La Liturgia de las Horas u Oficio Divino, es el conjunto de oraciones (salmos, antífonas, himnos, oraciones, lecturas bíblicas y otras)
que la Iglesia ha organizado para ser rezadas en determinadas horas de
cada día. El oficio divino es parte de la liturgia y, como tal,
constituye, con la Santa Misa, la plegaria pública y oficial de la
Iglesia. Su fin es consagrar las horas al Señor,
extendiendo la comunión con Cristo efectuada en el Sacrificio de la
Misa. Quien reza el oficio hace un paro en las labores para rezar con la
Iglesia aunque se encuentre físicamente solo. Aunque sin duda es necesaria la oración privada, también es necesario que recemos formalmente unidos como Iglesia.
Los sacerdotes, religiosos y religiosas tienen obligación de rezar el Oficio Divino.
Las horas del oficio divino: Estas horas se llaman "horas canónicas".
Recuerde que no es necesario para los laicos rezarlas todas para participar de esta oración. Pueden reducir el oficio a estas dos horas: Los Laudes antes de ir a trabajar y las Vísperas al terminar los trabajos.
Recuerde que no es necesario para los laicos rezarlas todas para participar de esta oración. Pueden reducir el oficio a estas dos horas: Los Laudes antes de ir a trabajar y las Vísperas al terminar los trabajos.
- Maitines (la oración de la mañana) también llamadas (matutinae laudes
o alabanzas matutinas). El nombre es del latín matutinus. La primera
de las horas canónicas. Antiguamente se cantaban los maitines durante
las primeras horas del día, poco después de la media noche
- Laudes, que significa "alabanzas". Es, con las vísperas, una de las horas principales. Consiste de un himno, dos salmos, un cántico del Antiguo o del Nuevo Testamento, una lectura corta de la Biblia, el Benedictus, responsorios, intercesiones, el Padrenuestro y una oración conclusiva.
- Laudes, que significa "alabanzas". Es, con las vísperas, una de las horas principales. Consiste de un himno, dos salmos, un cántico del Antiguo o del Nuevo Testamento, una lectura corta de la Biblia, el Benedictus, responsorios, intercesiones, el Padrenuestro y una oración conclusiva.
- "Horas menores"
Prima: primera hora después de salir el sol, aprox. 6AM
Tercia: tercera hora después de salir el sol, aprox. 8AM
Sexta: sexta hora, aprox. 11AM
Nona: novena hora, aprox. 2PM
- Vísperas: (viene
de "vesper": tarde). Es el oficio de la tarde. Consiste de un himno,
dos salmos, un cántico del Antiguo o del Nuevo Testamento, una lectura
corta de la Biblia, el Magnificat de la Santísima Virgen, responsorios,
intercesiones, el Padrenuestro y una oración conclusiva.
- Completas: oraciones del oficio divino al acostarse.
Historia
Durante la Edad Media el Oficio Divino se organizó partiendo principalmente de los monasterios benedictinos. En su regla, San Benito
recomienda insistentemente a sus monjes que durante sus viajes no dejen
pasar las horas de la oración. Debían rezar cada semana el salterio
íntegro (los 150 salmos).
Para rezar algunas horas, las "horas menores", no
era obligación acudir a la iglesia, sino que, al escuchar la trompeta o
campana, los monjes, interrumpiendo sus ocupaciones se ponían a orar en
el lugar que se encontraban (como hacen los musulmanes). Para las "horas mayores", (maitines, laudes, vísperas), toda la comunidad se reunía en la iglesia.
A partir del siglo XII, por la influencia de los frailes menores (Franciscanos), que viajaban con frecuencia, se promulgó un libro abreviado (breviario) ya que era imposible llevar los numerosos volúmenes que se requieren en el monasterio.
La actual forma del Oficio Divino fue promulgada por el Papa Paulo VI en 1970 en la constitución apostólica Laudis Canticum.
Los textos y los arreglos de la liturgia de las horas fueron revisados
de acuerdo a las directrices del Concilio Vaticano Segundo (Constitución sobre la Liturgia, IV, 83-101).
Organización del Oficio Divino
Como aparece en el Breviario, el oficio está dividido en:
El Propio del Tiempo, con lecturas bíblicas y homilías.
Solemnidades del Seńor
El Ordinario (el orden regular cuando no hay una fiesta seńalada)
El Salterio (salmos para las diferentes horas) que sigue un ciclo de cuatro semanas.
El Propio de los Santos, con secuencia de fiestas
Oficios Comunes, para las Misas votivas
El Oficio de los Muertos.
Un suplemento contiene cánticos y lecturas de la Palabra para las vigilias, pequeńas oraciones de intercesión, e índices detallados.
La revisión del Breviario desde el Concilio Vaticano Segundo prescribe:
Oficio de las Lecturas, Oración de Laudes (mańana), Oración del Día (optar por una de las menores), Oración de Vísperas (Atardecer) y Completas
(Oración de la Noche). Estas incluyen las antífonas apropiadas, así
como las oraciones, salmos, cánticos, himnos, y responsorios que
aparecen en el breviario.
Para todo el clero, religiosos y religiosas,
el Oficio Divino continúa siendo obligación formal. Su primer cometido
es orar por el pueblo y en nombre del pueblo que se les ha encomendado.
Lo ideal es que el clero rece con su pueblo en cuanto sea posible
Aunque no es obligación para los laicos,
La Iglesia recomienda a todos los fieles que recen el Oficio Divino.
San Pío X, en 1903 exhortó encarecidamente al pueblo cristiano a
participar en el Oficio Divino. El Concilio Vaticano II confirmó esta recomendación que aparece también en el Catecismo de la Iglesia Católica:
1196
Los fieles que celebran la Liturgia de las Horas se unen a Cristo,
nuestro Sumo Sacerdote, por la oración de los salmos, la meditación de
la Palabra de Dios, de los cánticos y de las bendiciones, a fin de ser
asociados a su oración incesante y universal que da gloria al Padre e
implora el don del Espíritu Santo sobre el mundo entero.
Aparece también en la actual ley canónica:
"Se
invita encarecidamente también a los demás fieles a que, según las
circunstancias, participen en la Liturgia de las Horas, puesto que es
acción de la Iglesia."-Canon 1174 § 2.
Lamentablemente, poco se ha implementado.
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