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martes, 1 de diciembre de 2015

LA FAMILIA ES UN SIGNO DE DIOS

El espíritu de familia recorre la tierra, de norte a sur,de este a oeste.Es como una música que está presente en el corazón de los pueblos. Ni las guerras, ni las crisis ni los fracasos pueden apagar su sonido ni destruir su belleza. Hay algo dentro de cada uno de nosotros, algo esencial, recibido gratuitamente, que nos vincula a los demás. ¡Caminamos juntos ! Como todo don, lo podemos alimentar o lo podemos descuidar; pero nunca desaparece de nuestra conciencia íntima. ¡Somos familia!

El espíritu de la familia florece siempre que nos sentimos vinculados a otras personas, del modo que sea, y confiamos en ellas. Puede haber familia en una comunidad cristiana que se reúne para orar. Puede haber familia en el grupo de trabajadores de una fábrica que, a base de encuentros en el monótono día a día, de desconocidos que eran se van haciendo amigos. Puede haber familia en los alumnos de una clase que se ven crecer, unos a otros, en estatura y en sabiduría. Puede haber familia en los que leen las noticias del mundo y se conmueven con sentimientos parecidos. Puede haber familia en los enfermos que comparten habitación en un hospital y se dan mutuamente consuelo. En los amigos y amigas que nos alimentamos de la Eucaristía y cultivamos la amistad con Jesús.

Pero hay una familia especial en la que solemos pensar.Está formada por los padres, los hijos, los hermanos y abuelos. En ella todo se vive con mucha hondura: el gozo y el dolor, el nacimiento y la muerte, los momentos buenos y los no tan buenos. A pesar de todos los pesares y aceptando que todas las familias tienen fallos, en ningún otro sitio como en la familia se da el perdón sin límites,la belleza de la ternura, el amor generoso y gratuito, el empeño diario de llenar de sentido la vida de los demás, ese alegrarse de que a los otros les vaya bien.

La familia es la mejor manera de hablar de Dios, es un signo de Dios. Es una fuente de paz para la humanidad. Es la ternura que esparce por el mundo el buen olor. La familia cristiana es el mejor espacio para hablar con Dios hablando de la vida de cada día. La familia en un lugar de oración y de vida. La familia es el primer evangelio. Cuando uno abandona la familia es para crear otra, porque el mundo no podría respirar sin este AMOR. Algunos dejan la familia para seguir a Jesús y apostar por una familia universal en la que todos los pueblos de la tierra se den la mano. Todo es familia. 

Pero, ¿dónde está el secreto de la belleza de la familia? Está en Dios, Trinidad,que no es soledad sino familia, comunicación de AMOR y de VIDA. Está en la Trinidad aquí en la tierra: José, María y Jesús viviendo en Nazaret y mostrándonos la ternura infinita con que Dios todo lo embellece. 

Con  la Iglesia, que se ha reunido en Sínodo, apostamos por la familia, oramos por la familia, amamos la familia. En ningún otro sitio, como en la familia, el Evangelio de Jesús se hace cercano mediante la acogida, el perdón, el encuentro, el AMOR humano abierto a la VIDA.

(Fuente consultada: ORAR).

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JOLABE