sábado, 4 de febrero de 2017

LA VIRGINIDAD PERPETUA DE MARIA

La Iglesia afirma la doctrina de la virginidad perpetua de María Santísima. Esto significa que ella fue siempre virgen: antes, durante y después de dar a luz a Jesucristo. La Iglesia, guiada por el Espíritu Santo, se fundamenta en una correcta interpretación de la Revelación, tomando en cuenta la Biblia y la Tradición Apostólica. 
En la Anunciación, el ángel dice a María que concebirá un hijo. María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón -Lucas 1,34
¿Por qué María hace esta pregunta?. "Conocer" para los hebreos significa tener relaciones. Si ella tuviera planes de tener relaciones con José o con otro hombre, entonces la pregunta sería absurda. Por eso, desde el principio (como se puede constatar al leer los Padres de la Iglesia), los cristianos han entendido en este pasaje que María tenía un voto de virginidad que debía mantenerse aún en caso de matrimonio. Sabemos que algunos judíos hacían este voto (Ej.: los Esenios). Además habían mujeres consagradas vírgenes para el servicio del Templo.

El Papa Martín I: 
"Propia y verdaderamente la Madre de Dios, la Santa y siempre Virgen María (...) concibió sin semen viril, del Espíritu Santo, al mismo Verbo de Dios, y de manera incorruptible dio a luz ".


El Papa Pablo IV, 1555, contra la herejía de los socianos, y otros: 
"María permaneció siempre en la integridad de su virginidad, a saber, antes del parto, en el parto y después del parto, por obra de Dios omnipotente".