El año litúrgico empieza con el Tiempo de Adviento que se inicia cuatro domingos antes del 25 de diciembre y termina con la misa de vigilia de Navidad. Hay dos temas en este tiempo, ambos reflejados por el término "adviento", que quiere decir "venida". Primero, este tiempo es un período de preparación para la celebración de la Natividad del Señor (Navidad), como recuerdo de la primera Navidad. Segundo, es tiempo para reflexionar y prepararse para la segunda venida de Cristo al final de los tiempos.
Durante el tiempo de Adviento recordamos los largos años de espera del Mesías por el pueblo de Israel, el mensaje de esperanza de los profetas y cómo María y José fueron fieles al plan de Dios. El Adviento no es un tiempo de penitencia.
Adviento es tiempo de preparación y espera gozosa. El Gloria se omite en los domingos de Adviento no como señal de arrepentimiento, sino para crear un anhelo que inspire al pueblo a cantarlo con más gozo en Navidad.
Durante el tiempo de Adviento recordamos los largos años de espera del Mesías por el pueblo de Israel, el mensaje de esperanza de los profetas y cómo María y José fueron fieles al plan de Dios. El Adviento no es un tiempo de penitencia.
Adviento es tiempo de preparación y espera gozosa. El Gloria se omite en los domingos de Adviento no como señal de arrepentimiento, sino para crear un anhelo que inspire al pueblo a cantarlo con más gozo en Navidad.