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viernes, 16 de febrero de 2018

CARTA DE CUARESMA 2018 DEL SR. OBISPO DE HUELVA: AMARÁS A DIOS Y AMARÁS AL PRÓJIMO


Queridos hermanos y hermanas:
Dios es amor y amarle a Él y amar al hermano, inseparablemente, es el signo de una vida cristiana auténtica. Cada Cuaresma, la Iglesia nos invita a renovar y revitalizar este amor que está permanentemente expuesto a enfriarse. Así nos lo ha recordado el Papa Francisco, en su mensaje para esta Cuaresma, al ponernos en guardia frente a los falsos profetas que nos invitan a una vida fácil y nos seducen con falsas promesas de una vida egoísta que “enfrían nuestro amor”.
En esta sencilla carta, al inicio de este tiempo de conversión, os exhorto a preguntaros en serio cómo está nuestro amor a Dios, a volver a Él y, alimentados por su Palabra y la celebración de los sacramentos, reavivar vuestro corazón. Así se encenderá de nuevo, como experimentaron los discípulos de Emaús (Cf. Lc 24, 13-25).
El amor a Dios y al prójimo ha de actualizarse y vivirse en cada momento de la historia para traducirlo en acciones concretas y adecuadas, de manera que no amemos de palabra sino con obras y verdad (Cf. I Jn 3, 18). Amar es tomarse en serio al otro en este doble sentido: tomarse en serio las cosas de Dios y tomarse en serio la situación del hermano. Amar significa preguntarse qué espera el otro de mí. Deseo centrarme en esta breve carta en el amor y servicio a los más necesitados que se encuentran entre nosotros.
Cada uno personalmente, de hecho, ayudamos y acompañamos a muchas personas. Esto no puede faltar en la vida cristiana. Pero hay otro modo, complementario y necesario, de ayudar de forma comunitaria y organizada. Porque hay situaciones y necesidades que sólo podremos afrontar debidamente uniendo nuestros esfuerzos. Esta forma de acercarnos a los demás expresa la solicitud de la madre Iglesia por sus hijos más débiles. Este servicio de la Iglesia a los últimos, organizado y comunitario, lo llevamos a cabo por medio de Cáritas.
¿Qué es Cáritas? Es la mano generosa de la Iglesia que sirve a los últimos de la sociedad. En su nivel parroquial, diocesano, nacional e internacional, desea acercarse a los más vulnerables; reconociendo la dignidad de toda persona humana y procurando su promoción y desarrollo integral.
Nuestra Diócesis de Huelva está atenta a las situaciones que demandan de todos nosotros una mayor atención. Además de las personas sin hogar, hay entre nosotros un gran número de inmigrantes que vive en situaciones indignas de cualquier ser humano. Pero, además, dentro de ellos, hay un grupo que sufre a causa de la enfermedad o el accidente. Se convierten así en los últimos de los últimos.
Los cristianos no podemos ser indiferentes ante estas situaciones. El Papa Francisco, en su mensaje cuaresmal de este año, recuerda unas palabras del Papa Pío XII, y nos dice que: “cada limosna es una ocasión para participar en la Providencia de Dios hacia sus hijos. Y si él hoy se sirve de mí para ayudar a un hermano, ¿no va a proveer también mañana a mis necesidades, él, que no se deja ganar por nadie en generosidad?”.
El tiempo de cuaresma es tiempo de oración, ayuno y limosna: tiempo de saber renunciar a nuestros caprichos, para poder compartir con más generosidad.
Nuestras Cáritas están necesitadas de recursos para prestar mejor ayuda. Algunas instituciones están retirando su ayuda a Cáritas y esto requiere que nosotros aumentemos nuestros recursos propios para seguir acompañando a los más necesitados.
¿Qué podemos hacer?
Tomemos en serio lo que venimos haciendo:
– La colecta del primer domingo de mes.
– El Gesto de Cuaresma.
– La renovación de nuestros equipos de Cáritas, con más voluntarios.
– La información de lo que la Diócesis está haciendo y la formación para realizar una Caridad más promocional.
– La reflexión sobre lo que cada uno, o cada familia, puede compartir.
Queridos hermanos y hermanas, no olvidemos que el Señor nos preguntará al final de nuestros días: ¿Qué has hecho por mí en el hermano? Quiera Dios que nuestra respuesta sea: ten piedad de mí, he intentado amarte con todo mi corazón, sirviendo y ayudando a mis hermanos.
Con todo afecto os bendigo.
José Vilaplana Blasco
Obispo de Huelva


(Publicado el 14 febrero, 2018 por Prensa)


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JOLABE

lunes, 12 de febrero de 2018

14 DE FEBRERO DE 2018 - MIÉRCOLES DE CENIZA


Una práctica que hunde sus raíces en la Biblia y que se desarrolló en la Edad Media. Con la imposición de las cenizas, se inicia la Cuaresma, una estación espiritual particularmente relevante para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para la vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.
El miércoles de Ceniza se halla estrechamente unido con la idea de la penitencia,  que ya se expresaba entre los hebreos cubriéndose la cabeza de ceniza y vistiéndose de aquel áspero paño llamado cilicio. El miércoles de ceniza y el viernes santo son días de ayuno y abstinencia. La abstinencia obliga a partir de los 14 años y el ayuno de los 18 hasta los 59 años. El ayuno consiste hacer una sola comida fuerte al día y la abstinencia es no comer carne. Este es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre.

Este tiempo vigoroso del Año Litúrgico se caracteriza por el mensaje bíblico que puede ser resumido en una sola palabra: "metanoeiete", es decir "Convertíos". Este imperativo es propuesto a la mente de los fieles mediante el rito austero de la imposición de ceniza, el cual, con las palabras "Convertíos y creed en el Evangelio" y con la expresión "Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás", invita a todos a reflexionar acerca del deber de la conversión, recordando la inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana, sujeta a la muerte.
La sugestiva ceremonia de la ceniza eleva nuestras mentes a la realidad eterna que no pasa jamás, a Dios; principio y fin, alfa y omega de nuestra existencia. La conversión no es, en efecto, sino un volver a Dios, valorando las realidades terrenales bajo la luz indefectible de su verdad. Una valoración que implica una conciencia cada vez más diáfana del hecho de que estamos de paso en este fatigoso itinerario sobre la tierra, y que nos impulsa y estimula a trabajar hasta el final, a fin de que el Reino de Dios se instaure dentro de nosotros y triunfe su justicia.
Sinónimo de "conversión" es así mismo la palabra "penitencia"... Penitencia como cambio de mentalidad. Penitencia como expresión de libre y positivo esfuerzo en el seguimiento de Cristo.

La Tradición
En la Iglesia primitiva, variaba la duración de la Cuaresma, pero eventualmente comenzaba seis semanas (42 días) antes de la Pascua. Esto sólo daba por resultado 36 días de ayuno (ya que se excluyen los domingos). En el siglo VII se agregaron cuatro días antes del primer domingo de Cuaresma estableciendo los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto.
Era práctica común en Roma que los penitentes comenzaran su penitencia pública el primer día de Cuaresma. Ellos eran salpicados de cenizas, vestidos en sayal y obligados a mantenerse lejos hasta que se reconciliaran con la Iglesia el Jueves Santo o el Jueves antes de la Pascua. Cuando estas prácticas cayeron en desuso (del siglo VIII al X), el inicio de la temporada penitencial de la Cuaresma fue simbolizada colocando ceniza en las cabezas de toda la congregación.

Hoy en día en la Iglesia, el Miércoles de Ceniza, el cristiano recibe una cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas en el Domingo de Ramos previo. Esta tradición de la Iglesia ha quedado como un simple servicio en algunas Iglesias protestantes como la anglicana y la luterana. La Iglesia Ortodoxa comienza la cuaresma desde el lunes anterior y no celebra el Miércoles de Ceniza.
Significado simbólico de la Ceniza
La ceniza, del latín "cinis", es producto de la combustión de algo por el fuego. Muy fácilmente adquirió un sentido simbólico de muerte, caducidad, y en sentido trasladado, de humildad y penitencia. En Jonás 3,6 sirve, por ejemplo, para describir la conversión de los habitantes de Nínive. Muchas veces se une al "polvo" de la tierra: "en verdad soy polvo y ceniza", dice Abraham en Gén. 18,27. El Miércoles de Ceniza, el anterior al primer domingo de Cuaresma realizamos el gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente (fruto de la cremación de las palmas del año pasado). Se hace como respuesta a la Palabra de Dios que nos invita a la conversión, como inicio y puerta del ayuno cuaresmal y de la marcha de preparación a la Pascua. La Cuaresma empieza con ceniza y termina con el fuego, el agua y la luz de la Vigilia Pascual. Algo debe quemarse y destruirse en nosotros -el hombre viejo- para dar lugar a la novedad de la vida pascual de Cristo.

Mientras el ministro impone la ceniza dice estas dos expresiones, alternativamente: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio" (Cf Mc1,15) y "Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver" (Cf Gén 3,19): un signo y unas palabras que expresan muy bien nuestra caducidad, nuestra conversión y aceptación del Evangelio, o sea, la novedad de vida que Cristo cada año quiere comunicarnos en la Pascua.
NOTA: En nuestra Parroquia de San Juan Bautista de La Palma del Condado, la imposición de la ceniza se realizará el miércoles día 14 de Febrero con el siguiente horario:
·        5:30 h. de la tarde, niños y niñas de Catequesis.
·        7:30 h. de la tarde, imposición de la ceniza para todos los fieles en la Misa de tarde.


(Página consultada: Aciprensa, con nuestro agradecimiento).
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jolabe


martes, 6 de febrero de 2018

LA VIRGEN DE FÁTIMA PEREGRINA HA VISITADO A LA PALMA DEL CONDADO


La Palma del Condado ha estado de enhorabuena. Durante diez días nos ha visitado la Virgen de Fátima Peregrina, que cuenta en nuestro pueblo con una gran devoción.

La imagen peregrina de Nuestra Señora de Fátima llegó el viernes 26 de Enero a La Palma y permaneció en la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista hasta el 4 de febrero de 2018, evento programado con motivo de la conmemoración del 250 aniversario de la construcción del citado templo tras el terremoto de Lisboa de 1755.

En todo este tiempo de estancia de la Virgen en La Palma se ha organizado una programación de actos y cultos muy intensa de manos de la Asociación Palmerina de la Virgen de Fátima y la propia Parroquia.


La Virgen llegó el pasado viernes, 26 de enero, a las cinco de la tarde. Fue recibida a la entrada del pueblo, a la altura de la Casa de Hermandad de la Virgen del Valle. En su recorrido hasta la Iglesia Parroquial visitó la Iglesia del Salvador (Salesianos), el Convento de la Hermanas Carmelitas, el Ayuntamiento de La Palma donde fue recibida por el alcalde y corporación, y llegó a la Iglesia Parroquial donde a continuación se celebró la Santa Misa. Unas horas después, a las nueve de la noche, la Virgen presidió el Rosario de antorchas por las calles de nuestro pueblo.

Durante su estancia la Virgen ha efectuado otras salidas desde la Parroquia. Así el sábado, 27 de enero, visitó las capillas de las Cruces de Mayo. El lunes, 29, procesionó al convento de las Hermanas de la Cruz. Y el 31 de enero, visitó al geriátrico La Viña y el Centro Jacaranda. Los niños/as de los diferentes centros de enseñanza de esta localidad han girado visita a la Parroquia para rezar ante la Sra. de Fátima.
Hasta el 4 de febrero se han venido celebrando diariamente el rezo del Ángelus, Santos Rosarios y Misas. También se han llevado a cabo la celebración de las siguientes catequesis: “María imagen de la Iglesia” por D. José Arturo Domínguez; “María y el Santo Rosario síntesis del Evangelio” por D. Diego Capado, “La verdadera devoción a la Virgen” por D. Daniel Varela y “María y la Eucaristía” por D. Cristóbal Robledo.

Se puso fin al programa de su estancia en La Palma con la celebración de la Solemne Función de Consagración al Sagrado Corazón de María, del día 3 de febrero, con la presencia del Sr. Obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco y la actuación de la capilla musical a cargo de la Coral Polifónica Municipal de La Palma del Condado.

Cuánta ternura, bondad y amor  ha derramado en nuestros corazones y qué felicidad  nos ha hecho sentir la Virgen de Fátima Peregrina en estos 10 días en los que visitó nuestro pueblo. La Tradición cristiana ha tenido siempre claro que la hermosura procedente del mismo Dios se llamaba María. María Santísima de Fátima nos indica el camino de crecimiento en la fe: el camino es Cristo Jesús. Es un camino empinado, estrecho y fatigoso. Pero para quien sabe recorrerlo, haciendo del Evangelio la norma de la propia vida, es un camino que introduce en la alegría verdadera.

Que la experiencia de fe vivida a los pies de la Señora de Fátima permanezca impresa para siempre en nuestros corazones. ¡Que la Santísima Virgen nos acompañe siempre! Que María Santísima del Rosario de Fátima nos proteja, nos mire con ternura e interceda por nosotros y por nuestras familias. AMÉN.


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 JOLABE
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