Tener fe en Dios y convertir a su voluntad todos nuestros pensamientos
y acciones. Es la invitación del Papa a los fieles congregados en la Plaza de
San Pedro a la hora de la oración del ángelus. Comentando el Evangelio de las
tentaciones de Jesús en el desierto, Benedicto XVI subrayó que debemos aprender
a construir nuestro futuro mirando a Dios, luchando contra la tentación siempre
presente de quitarlo de nuestra vida y contar sólo sobre nuestras capacidades.
La Cuaresma, añadió el Papa, es el momento propicio para renovar y hacer más
fuerte nuestra relación con Dios a través de la oración cotidiana, los gestos
de penitencia y las obras de caridad fraterna.