TAMBIÉN SE APRENDE A ORAR
Podemos caer en el peligro de pensar que la oración es algo sencillo y que no precisa ningún esfuerzo ni aprendizaje. Nada más lejos de la realidad. La oración, como todo aquello que vale, supone todo un camino. Evidentemente, si sólo queremos una oración en los momentos que nace espontáneamente, no hacen falta métodos. Pero si buscamos mantener un ritmo constante de oración y una progresión en profundidad, la cosa cambia. Vamos a iniciarlo de nuevo con esta ayuda.
1.- ORACIÓN GUIADA DE UN TEXTO EVANGÉLICO
Hay muchas formas de leer un texto del Evangelio. Te presentamos cinco para que vayas practicando.
Con cada uno de ellos sigue los siguientes pasos o, al menos, alguno de ellos: 1. En este pasaje, imagínate que eres uno de los personajes que interviene. ¿Qué te dice Jesús? ¿Qué le dices tú? 2. En este texto, ¿qué está queriendo decir el evangelista a aquella primera comunidad? 3. Subraya los verbos de acción de este texto y piensa en lo que quieren decirte. 4. Céntrate en los calificativos que pone el texto a los personajes. Identifícate con ellos. 5. Un sistema que siempre es útil es poner el texto en primera persona, como si fuera dirigido a mí personalmente: gana fuerza implicativa.