2.- ORACIÓN CON LOS SALMOS
La oración con los Salmos no sólo es la oración del pueblo de Israel, sino también la que hoy seguimos llamando la oración de la Iglesia. Cada día miles de monjes contemplativos, religiosos y personas de toda condición rezan con ellos. Vamos a unirnos a ese pueblo de Israel, a la Iglesia y a tantas personas rezando con ellos.
Es importante leerlos despacio, saboreando sus palabras. Se las estamos diciendo al mismo Dios. Si es posible, léelos en voz alta: así, además de por la vista entran en ti por el oído.
Te presentamos cinco salmos diferentes (de lunes a viernes):
Salmo de perdón: Salmo 50. Adopta la misma actitud del salmista, sintiéndote pecador y sabiendo que sólo te cabe volver el rostro a Dios pidiendo su perdón.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión, borra mi culpa,
lava del todo mi delito, limpia mi pecado,
pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra Ti, contra Ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia, tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.