El beato
Manuel González será declarado santo
el próximo 16 de octubre, en el curso de una solemne celebración que presidirá el
Papa Francisco en la Plaza de San Pedro. La fecha ha sido comunicada recientemente.
Niño
seise de la Catedral de Sevilla, impulsor de la gran familia de la Unión
Eucarística Reparadora, fundador de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret y de
la revista El Granito de Arena, prelado de Málaga y Palencia. Estos son algunos
de los hitos más
significativos de la vida del beato Manuel González, el “apóstol de los
Sagrarios abandonados”, que se suma de esta forma a la lista de sevillanos
en los altares.
No por
esperada la noticia ha generado menos alegría, y se ha hecho sentir de forma
especial en su diócesis de nacimiento, donde pervive la huella de un hombre
santo, un hijo de la Iglesia enamorado de Jesucristo Sacramentado. Y de forma muy especial
en todas las comunidades de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, las
Nazarenas, presentes en ocho países de dos continentes. La congregación cuenta
con una comunidad en la céntrica calle Mateos Gago y una guardería infantil en Palomares del Río.
De niño
Seise a Obispo de Málaga y Palencia
Manuel
González nació el 25 de
febrero de 1877 en Sevilla, y durante su infancia fue niño Seises de la
Catedral hispalense. Ordenado sacerdote en Sevilla, de manos del beato
cardenal Marcelo Spínola, el 21 de septiembre de 1901, presidió su primera misa
en la iglesia de la Santísima Trinidad. Su paso por Palomares del Río marcó su
devoción a Jesús Sacramentado, de la que se derivaron varias fundaciones. En
enero de 1916 recibió la ordenación como Obispo auxiliar de Málaga, y cuatro
años después sería nombrado Obispo residencial, acontecimiento que celebra
dando un banquete a los niños pobres, en vez de a las autoridades; estas, junto
con los sacerdotes y seminaristas, sirvieron la comida a tres mil niños.
El 3 de
mayo de 1921 fundó las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, en colaboración con
su hermana María Antonia, y el 5 de agosto de 1935 el Papa Pío XI lo nombró
obispo de Palencia. Falleció en Madrid el 4 de enero de 1940, y fue enterrado
en la Catedral de Palencia. Su epitafio reza así: «Pido ser enterrado junto a
un Sagrario, para que mis huesos, después de muerto, como mi lengua y mi pluma
en vida, estén siempre diciendo a los que pasen: ¡Ahí está Jesús! ¡Ahí está!
¡No lo dejéis abandonado!»
Su causa
de beatificación se abrió el 2 de mayo de 1952, y en 1998 San Juan Pablo II
declaró sus virtudes heroicas. Un año después se aprobó el milagro atribuido
a su intercesión y el 29 de abril de 2001 fue beatificado en Roma junto a otros
cuatro beatos. El 3 de marzo
de 2016, el Papa Francisco autorizó a la Congregación para la Causa de los
Santos promulgar el decreto de un milagro atribuido a su intercesión, y recientemente se ha celebrado el Consistorio para canonizar a cinco beatos, entre ellos
don Manuel González.
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Picando en cada fotografía, ésta se
agranda y se puede leer mejor.
(Fuente consultada:
El Correo de Andalucía)
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JOLABE