viernes, 21 de febrero de 2014

I ENCUENTRO DE LA DIVINA MISERICORDIA EN HUELVA


Algo que nadie había soñado era el hecho, que el Primer Encuentro de los Grupos de Adoración de la Divina Misericordia, -el cual estaba previsto celebrarse solo en Málaga- al final, iba a tener lugar también en Huelva. La Divina Providencia, así lo estableció y ni que decir tiene que fue un regalo de Dios para Huelva y su Provincia.
Sucedió todo tan de prisa, que casi no tuvimos tiempo más que de abrir nuestros corazones a tal acontecimiento y dejar que Dios nos sorprendiese, nadie sabíamos como se iba a desarrollar el referido acontecimiento. Jesús Misericordioso nos reunía junto a El en la tarde del jueves 6 de febrero a las 20:30 de la noche, en la Capilla de las Agustinas; entre otros, acudimos a la cita junto a Huelva Capital, los pueblos de Palos de la Frontera, La Palma del Condado y Bollullos Par del Condado.

Tras la celebración de la Eucaristía, se rezó la coronilla para continuar con la intervención de dos Hermanas llegadas desde el Santuario de la Divina Misericordia de Cracovia: la primera de ellas nos recordó como, cuando nos presentamos delante de Jesús, humildes  y pequeños, arrepentidos de nuestras ofensas a Dios, Jesús quema en el fuego de su infinita Misericordia todas nuestras culpas, porque Jesús corre detrás de los pecadores para atraerlos hacía Él y nos invita a sumergirnos en el océano de su infinita Misericordia; acto seguido nos ilustró con una asombrosa curación de un niño al que los médicos no le daban esperanza alguna de vida, tras haber sido agredido por otro con un palo en la cabeza, para terminar su intervención con el deseo de que tengamos también un cuadro de Santa Faustina e imploremos su intercesión ante nuestras dificultades.
“Dios ha hablado a nosotros a través de la Beata -hoy Santa- Faustina Kowalska, por ella nos ha dicho Dios: habla al mundo de mi Misericordia para que toda la humanidad conozca la Infinita Misericordia, pues antes de venir como Juez justo, abro de par en par las puertas de mi Misericordia. Quien no quiera pasar por la puerta de mi Misericordia tendrá que pasar por las puertas de mi Justicia”, son palabras del Beato Juan Pablo II el día de la Beatificación de Santa Faustina.
La segunda intervención estuvo a cargo de la Superiora, quien baso su exposición en el Amor que Dios nos tiene y la gran dificultad que los hombres tenemos para confiar en El, puesto que no es fácil decir “Jesús, en Ti confío”, sobretodo en los momentos difíciles y en la adversidad, ya que es en estos momentos cuando al hombre le es mas fácil desconfiar que confiar, dado que en esos momentos pensamos que Dios no nos ama. En numerosas ocasiones, ella se había interrogado por qué esto era así y encontró la respuesta un día leyendo el catecismo en el número 397 donde se nos revela que Nuestro corazón es así porque en el paraíso Satanás consiguió transmitir en el corazón del hombre la desconfianza hacia Dios. El corazón del hombre ha sido herido por desconfianza; esa herida en nuestro corazón sigue abierta y en nuestra vida debemos vencer esa desconfianza con confianza, repitiendo continuamente “Jesús, en Ti confío”. Continúa diciéndonos que debemos practicar la confianza, porque cuando decimos “Jesús, en ti confío”, Jesús se acerca y cura esa herida que está abierta en nuestro corazón como consecuencia del pecado original, sin esto no somos capaces de Amar. Debemos repetir a menudo “Jesús, en Ti confío”, tomando conciencia de que Jesús está en nuestro interior, en nuestro corazón. Esto es importante porque la oración surge mas efecto si contemplamos esta realidad que si intentamos buscar a Jesús fuera de nosotros. Jesús pide mucho por medio de Santa Faustina que tengamos mucha confianza en El.
Jesús por medio de Santa Faustina nos indico el camino a la fuente. Lo único que necesitamos es el Amor para ser feliz. No es casualidad que Jesús en su Mensaje de Misericordia conjugo dos palabras muy importantes: la Confianza en Dios y la Misericordia para con los demás. Esto se consigue con una relación continua con Dios, fuera de esta relación no hay felicidad que satisfaga nuestro corazón, por mas bienes materiales que tengamos.
Tras darse por terminado el acto, las hermanas tuvieron la amabilidad con los presentes de perpetuar en unas instantáneas, tan histórico evento.

MMercedes Millán Garcia