Nos disponemos a celebrar, un año más, la Solemnidad de Todos los Santos. El próximo dia 1 de Noviembre, y siguiendo nuestra tradición católica, los cristianos celebraremos esta Fiesta grande de la Iglesia en nuestras vidas tratando de seguir el ejemplo de aquellos que nos dejaron, con su testimonio evangélico, un ejemplo de vida a seguir.
Y en ese día en que celebramos la Solemnidad de Todos los Santos, la Iglesia entera rebosa de alegría y esperanza. Celebramos y recordamos, como no, a los santos más cercanos y conocidos: los que vemos cada día en los altares o en las vidrieras de nuestros Templos; pero también, no debemos olvidarlo, celebramos hoy a los santos no canonizados, a los que no están en los altares, porque vivieron en el anonimato y así pasarán a la eternidad.
En un mundo como el nuestro, en el que hay tanto déficit de alegría, en que a veces incluso se llega a pensar si la vida tiene sentido, la fiesta que celebramos nos invita a tener ánimo y esperanza. Este camino de la vida que recorremos y seguimos, si intentamos vivir como Cristo, tiene razón de ser, y puede convertirse en una vida maravillosa.