino hacia Dios, la Virgen ilumine nuestra senda. Ojalá sea el último nombre que nuestros labios pronuncien en nuestro camino hacia Dios, como suplica el poeta José Zorrilla en  su hermosa 

                                                                         PLEGARIA      


María, cuyo nombre como conjuro santo
ahuyenta con espanto la saña de Luzbel,
escríbeme en el pecho tu nombre omnipotente,
porque jamás intente aposentarme en él.

María, soberana de cuanto el orden encierra,
rocío de la tierra, estrella de la mar,
tu nombre misterioso será el fanal tranquilo
que alumbrará el asilo de mi terreno hogar.

María, cuyo nombre es fuente de pureza
que lava la torpeza del frágil corazón;
tu nombre será el agua que el mío purifique
de cuanta en él radique maligna inclinación.

María, luz del cielo cuya brillante esencia
               es luz de toda ciencia y del saber raudal;
           tu nombre será antorcha cuyo fulgor ahuyente
                de mi agitada mente la lobreguez letal.

María, cuyo nombre es música suave
que el cántico del ave y que del agua el son;
tu nombre será fuente do beban su armonía
mi tosca poesía, mi pobre inspiración.

María, a cuyo nombre la divina justicia
al pecador propicia se inclina a perdonar;
tu nombre sea, cuando la eternidad se me abra,
la última palabra que exhale al espirar.
Amén.

José Zorrilla

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JOLABE