jueves, 27 de febrero de 2014

LA MIRADA DE LA VIRGEN MARÍA

La mirada. ¡Qué importante es! ¡Cuántas cosas pueden decirse con una mirada! Afecto, aliento, compasión, amor, pero también reproche, envidia, soberbia, incluso odio. Con frecuencia, la mirada dice más que las palabras, o dice aquello que las palabras no pueden o no se atreven a decir.

¿A quién mira la Virgen María? Nos mira a todos, a cada uno de nosotros. Y, ¿cómo nos mira? Nos mira como Madre, con ternura, con misericordia, con AMOR. Así ha mirado al hijo Jesús en todos los momentos de su vida, gozosos, luminosos, dolorosos, gloriosos, como contemplamos en los Misterios del Santo Rosario, simplemente con AMOR.

Cuando estamos cansados, desanimados, abrumados por los problemas, volvámonos a María, sintamos su mirada que dice a nuestro corazón: "¡Ánimo, hijo, que yo te sostengo!" La Virgen nos conoce bien, es madre, sabe muy bien cuáles son nuestras alegrías y nuestras dificultades, nuestras esperanzas y nuestras desilusiones. Cuando sintamos el peso de nuestras debilidades, de nuestros pecados, volvámonos a María, que dice a nuestro corazón: "¡Levántate, acude a mi Hijo Jesús!, en Él encontrarás acogida, misericordia y nueva fuerza para continuar el camino.

viernes, 21 de febrero de 2014

I ENCUENTRO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN HUELVA


Algo que nadie había soñado era el hecho, que el Primer Encuentro de los Grupos de Adoración de la Divina Misericordia, -el cual estaba previsto celebrarse solo en Málaga- al final, iba a tener lugar también en Huelva. La Divina Providencia, así lo estableció y ni que decir tiene que fue un regalo de Dios para Huelva y su Provincia.
Sucedió todo tan de prisa, que casi no tuvimos tiempo más que de abrir nuestros corazones a tal acontecimiento y dejar que Dios nos sorprendiese, nadie sabíamos como se iba a desarrollar el referido acontecimiento. Jesús Misericordioso nos reunía junto a El en la tarde del jueves 6 de febrero a las 20:30 de la noche, en la Capilla de las Agustinas; entre otros, acudimos a la cita junto a Huelva Capital, los pueblos de Palos de la Frontera, La Palma del Condado y Bollullos Par del Condado.

lunes, 17 de febrero de 2014

HIJAS DE LA CARIDAD

Una religiosa de la Caridad se inclina con devoción sobre la cuna de un niño. Le lleva un vaso de leche templada. Con un movimiento suave, poniendo su mano bajo la almohada, incorpora ligeramente el cuerpo del pequeño y se prepara para dárselo a beber.

El hábito azul de las Hijas de la Caridad, con su característica gran toca alada y su pechera de cuello redondo, le confiere una dignidad profunda que ilumina su joven rostro e inspira respeto.

Respeto y admiración. Esta joven ha decidido formalmente dejar de lado los incontables atractivos que le ofrecía el mundo, las realizaciones personales, las amistades y hasta la propia familia, y pasar su vida entera haciendo compañía y consolando a Jesús. Lo siente cerca de su corazón, lo tiene sobre la fría y desnuda pared del orfanato, abandonado y solo en la cruz. Ahora, en los brillantes ojos de este pequeñuelo lo ve reflejado y por eso le dedica todo su cariño.

Noble y heroica misión la de estas hermanas pertenecientes  a tantas congregaciones de Caridad como existen en la Iglesia, que velan por la salud del cuerpo...¡ y la del alma !

Sin estridencias, sin gestos populistas ni demagogias baratas, en el silencio de su labor, día a día, año tras año, sin esperar nada a cambio, miles de religiosos y religiosas en el mundo entero derrochan su vida ayudando al prójimo por AMOR a Dios.

A veces se escuchan críticas ignorantes y destructivas contra la Iglesia, presentándola como un foco de egoísmo. A la Iglesia se la ataca y se la persigue desde muchos frentes. No les vendría mal a estos detractores compulsivos, si aman la verdad, ahondar en los datos que arroja el "Anuario Estadístico de la Iglesia" y reconocer la maravilla de su labor en el Mundo:

La Iglesia Católica administra un total de 67.264 Escuelas Maternas frecuentadas por 6.386.497 alumnos; 91.694 Escuelas Primarias por 29.800.338 alumnos; 41.210 Institutos Secundarios por 16.778.633 alumnos. Además apoya a 1.894.148 jóvenes de las Escuelas Superiores y 2.837.370 estudiantes universitarios. Los Institutos de Beneficencia  y Asistencia administrados en el mundo por la Iglesia comprenden:  5.378 Hospitales, 18.088 Dispensarios, 521 Leproserías, 15.448 Casas para Ancianos, enfermos crónicos y minusválidos, 9.376 orfanatos, 11.555 Jardines de Infancia; 13.599 Consultorios Matrimoniales, 33. 146 Centros de Educación o reeducación social y 10.356 instituciones de otros tipos.

Se suele criticar y atacar aquello que se desconoce.  ¿Por qué? ¿Qué daño te hace? Si nos informásemos bien antes de hablar mal de la labor de la Iglesia, seguramente que nos guardaríamos nuestras críticas insanas.

(De Felipe Barandiarán - El Pan de los Pobres- Febrero 2014)

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JOLABE

jueves, 6 de febrero de 2014

MANOS UNIDAS - 09.02.2014

Queridos hermanos y hermanas:
Nuevamente, se acerca el segundo domingo de febrero, y con él un nuevo inicio de la Campaña de Manos Unidas. Cincuenta y cinco campañas a favor de los hermanos más necesitados de los países del sur. Cincuenta y cinco años en los que Manos Unidas ha contribuido, con sus proyectos, a construir un mundo nuevo y una sociedad mejor. Una vez más, Manos Unidas se siente corresponsable en el servicio para fomentar un compromiso mundial con el desarrollo, teniendo en cuenta el lema elegido para esta año: “Un mundo nuevo, un proyecto común”.
Nuestro trabajo nace no sólo desde el compromiso social, sino, sobre todo, de nuestro encuentro con Cristo, Señor de la Vida y de la Historia, que nos invita a estar atentos para escuchar el grito de los hermanos que más lo necesitan, sin mirar lengua, color, ideología o religión. Manos Unidas nos invita a ser sensibles y solidarios – a pesar de nuestras dificultades en medio de la crisis actual–, con aquellos pueblos, hombres, mujeres y niños que nunca han tenido, ni tienen, unas condiciones favorables para el desarrollo armónico de su existencia.
Se pueden aducir diversas razones para no acoger esa llamada de solidaridad: la crisis que vivimos en España, la necesidad de destinar recursos a nuestro propio pueblo, la  atención de los inmigrantes que llegan a nuestra tierra. Pero tales razones no pueden cerrar nuestro corazón a la realidad del mundo que nos rodea y del que todos somos responsables. No debemos hacer compartimentos estancos, pues todos compartimos esa responsabilidad y a todos se nos pedirá cuenta de ella. Cuanto mejor sea el mundo en su globalidad, mejor será nuestro pequeño mundo local; cuanto más caritativo y solidario sea nuestro corazón, habrá más esperanza para aquellos hermanos nuestros, hijos del mismo Padre común, que, estando cerca, a veces los consideramos tan lejanos.
Hagamos nuestro el lema de la campaña de este año: “Un mundo nuevo, proyecto común”. Un mundo de todos y para todos, en el que todos nos sintamos hermanos y responsables los unos de los otros, desde los países desarrollados o en vías de desarrollo, a aquellos otros que  no alcanzan ni los niveles más bajos de subsistencia. Recordemos, a este respecto, algunas afirmaciones de nuestro querido Papa Francisco: “Mientras en el mundo, especialmente en algunos países, reaparecen diversas formas de guerras y enfrentamientos, los cristianos insistimos en nuestra propuesta de reconocer al otro, de sanar las heridas, de construir puentes, de estrechar lazos y de ayudarnos «mutuamente a llevar las cargas»”(Evangelii Gaudium,  67)
Hoy, nuestros hermanos de África, América Latina y Asia – continentes de esperanza, aunque en ellos todavía abunden la miseria, la guerra y las desigualdades–, siguen llamando a nuestra puerta, a la puerta de nuestros corazones que, cuando son capaces de responder, lo hacen sin excusa alguna. Cristo nos sigue llamando a través de los que, de cerca y de lejos, siguen sufriendo. Seamos capaces de abrirle la puerta de nuestro corazón diciéndole sí en todos aquellos que nos necesitan.
No quiero terminar, sin agradecer, un año más, a cuantos colaboran en esta magnífica campaña de sensibilización y compromiso: parroquias, voluntarios, socios, colegios, empresas, administraciones públicas, asociaciones, hombres y mujeres de buena voluntad, que, una vez más, dicen sí a este compromiso a favor de los países del tercer mundo. Es el compromiso con el desarrollo, el bienestar y la felicidad de todos los que vivimos en este mundo nuestro, y que Dios nos encomienda cuidar para hacer de él un hogar para todos.
Con mi afecto y bendición.
+ José Vilaplana Blasco,
Obispo de Huelva