Páginas

sábado, 14 de enero de 2012

SAGRADA BIBLIA. VERSIÓN OFICIAL DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA

Por primera vez, tenemos una Biblia en español para todas las actividades oficiales de la Iglesia. Es un acontecimiento histórico. A partir de ahora será exactamente la misma traducción del texto bíblico la que se proclame en la celebración de la misa y de los demás sacramentos; la que se cite en los catecismos y las publicaciones eclesiales; la que las comunidades y los grupos podrán usar para preparar las celebraciones litúrgicas o para el estudio y la meditación de la Biblia; la que cada persona y cada familia podrá tener en casa para esos mismos fines; la que ayudará a los profesores de religión a conectar mejor sus clases con el resto de la vida de la Iglesia, etc. Usando las mismas palabras en todos esos ámbitos, resultará más fácil conservar la Palabra de Dios en la memoria y meditarla en el corazón.
En los últimos decenios se han multiplicado las traducciones de la Biblia. Es una buena señal: la Sagrada Escritura ha sido más leída y ha estado más presente en la vida de la Iglesia. Ojalá se sigan haciendo buenos trabajos en este campo. La Versión oficial de la Conferencia Episcopal que hoy presentamos no excluye otras traducciones. Las que cuenten con la calidad y la aprobación debida podrán seguir siendo utilizadas, naturalmente. Pero ahora, por fin, contamos con una traducción de referencia para las actividades más específicas de la misión de la Iglesia.

¿COMUNIÓN EN LA MANO Ó EN LA BOCA?

Una mano abierta que pide, que espera, que recibe. Mientras los ojos  miran al Pan eucarístico que el ministro ofrece y los labios dicen "amén". ¿No es una actitud expresiva para recibir el Cuerpo de Cristo?
Hay varios gestos simbólicos en torno a la comunión: la fracción del pan, la procesión hacia el altar cantando, el participar tanto del Pan como del Vino, el que el Pan sea consagrado en la misma celebración, etc.
El modo de realizar este rito debe ser expresivo de cómo entendemos el Misterio de la autodonación de Cristo, precisamente en el momento culminante del sacramento. Esta vez vamos a reflexionar sobre el "nuevo" —pero no tanto— modo  de recibir la comunión: en la mano.