lunes, 7 de julio de 2014

LA ORACIÓN

Cuentan que un sacerdote estaba observando a una mujer que se encontraba sentada, con la cabeza hundida entre sus manos, en un banco de la Iglesia vacía.

Pasó una hora... Pasaron dos horas... y allí seguía.

Pensando que se trataría de un alma afligida y deseosa de que la ayudaran. El sacerdote se acercó a la mujer y le dijo:
- "¿Puedo ayudarla en algo?"
- "No padre, muchas gracias", respondió ella. "He estado recibiendo toda la ayuda que necesitaba... ¡...hasta que usted me ha interrumpido!  
---oOo---
JOLABE