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martes, 5 de junio de 2012

MILAGROS EUCARÍSTICOS EN ESPAÑA


Los apóstoles que fueron a Jerusalén para preparar el lugar para lo que sería la Última Cena preguntaban como les mandó Jesús en el Evangelio del Domingo del Corpus Christi:“¿Dónde está la habitación…?: - (Mc. 14, 13) Igual que ellos encontraron el Cenáculo como les dijo el Señor, nosotros podemos encontrar el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo en la Eucaristía porque Él mismo nos lo dijo.
“2088 El primer mandamiento nos pide que alimentemos y guardemos con prudencia y vigilancia nuestra fe y que rechacemos todo lo que se opone a ella. Hay diversas maneras de pecar contra la fe:
La duda voluntaria respecto a la fe descuida o rechaza tener por verdadero lo que Dios ha revelado y la Iglesia propone creer. La duda involuntaria designa la vacilación en creer, la dificultad de superar las objeciones con respecto a la fe o también la ansiedad suscitada por la oscuridad de ésta. "Si la duda se fomenta deliberadamente, puede conducir a la ceguera del espíritu." (“Catecismo de la Iglesia Católica”)
Los milagros eucarísticos de España han ayudado a abrir los ojos a muchos y a renovar su fe en la Presencia Real de Jesucristo en la Eucaristía, como muestran los siguientes ejemplos.


1) Dudas de sacerdotes resueltas durante la Misa al convertirse en carne Hostias consagradas y/o en sangre el vino consagrado
“No sé qué trabajos, por grandes que fuesen, se habían de tener, a trueque de tan gran bien para la cristiandad; que aunque muchos no lo advertimos estar Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, como está en el Santísimo Sacramento en muchas partes, gran consuelo nos había de ser” (Sta. Teresa de Jesús, Fundaciones,18,5).
Se dieron casos así en Ivorra (1010), Gerona (1297), O’Cebreiro (1300), Cimballa (1370), Guadalupa (1420).

2) Se aparece el Niño Jesús donde está la Hostia Consagrada 
“El cuerpo está verdaderamente unido a la divinidad, el cuerpo nacido de la Santísima Virgen: no porque el mismo cuerpo encarnado descienda del Cielo, sino porque el mismo pan y vino se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo.” (S. Juan Damasceno, Sobre la fe ortodoxa,4,14).
Caravaca de la Cruz (1231) – Un rey moro ordenó a un sacerdote celebrar la Misa. Una cruz apareció sobre el altar milagrosamente y en la consagración, el rey vió un niño donde estaba la Hostia, lo cual resultó en su conversión.
Moncada (1392) – Fue visto por un sacerdote que dudaba la validez de su ordenación y por Sta. Inés de Moncada (5 años entonces).

3) Milagro tras intento de profanación del Santísimo
“Mas Vos, Padre Eterno, ¿cómo lo consentís? ¿Por qué queréis ver cada día a vuestro Hijo en tan ruines manos? Ya que una vez quisisteis y consentisteis lo estuviese, ya veis cómo le pagaron, ¿ceomo puede vuestra piedad verle hacer injurias cada día? Y ¡cuántas deben hoy hacer a este Santísimo Sacramento! ¡En qué manos enemigas le debe ver el Padre!” (Sta. Teresa de Jesús, Camino de perfección 33, 3).
Zaragoza (1427) – Un mago le dijo a una mujer que robara una Hostia consagrada para hacer una poción de amor. Ella la puso en un cofre pero cuando la abrió encontró un niño. El mago le dijo que quemara la caja y le trajera las cenizas. La caja se quemó, pero el niño quedó ileso. Lleno de asombro, confesaron el crimen, el mago pidió ser bautizado y el niño fue llevado en procesión a la Catedral. Al día siguiente, durante la Consagración por el Obispo, el niño se convirtió en una Hostia que el Obispo consumió.

4) Hallazgos milagrosos de Hostias consagradas
“Quiere El, para el bien de las criaturas, que su cuerpo, su alma y su divinidad se hallen en todos los rincones del mundo, a fin de que podamos hallarle cuantas veces lo deseemos, y así en El hallemos toda suerte de dicha y felicidad.” (S. Juan Vianney, Sermón sobre el Jueves Santo)
Alboraya-Almácera (1348) - Unos peces ayudaron a recobrar intactos unas Hostias que cayeron accidentalmente en el río.
Ponferrada (1533) – Un hombre robó una píside de plata y el sagrario, que cuando quiso tirar al río se hizo muy pesada. Lo dejó en unas ruinas, pero una luz que manaba del sagrario durante la noche y unas palomas que volaban allí durante el día reveló dónde estaba.
Alcoy (1568) - Una estatua del Niño Jesús señaló hacia el escondite.

5) Conservación intacta de la Hostia consagrada
“Siendo el pan una comida que nos sirve de alimento y se conserva guardándole, Jesucristo quiso quedarse en la tierra bajo las especies de pan, no sólo para servir de alimento a las almas que lo reciben en la sagrada Comunión, sino también para ser conservado en el sagrario y hacerse presente a nosotros, manifestándonos por este eficacísimo medio el amor que nos tiene.” (S. Alfonso María de Ligorio, Visitas al Ssmo. Sacramento,2)
Se han dado casos en San Juan de las Abadesas (1251) en la frente de una estatua de Cristo crucificado, en Alcoy (1568) cuando un hombre robó y consumió tres Hostias consagradas que se encontraron intactas en un cofre escondido, en Alcalá (1597) y en Onil (1824) tras robos, y en Silla (1907) tras desaparecer del sagrario.

6) Mostrando la eficacia de la Eucaristía como sufragio
“Este sacramento contiene todo el misterio de nuestra salvación; por eso se celebra con mayor solemnidad que los demás” (Sto. Tomás, Suma Teológica, 3, q. 83, a. 4).
Montserrat (1657) – Una niña pidió al Abad tres Misas por su difunto padre. En la primera, la niña dijo ver a su padre rodeado de llamas. Al acercarle un pañuelo, éste ardió. Tras la tercera Misa la niña vió a su padre subir al cielo.

7) El respeto debido a todo lo que entra en contacto con la Eucaristía
“. . . Y Ios sagrados calices y los santos paños, y lo demás que se refiere al culto de la Pasión del Señor [. . . ], por el contacto con el Cuerpo y Sangre del Señor hay que venerarlos con el mismo respeto que su Cuerpo y su Sangre” (S. Jerónimo, Epístola 114)
En Valencia se encuentra lo que se piensa ser el Santo Grial, el cáliz que usó Jesús en la Última Cena para consagrar el vino y donde José de Arimatea recogió gotas de la sangre del Señor en la Cruz. 
Daroca (1239) – Un sacerdote guardó las Hostias en un Corporal cuando la misa fue interrumpida por un ataque sorpresa. Al terminar la batalla, encontró el Corporal con manchas de sangre que manaban de las Hostias consagradas. Al poner el Corporal sobre un burro, se se paró el animal en Daroca tras andar 12 días.

En cada Misa válida ocurre el mismo milagro que la de la Última Cena: la transubstanciación, aunque no se muestre de manera tan espectacular como en los milagros mencionados en este artículo. ¿Con qué ganas buscamos al mismo Señor? ¿Con qué fe hacemos lo que Él nos pidió hacer: “Tomad y comed…”? ¿Qué le diría a un católico que dudara de la Presencia Real del Señor? ¿Qué le ayuda a mantener viva su fe en Cristo Sacramentado?


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