Al comenzar un nuevo año, lo primero de todo es llenarnos de buenos deseos para todos nosotros, para nuestros hijos y para nuestra familia. Para muchos, estos años que van pasando son años malos: llegar a fin de mes, encontrar trabajo, pagar la hipoteca... La familia sigue siendo, hoy por hoy, el gran "colchón" que va solucionando tantos problemas. La familia ha convertido muchas veces esta dura situación en una oportunidad para vivir, en nuestra misma casa, la solidaridad. Bien sabemos que esto no es suficiente, y que la solidaridad exige también la justicia. Eso esperamos también de esta nuevo año.
Hay algo importante en todo esto que decimos,porque es precisamente en la familia donde se reciben los valores. En casa, no se trata de echar grandes discursos, sino de vivir las cosas buenas, enseñarlas con el ejemplo de la vida, y contagiarlas. Los hijos no obedecen -decía un viejo lema-: ¡imitan!.