Domingo de Ramos en la
Pasión del Señor: Éste es el título que,
después del Concilio Vaticano II, se atribuye al domingo último de Cuaresma y
que abre solemnemente la Semana Santa con el recuerdo de las palmas y de la
Pasión. Así han quedado, sintetizando los dos aspectos más importantes conmemorados
en la Liturgia romana actual de este día. Comenzamos hoy la Semana Santa, la
Semana más Sagrada y Solemne de todo el año cristiano, con el Domingo de Ramos.
Hoy Domingo de Ramos,
a las diez de la mañana, la procesión de palmas saldrá por la calles de La Palma.
Un recorrido que se inicia en el convento de las Hermanas de la Cruz y concluye
en la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista. Será el momento en el que luzcan
las palmas artísticas y trenzadas a mano que han elaborado la Asociación de Belenistas El
Templo. De la ciudad de este arte, Elche, se han traído los
palmerinos los conocimientos necesarios para hacer estas ornamentales piezas
que lucirán el alcalde, el párroco, los Hermanos Mayores y Presidentes de las diferentes
Hermandades palmerinas y los fieles que acompañan.
En
total serán unas 20 palmas rizadas las que lucirán en el cortejo de este año. Son
obras de arte efímeras que apenas lucen unas horas la mañana de este Domingo de
Ramos pero que conllevan un trabajo y una dedicación de muchas horas.
Cuando llegaba a Jerusalén para celebrar la
Pascua, Jesús les pidió a sus discípulos traer un pollino y lo montó. Antes de
entrar en Jerusalén, la gente tendía sus mantos por el camino y otros cortaban
ramas de árboles alfombrando el paso, tal como acostumbraban saludar y recibir
a los reyes. Los que iban delante y
detrás de Jesús gritaban:
"¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
¡Hosanna en las alturas!"
Entró
a la ciudad santa de Jerusalén, que era la ciudad más importante y sagrada y la
capital de su nación, y mucha gente, niños y adultos, lo acompañaron y
recibieron como a un rey con palmas y ramos gritándole “hosanna” que significa
“Viva”. La gente de la ciudad preguntaba ¿quién es éste? y les respondían: “Es
el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea”. Ésta fue su entrada triunfal.
La muchedumbre que lo seguía estaba
formada por hombres, mujeres y niños, cada uno con su nombre, su ocupación, y
con el mismo interés en seguir a Jesús. Algunas de estas personas habían estado
presentes en los milagros que había realizado el Maestro y habían escuchado sus
parábolas, sus mensajes, su doctrina. Esto los llevó a alabarlo con palmas en
las manos cuando entró en Jerusalén.
Fueron muchos los que siguieron a Cristo en este momento de triunfo, pero fueron pocos los que lo acompañaron en su Pasión y muerte de Cruz. Mientras esto sucedía, los sacerdotes judíos buscaban pretextos para meterlo en la cárcel, pues les dio miedo al ver cómo la gente lo amaba cada vez más y como lo habían aclamado al entrar en Jerusalén. Este misterio de la vida del Señor que hoy celebramos es una oportunidad para proclamar a Jesús como el Rey y centro de nuestras vidas.
Fueron muchos los que siguieron a Cristo en este momento de triunfo, pero fueron pocos los que lo acompañaron en su Pasión y muerte de Cruz. Mientras esto sucedía, los sacerdotes judíos buscaban pretextos para meterlo en la cárcel, pues les dio miedo al ver cómo la gente lo amaba cada vez más y como lo habían aclamado al entrar en Jerusalén. Este misterio de la vida del Señor que hoy celebramos es una oportunidad para proclamar a Jesús como el Rey y centro de nuestras vidas.
Debemos mezclarnos con esa gente de Jerusalén que se entusiasmó
por seguir a Cristo. Decir no sólo con los labios sino también con el corazón
“Viva mi Cristo, Viva mi Rey...” Es un día en el que le podemos decir a Cristo
que nosotros también queremos seguirlo, aunque tengamos que sufrir o morir por
Él. Que queremos que sea el Rey de nuestra vida, de nuestra familia, de nuestra
Patria y del mundo entero. Queremos que sea nuestro Dios y Señor en todos los
momentos de nuestra vida.
Hoy la Santa Misa se inicia con la bendición y procesión de los ramos. Nosotros recibimos los ramos bendecidos y decimos o cantamos “Bendito el que viene en el nombre del Señor”. Luego se comienza la Santa Misa. Y se proclama el Evangelio de la Pasión de Cristo. Al terminar la Santa Misa, nos llevamos los ramos benditos a nuestro hogar. Se acostumbra colocarlos en nuestras ventanas o balcones. Esta práctica piadosa se realiza para que nos ayude a recordar que Jesús es nuestro Rey y que debemos seguirlo siempre con valentía y fidelidad.
Hoy la Santa Misa se inicia con la bendición y procesión de los ramos. Nosotros recibimos los ramos bendecidos y decimos o cantamos “Bendito el que viene en el nombre del Señor”. Luego se comienza la Santa Misa. Y se proclama el Evangelio de la Pasión de Cristo. Al terminar la Santa Misa, nos llevamos los ramos benditos a nuestro hogar. Se acostumbra colocarlos en nuestras ventanas o balcones. Esta práctica piadosa se realiza para que nos ayude a recordar que Jesús es nuestro Rey y que debemos seguirlo siempre con valentía y fidelidad.
Que los Sagrados Corazones de Jesús y María
nos concedan un buen Domingo de Ramos, una feliz Semana Santa y una espléndida Pascua
de Resurrección del Señor…
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JOLABE