En el mes de mayo, la
Iglesia Católica, esparcida por todos los confines de la tierra, se vuelca en
alabanzas a la Virgen María. El 13 de mayo se celebrara fiesta de Nuestra
Señora de Fátima. El 24 de mayo Maria Auxilio de todos los cristianos, y
finalizando el 31 de mayo La Visitación de la Santísima Virgen a su prima Santa
Isabel.
Un mes
dedicado a la Virgen, a intensificar nuestro amor y devoción. Ahora bien, la
pregunta que muchos se hacen es ¿por qué mayo es el mes de Maria? Y ¿Dónde
comienza esta antigua tradición? Veamos un poco, y hagamos nuestra
esta hermosa tradición.
El mes de
Maria es una antigua y muy bella tradición, que tiene sus inicios en Europa,
continente que se caracteriza precisamente, por sus profundas raíces
cristianas, como lo testifica su historia, su cultura y su religión.
El Mes de
María se reza en Mayo, en el llamado “mes de las flores”, que se llama así,
porque con la llegada del buen tiempo y tras las lluvias invernales, el campo y
los jardines comienzan a cubrirse de un verde intenso y de los colores y aromas
de las flores. Es el apogeo de la primavera.
Y así, desde
la edad media se consagró el "mes de las flores" a la Virgen María
para rendir culto a las virtudes y bellezas de la Madre de Dios. Quizá se
escogió este mes también como una sustitución cristiana de las solemnidades
paganas de ese mes en honor de “Flora”, de hecho todo el mes de mayo estaba
consagrado a la “diosa” como mes de las flores y mes de la madre y tomaba su
nombre de una diosa de la naturaleza romana llamada "Maia"(madre
natura vinculada a la idea de vegetación y florecimiento), de cuyo nombre
deriva el mes, que nosotros hoy conocemos como mayo.
La primera
noticia clara que se tiene de la consagración del mes de mayo a la Virgen,
viene de Alfonso X, "el Sabio", rey de España, en el siglo XIII. Este
rey - Juglar cantaba en sus "Cantigas de Santa María" los loores de
mayo en honor de la Virgen Santísima.
Con el
florecimiento espiritual del siglo XVI se dio gran impulso a esta hermosa
práctica, con especiales ejercicios de piedad durante todos los días, en los
que se van considerando diversos misterios, títulos y excelencias de la Madre
del Señor. La universalización de esta práctica vino a verificarse en el siglo
XIX, cuando fue favorecida y enriquecida con indulgencias por los sumos
Pontífices Pío VII y Pío VIII.
Ya en el siglo
XIII, el Rey Alfonso X, el Sabio invitaba a alabar e invocar a María, ante su
altar, en el mes de las flores. Y él mismo escribió las Cantigas de Santa
María, porque quería "trovar en honor de la Rosa de las Rosas y de la Flor
de las flores".
En Italia fue
San Felipe Neri, en el siglo XVI, el iniciador del Mes de Mayo dedicado a
María, con la costumbre de invitar a los jóvenes a cantar, llevar flores y
ofrecer sacrificios a la Virgen.
En el
continente de América, fueron los misioneros españoles los que difundieron y
promovieron la tradición de dedicar el mes de mayo al mes de Maria. Por este
motivo, existe una gran devoción popular y afecto hacia la Madre de Dios, como
así lo testimonian los innumerables santuarios marianos bajo diversas
advocaciones.
¿ Qué
podemos hacer y practicar en el mes de Maria, en honor de la Santísima Virgen?
En la Iglesia,
durante la adoración, en la visitas al Santísimo Sacramento del Altar, o en mi
casa en los momentos libres, solo o en familia, podemos y seria muy beneficioso
para el crecimiento de nuestra vida espiritual:
Reflexionar en los
principales misterios de la vida de María.
Reflexionar
implica hacer un esfuerzo con la mente, la imaginación y, también, con el
corazón, para profundizar en las virtudes que la Virgen vivió a lo largo de su
vida. Podemos meditar en cómo María se comportó, por ejemplo, durante:
-la Anunciación (Lc 1, 26)
-la Visita a su prima Isabel (Lc 1, 39)
-el Nacimiento de Cristo (Lc 2, 1)
-la Presentación del Niño Jesús en el Templo (Lc 2, 22)
-el Niño Jesús perdido y hallado en el templo (Lc 2, 40)
-las Bodas de Caná (Jn 2, 1)
-María al pie de la cruz. (Jn
19, 25)
En Fátima, Portugal;
en Lourdes, Francia y en el Tepeyac, México Guadalupe, la Virgen entrega
diversos mensajes, todos relacionados con el amor que Ella nos tiene a
nosotros, sus hijos.
Meditar en los cuatro
dogmas acerca de la Virgen María que son:
1. Su inmaculada concepción:
A la única mujer que Dios le permitió ser concebida y nacer sin pecado original
fue a la Virgen María porque iba a ser madre de Cristo.
2. Su maternidad divina:
La Virgen María es verdadera madre humana de Jesucristo, el hijo de Dios.
3. Su perpetua virginidad:
María concibió por obra del Espíritu Santo, por lo que siempre permaneció
virgen.
4. Su asunción a los
cielos: La Virgen María, al final de su vida, fue subida en cuerpo y alma al
Cielo.
Recordar y honrar a
María como Madre de todos los hombres.
María nos
cuida siempre y nos ayuda en todo lo que necesitemos. Ella nos ayuda a vencer
la tentación y conservar el estado de gracia y la amistad con Dios para poder
llegar al Cielo. María es la Madre
de la Iglesia.
Reflexionar en las
principales virtudes de la Virgen María.
María era una
mujer de profunda vida de oración, vivía siempre cerca de Dios. Era una mujer
humilde, es decir, sencilla; era generosa, se olvidaba de sí misma para darse a
los demás; tenía gran caridad, amaba y ayudaba a todos por igual; era
servicial, atendía a José y a Jesús con amor; vivía con alegría; era paciente
con su familia; sabía aceptar la voluntad de Dios en su vida.
Vivir una devoción
real y verdadera a María.
Se trata de que nos
esforcemos por vivir como hijos suyos. Esto significa:
Mirar a María como a
una madre: Platicarle todo lo que nos pasa: lo bueno y lo malo. Saber acudir a ella en todo momento.
Demostrarle nuestro
cariño: Hacer lo que ella espera de nosotros y recordarla a lo largo del día.
Confiar plenamente en
ella: Todas las gracias que Jesús nos da, pasan por las manos de María, y es
ella quien intercede ante su Hijo por nuestras dificultades
Imitar sus virtudes:
Esta es la mejor manera de demostrarle nuestro amor.
Rezar en familia las
oraciones especialmente dedicadas a María.
La
Iglesia nos ofrece bellas oraciones como la del Ángelus (que se acostumbra a
rezar a mediodía), el Regina Caeli, la consagración a Maria y el Santo Rosario
ante la imagen de la Virgen.
Y para
finalizar, terminamos con las palabras que pronuncio el Papa Benedicto XVI, el
30 de abril, en el Regina Caelis, haciendo alusión al mes de mayo, mes de
Maria:
“ En los días
que siguieron a la resurrección del Señor, los apóstoles permanecieron
reunidos, confortados por la presencia de María, y después de la Ascensión,
perseveraron junto a ella en oración esperando Pentecostés. La Virgen fue para
ellos madre y maestra, papel que sigue desempeñando con los cristianos de todos
los tiempos. Cada año, en el tiempo pascual, vivimos más intensamente esta
experiencia y quizá precisamente por este motivo la tradición popular ha
consagrado a María el mes de mayo, que normalmente cae entre Pascua y
Pentecostés.
Por tanto,
este mes que comenzamos mañana, nos ayuda a redescubrir el papel maternal que
ella desempeña en nuestra vida para que seamos siempre discípulos dóciles y
testigos valientes del Señor resucitado.
Encomendamos a
María las necesidades de la Iglesia y de todo el mundo, especialmente en este
momento marcado por no pocas sombras…”
¡ Virgen Maria, Madre
de Dios y Madre nuestra ruega por nosotros!
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