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viernes, 15 de septiembre de 2017

FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES - 15 DE SEPTIEMBRE

HIMNO DEL STABAT MATER

La Madre piadosa estaba
junto a la cruz y lloraba
mientras el Hijo pendía;
cuya alma, triste y llorosa, 

traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.

¡Oh, cuán triste y cuán aflicta
se vio la Madre bendita,
de tantos tormentos llena!
Cuando triste contemplaba
y dolorosa miraba
del Hijo amado la pena.

Y ¿cuál hombre no llorara,
si a la Madre contemplara
de Cristo, en tanto dolor?
Y ¿quién no se entristeciera,
Madre piadosa, si os viera
sujeta a tanto rigor?

Por los pecados del mundo,
vio a Jesús en tan profundo
tormento la dulce Madre.

Vio morir al Hijo amado,
que rindió desamparado
el espíritu a su Padre.

¡Oh dulce fuente de amor!,
hazme sentir tu dolor
para que llore contigo.
Y que, por mi Cristo amado,
mi corazón abrasado
más viva en él que conmigo.

Y, porque a amarle me anime,
en mi corazón imprime
las llagas que tuvo en sí.
Y de tu Hijo, Señora,
divide conmigo ahora
las que padeció por mí.

Hazme contigo llorar
y de veras lastimar
de sus penas mientras vivo.
Porque acompañar deseo

en la cruz, donde le veo,
tu corazón compasivo.

¡Virgen de vírgenes santas!,
llore ya con ansias tantas,
que el llanto dulce me sea.
Porque su pasión y muerte
tenga en mi alma, de suerte
que siempre sus penas vea.

Haz que su cruz me enamore
y que en ella viva y more
de mi fe y amor indicio.
Porque me inflame y encienda,
y contigo me defienda
en el día del juicio.

Haz que me ampare la muerte
de Cristo, cuando en tan fuerte
trance vida y alma estén.
Porque, cuando quede en calma
el cuerpo, vaya mi alma
a su eterna gloria. Amén.

Este himno del Stabat Mater traducido por Lope de Vega del latín al castellano nos recuerda que celebramos hoy la fiesta de Ntra. Sra. de los Dolores que, a diferencia del Viernes de Dolores de la Semana de Pasión en que nos centramos en sus amarguras y sufrimientos al pie de la Santa Cruz, hoy la contemplamos como Madre y Corredentora nuestra, pues en sus Dolores se nos dio por Madre y con sus Dolores se unió como nadie al Misterio de la Redención que su Santísimo Hijo consumaba en el Sacrosanto Árbol de la Cruz.

Por tanto, dos veces durante el año, la Iglesia conmemora los Dolores de la Santísima Virgen que es el de la Semana de la Pasión como Madre afligida (Los Siete Dolores de la Bienaventurada Virgen María) y también hoy, 15 de septiembre, como Madre gloriosa por sus dolores y amarguras (La Bienaventurada Virgen María de los Dolores).

La primera de estas conmemoraciones es la más antigua, puesto que se instituyó en Colonia y en otras partes de Europa en el siglo XV y cuando la festividad se extendió por toda la Iglesia, en 1727, con el nombre de los Siete Dolores de Ntra. Sra., se mantuvo la referencia original de la Misa y del oficio de la Crucifixión del Señor.


En la Edad Media había una devoción popular por los cinco gozos de la Virgen Madre, y por la misma época se complementó esa devoción con otra fiesta en honor a sus cinco dolores durante la Pasión. Más adelante, las penas de la Virgen María aumentaron a siete, y no sólo comprendieron su marcha hacia el Calvario, sino su vida entera. A los frailes servitas, que desde su fundación tuvieron particular devoción por los sufrimientos de la Santísima Virgen María, se les autorizó para que celebraran una festividad en memoria de los Siete Dolores el tercer domingo de septiembre de todos los años.


Que la Reina de los Cielos que, gracias a sus dolores y amarguras, fue glorificada, hecha Madre de todos los creyentes y Corredentora del mundo entero, nos consiga gozar algún día de la Gloria que ya goza eternamente.

Feliz día de Ntra. Sra. de los Dolores... Felicidades a todas las Lolas y Dolores que tienen la suerte de celebrar dos veces al año el día de su Santo.
























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JOLABE

FIESTA DE LA EXALTACIÓN DE LA CRUZ – 14 DE SEPTIEMBRE

A LA SANTA CRUZ DE CRISTO, SEÑOR NUESTRO


Salve dulce Leño,
salve dulces clavos,
ángeles y hombres
todos te adoramos.

Salve Cruz hermosa,
Estandarte real
que has de aparecer
al Juicio Final.

Instrumento santo
de la Redención,
Tú nos has librado
de la perdición.

Señal y Divisa
de todo cristiano,
con que se distingue
del infiel pagano.

En Ti sufrió muerte
nuestra Vida, Dios,
y aquella su muerte
nos vivificó.

Si el diablo en un leño
al hombre mató,
Cristo en otro Leño
al diablo venció.

La paz a la Iglesia
contigo le vino,
dándote victoria
el gran Constantino.

Tu Invención alegre
fue muy milagrosa,
hallándote Elena,
reina cuidadosa.

A la España triunfo,
le diste ufano
con fatal destrozo
del moro africano.

Oh Árbol fecundo,
Árbol más dichoso
por haber tenido
Cuerpo tan hermoso.

Con la Cruz vivimos,
sin la Cruz nada hay bueno
y en la Cruz logramos
cuanto aparecemos.

Esta ciudad fía
todos sus progresos
en la Cruz y en armas,
en su Iglesia vemos.

Santa Cruz se llama
su famoso templo,
en calles y plazas
fijada la vemos.

De los enemigos,
terremotos, truenos,
por la Cruz de Cristo
libres nos veremos.

Trinidad divina
a Ti sean las glorias
para que cantemos
de la Cruz victorias.

Estos bellos versos a la Santa Cruz que, escritos por el Beato Diego José de Cádiz, nos recuerda que hoy celebramos la Solemnidad de la Exaltación de la Santa Cruz.

Hay muchas personas que conocen el origen de esta Fiesta de la Iglesia llamada Exaltación de la Cruz. Pero hay otras muchas que no la conocen y para ellas va este artículo de nuestro Blog Parroquial. Esta Solemnidad se hace en recuerdo de la recuperación del fragmento de la Santa y Vera Cruz que se veneraba en la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén y que fue robada por los persas, dicha recuperación fue obtenida en el año 614 por el emperador Heraclio.




Al llegar de nuevo la Santa y Vera Cruz a Jerusalén, el emperador dispuso llevarla él mismo en solemne procesión hacia la Basílica del Santo Sepulcro, pero vestido con todos los lujosos vestidos imperiales, y de pronto se dio cuenta de que no era capaz de avanzar. Entonces, el Patriarca de Jerusalén, Zacarías, le dijo: "Es que todo ese lujo de vestidos que llevas, están en desacuerdo con el aspecto humilde y doloroso de Cristo, cuando iba cargando la cruz por estas calles".

Entonces el emperador se despojó de su manto de lujo y de su corona de oro, y descalzo, empezó a recorrer así las calles de Jerusalén y así pudo seguir portando el Sagrado Madero en la piadosa procesión hasta la Basílica del Santo Sepulcro.


Nosotros recordamos con mucho cariño y veneración el Sacrosanto Árbol de la Cruz, porque en él murió nuestro Redentor y Salvador Jesucristo que, con las cinco llagas que allí padeció y la entrega de su sacratísimo Cuerpo y el derramamiento de su precisosísima Sangre pagó nuestras inmensas deudas con Dios y nos consiguió que se abrieran de nuevo para los que creen en Él y llevan una vida santa las puertas del Reino de los Cielos.

Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos porque con tu Santa Cruz has redimido al mundo y a mí pecador también. Amén.

Feliz día de la Exaltación de la Santa Cruz.


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JOLABE