“La
misión, fruto de la fe y la caridad”
Queridos hermanos y hermanas:
El mes de octubre nos trae el recuerdo anual
de las Misiones, que se expresa de forma más intensa en la celebración del
DOMUND. Nuestra Iglesia diocesana de Huelva, que está iniciando el curso
pastoral, centrado en la revitalización de las parroquias, no puede renunciar a
la llamada misionera del Señor: Id y haced discípulos (cfr. Mt 28, 19). Si
tenemos, como Iglesia, el reto de salir al encuentro de los alejados, cómo no
ir también hacia las periferias existenciales donde no se ha escuchado hablar
de Cristo y su Evangelio.
La llamada a la misión no sólo es para
algunas personas, sacerdotes, religiosos y laicos, que son vocacionadas para
anunciar la Buena Noticia en los lugares donde Dios no es conocido, sino para
todos los miembros de la Iglesia, que, en la comunión de los santos, somos
convocados a sentir como algo propio la misión Aad gentes@. Es por eso que,
siguiendo el lema de la campaña misional de este año 2013: fe + caridad =
misión, os animo a reflexionar sobre estos tres conceptos y su interrelación.
En efecto, la fe, sobre la que tanto estamos hablando en este año a ella
dedicada, es un don que hemos recibido en el bautismo, que por su misma
naturaleza está llamada a concretarse, a hacerse operativa. Si seguimos a
Cristo, sus pisadas nos llevan siempre hacia el otro, hacia el prójimo, por lo
que la fe es indisociable de la caridad, expresión de la vivencia auténtica de
la misma.
La Redención de Cristo, que es universal, no
conoce fronteras, ni tampoco razas, ni ninguna otra distinción. De ahí parte la
catolicidad de la Iglesia. Por eso, la misión es una respuesta a la
universalidad de la Muerte de Cristo. Es expresión de los brazos del Señor, que
se extendieron en la cruz para salvar a todos. Por eso nuestra fe nos impulsa a
abrir nuestros corazones más allá de nuestro universo particular, para hacer
presente al Señor allí donde no ha resonado su Palabra, donde no ha llegado la
caridad de Cristo. )Cómo puedo yo contribuir a que mi fe y mi caridad se
expandan a estos lugares? Sin duda, con la oración, a través de la cual el
Señor sostiene a los misioneros. Ellos son los brazos de la Iglesia que sana y
cura, que anuncia el Evangelio, que hacen presente a Jesús en los sacramentos y
a través del testimonio de la caridad. También nuestra ayuda se tiene que
concretar en la colaboración económica, que haga posible los proyectos de las
Obras Misionales Pontificias. Y a través del sacrificio, unido a nuestra
intercesión por los misioneros y por los sujetos de la misión, sacrificio que
en los momentos actuales será más valioso delante del Señor.
Que María, Reina de las Misiones, que
proclamó las grandezas del Señor, nos ayude a todos los miembros de la Iglesia
para que, consecuentes con la fe y testimoniando la caridad de Cristo, lo
anunciemos a todos los pueblos.
Os saludo con todo afecto.
+ José Vilaplana Blasco, Obispo de Huelva