viernes, 10 de julio de 2015

DIOS NO CONTABA PARA NADA EN MI VIDA

NARCISO YEPES, EL TESTIMONIO DE UN GRAN HOMBRE

Narciso Yepes, (Lorca, España 1927 - Murcia 1997), guitarrista español. Famoso por su guitarra de diez cuerdas, Narciso se formó en el Conservatorio de Valencia bajo la dirección de Vicente Asencio, un pianista que le motivó a intentar trasplantar a su instrumento musical muchas de las agilidades y recursos que, posibles sobre un teclado, parecían inabordables en una guitarra.
Estos estudios culminaron en una técnica impecable y revolucionaria que pronto hizo destacar a Narciso Yepes sobre otros intérpretes, llamando la atención del director de orquesta Ataúlfo Argenta, quien le hizo debutar en un concierto dirigido por él en 1947.
Un testimonio habla más que mil palabras. Hay un refrán que dice que una imagen habla más que mil palabras… y es cierto… Si me lo permites, quisiera compartir contigo una pequeña anécdota. Tertuliano, allá para el año 197, escribió una frase que ha venido a convertirse en el sello del verdadero cristianismo… decía él que los paganos se sorprendían de aquellos hombres que estaban dispuestos a dar su vida por lo que creían… y repetían: “¡mira como se aman!”… el amor fraterno en aquellas comunidades daba testimonio del Dios que predicaban… esa fue la razón de que el cristianismo creciera a pesar de las persecuciones…
El genial músico Narciso Yepes, en un momento de su vida, llegó a decir: 
- "Mi vida de cristiano tuvo un largo paréntesis vacío, que duró un cuarto de siglo. Me bautizaron al nacer, y ya no recibí ni una sola noción que ilustrase y alimentase mi fe... ¡Con decirle que comulgué por primera vez a los veinticinco años! Desde 1927 hasta 1951, yo no practicaba, ni creía, ni me preocupaba lo más mínimo que hubiera o no una vida espiritual y una trascendencia y un más allá. Dios no contaba en mi existencia pero... luego pude saber que yo siempre había contado para ÉL.

Fue una conversión súbita, repentina, inesperada... y muy sencilla. Yo estaba en París, acodado en un puente del Sena, viendo fluir el agua. Era por la mañana. Exactamente, el 18 de Mayo. De pronto, le escuché dentro de mí... Quizás me había llamado ya en otras ocasiones, pero yo no le había oído. Aquel día yo tenía "la puerta abierta"... Y Dios pudo entrar. No sólo se hizo oír, sino que entró de lleno y para siempre en mi vida.

Mi respuesta fue inmediata. Entré en la Iglesia más próxima, Saint Julian le Pauvre. Y hablé con un sacerdote durante tres horas... Es curioso, porque mi desconocimiento era tal que ni me di cuenta de que era una iglesia ortodoxa. A partir de ese día busqué instrucción religiosa católica. No olvide que yo estaba bautizado. Tenía la fe dormida y revivió... Y ya desde aquel momento nunca he dejado de saber que soy criatura de Dios, hijo de Dios...Un hombre con una cita de eternidad que se va tejiendo y recorriendo ya aquí en compañía de Dios.

Así como hasta entonces Dios no contaba para nada en mi vida, desde aquel instante no hay nada en mi vida, ni lo más trivial, ni lo más serio, en lo que yo no cuente con Dios. Y eso, en lo que es alegre y en lo que es doloroso, en el éxito, en el trabajo, en la vida familiar, en una pena honda como la de que te llame la Guardia Civil a media noche para decirte que tu hijo ha muerto..." 

NUNCA ES TARDE PARA ENCONTRARSE CON DIOS PADRE...

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JOLABE