En nuestra Iglesia Parroquial de San Juan Bautista de La Palma del
Condado se están celebrando, como cada año por estas fechas, las Primeras Comuniones
de niños y niñas palmerinos/as.
Es primavera y época de Primeras Comuniones. ¿Pero sabéis porqué
la Primera Comunión se celebra en esta época? Porque estamos aún en
tiempo de Pascua. Tiempo que comenzó el Domingo de Resurrección y
continuará hasta Pentecostés. Y es precisamente la época más
adecuada, según la iglesia católica, para celebrar este rito.
La tradición de recibir la Primera Comunión, característica de
la religión católica, pero también de algunas otras religiones, tiene su origen
en el Concilio de Letrán de 1.215, que determinó que los menores de edad que
tuvieran entre 12 y 14 años podían recibir este Sagrado Sacramento. Hasta el
siglo IV, la Primera Comunión siempre se recibía cuando el
adulto era bautizado.
El día de la Primera Comunión,
es un día muy especial y enormemente deseado pues se recibe en el corazón por
vez primera a Dios. Y ésto, sencillamente, es suficiente para semejante
alegría.
Cuando nosotros asistimos a
esta ceremonia eclesiástica y sin apenas darnos cuenta, los recuerdos
regresaron a nuestra mente y nos transportaron en la nostalgia hasta aquel
florido y soleado día en que recibimos nuestra Primera Comunión, en el que recibimos
ese mismo Sacramento. Aquellos tiempos eran distintos a los de ahora. Tiempos
difíciles y economías familiares que no dejaban lugar para gastos “especiales”.
No obstante, lo que no nos
cabe la menor duda, es que tanto los niños de entonces como los de ahora,
habrán pedido al Niño Jesús que llevan dentro con la seguridad de que serán
escuchados, que sus mayores sean más tolerantes, pacificadores y dialogantes. Y
que ante todo y sobre todo se preocupen de dejarles un mundo mejor, en el que
todos estemos unidos y viviendo en paz cediendo de sus derechos en beneficio de
todos.
Queridos papás, familiares y
amigos: hoy es un día importante para todos vosotros, ya que por primera vez
vuestros hijos/as van a recibir a Jesús en la Eucaristía. Jesús es siempre el
mejor amigo de los niños y de todos los hombres, porque sabe escuchar y atender
a nuestras necesidades, y porque se ofrece a todos en un trozo de pan y en un
poco de vino, para alimentarnos y alegrarnos en nuestra vida. Nuestra presencia
en esta Eucaristía queremos que sea de tal forma que aprendamos a vivir más y
más unidos a Jesús, el Señor, no sólo hoy sino durante toda la vida. Por eso
queremos pedirle también a la Virgen, nuestra Madre, que nos acompañe, que nos
ayude siempre a encontrar a Jesús en cualquier circunstancia y a que crezcamos
juntos en el amor a Dios y a los hombres.
Queridos niños: En este día vais
a cumplir una promesa delante del Señor. El día de vuestro bautismo empezásteis
a ser hijos de Dios. Érais tan pequeños que vuestros padres y padrinos en
vuestro nombre prometieron que renunciábais al mal, al egoísmo y a la mentira y
os entregábais a Jesucristo para siempre.
La Primera Comunión SI es
una fiesta de importancia capital en el proceso de maduración y vivencia
cristiana de nuestros niños. Jesús, que nos ha hecho el gran regalo de quedarse
con nosotros en la Eucaristía y dársenos en comida: «Tomad y comed, eso es mi
cuerpo. Tomad y bebed, ésta es mi sangre», llega al corazón y a la vida de
nuestros niños. El anhelo y el gozo de los pequeños, alimentado durante los
años de preparación y catequesis, se ve cumplido.
La Primera Comunión SI es el
comienzo de una participación más plena y más constante en la Eucaristía de la
comunidad. Desde este día, y acompañados por su familia, los niños que han
comulgado deben acudir, todos los Domingos y otras fiestas, a recibir a Jesús,
para crecer en la amistad con Él y para que no dejen de hacer el bien a los
demás como lo hacía Jesús y como les ha dicho el Párroco en su Homilía.
La Primera Comunión SI es un
momento oportuno para intensificar la vida de comunión y fraternidad en el
corazón y en los comportamientos de nuestros niños. La participación en la mesa
del altar, la comunión de todos de mismo y único pan, debe fortalecer nuestra
condición de hermandad, de miembros de la misma familia. Comulgar a Jesús
implica comulgar también con los demás, especialmente con los más pobres, para
ayudarles y socorrerles en todo lo necesario.
Felicidades a todas las
familias palmerinas que tienen hoy la dicha de celebrar con sus hijos/as la
Primera Comunión. Que Dios les bendiga a todos/as.
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JOLABE