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sábado, 17 de agosto de 2013

FESTIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA EN SU DEGOLLACIÓN

Pasadas ya las fiestas de la Stma. Virgen del Valle, Patrona de nuestra ciudad, nos aprestamos los palmerinos a celebrar, el próximo día 29 de Agosto, la Festividad de nuestro Santo Patrón San Juan Bautista en su Degollación.

Nació el Bautista hacia el año 7 a.C. Hijo de Zacarías y de Isabel (Lc 1). El cristianismo le considera precursor de Jesús. Según Lc 3,1-3: Juan comenzó a predicar y a bautizar en el desierto "el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio, cuando Poncio Pilato gobernaba Judea, cuando Herodes era tetrarca de Galilea, su hermano Filipo tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene, en tiempo del sumo sacerdote Anás y Caifás".
Tiberio sucedió a Augusto el 19 de agosto del año 767 de la fundación de Roma. Lucas pudo contabilizar los años siguiendo el calendario sirio, que inicia el año 1 de octubre, o bien el calendario romano, que comienza en enero, por lo cual no sabemos si tuvo en cuenta el primer año de la sucesión. Así, la fecha aproximada del inicio de la actividad del Bautista estaría en torno al año 28 de nuestra era. Según los Evangelios, bautizó a Jesús en el Jordán (Lucas 3,21-22; Mateo 3,13-17). Ese momento supuso el incicio de la actividad mesiánica de Jesús.

viernes, 16 de agosto de 2013

MARÍA, COMPAÑERA DEL REDENTOR

María engendró voluntariamente al Redentor, y por eso es causa de nuestra redención y salvación. En cierto modo todo dependió de su "Hágase en mí según tu palabra", pronunciado libremente ante el amoroso requerimiento de Dios. Que la Santísima Virgen sea íntima compañera o socia del Redentor, se desprende viendo la inseparabilidad entre la Encarnación de Cristo y la Redención. 

En el Credo decimos que creemos en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios... quien por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María la Virgen. Por consiguiente, si "Cristo Redentor vino para satisfacer por nuestros pecados y para adquirirnos los auxilios de la salvación", es claro que la Santísima Virgen, por su consentimiento en la encarnación, cooperó con Cristo en "satisfacer por los pecados y adquirir para nosotros los auxilios de la salvación.

La Encarnación no es más que el principio de la gran obra. María ofreció a su Hijo para nuestro rescate expresamente: en el templo, para que fuera, como leemos en San Lucas, "ruina y resurrección de muchos" (Lc.2, 34). Y para que ella fuera traspasada por la espada del dolor. Expresiones ambas que dicen demasiado del sacrificio por el cual fuimos redimidos. Más sobre todo cuando estuvo junto a la cruz con Cristo y con toda su voluntad, renunció a los derechos maternales sobre Jesús.



miércoles, 14 de agosto de 2013

SAN ESTEBAN, PRIMER MÁRTIR


«Te damos gracias, Señor, por la abundancia de tus misericordias, pues nos salvas por el nacimiento de tu Hijo y nos llenas de júbilo por el triunfo de tu mártir san Esteban». Esta oración que la Liturgia del día de san Esteban dirige a Dios, presentando unidos a su Hijo y a su primer mártir, expresa por qué desde la antigüedad se celebra la fiesta de san Esteban justo a continuación del día de Navidad. No es una coincidencia casual. Con toda intención la Iglesia une estas dos celebraciones para enseñarnos que el Hijo de Dios ha venido a nuestra casa terrena para que los hijos de los hombres vayamos a la casa celestial. Si san Esteban, el primero de los mártires, al igual que todos los que vinieron después, muere con la mirada fija en lo alto, lleno de esperanza cierta, es porque Jesucristo, el Hijo de Dios, ha bajado a las entrañas de María y ha nacido en Belén de Judá, en nuestra tierra.

Por primera vez oímos hablar de san Esteban en los Hechos de los Apóstoles, con ocasión de un desacuerdo surgido en la primera comunidad cristiana de Jerusalén: «Los griegos murmuraban contra los judíos porque en la distribución cotidiana sus viudas estaban siendo descuidadas». Los Apóstoles, reservándose para ellos el ministerio de la Palabra, eligieron siete hombres de buena reputación, «llenos de Espíritu y de sabiduría». La asamblea aprobó la propuesta y eligió a Esteban y a otros seis que, por su servicio de las mesas, fueron llamados «diáconos» (servidores).

DIFERENTES MANERAS DE ORAR

5.- ORANDO CON LAS PARÁBOLAS
Estas preciosas narraciones se prestan de un modo extraordinario a la oración. Es importante no leerlas como sabidas, sino como si fuese la primera vez que las oímos de los mismos labios de Jesús. Acomódate a los pies del Maestro, tranquiliza plenamente tu alma y apréstate a escuchar. Es el mensaje que Jesús te dice hoy.
Te presentamos cinco parábolas, pero ya sabes que tienes muchas más: la levadura (Mt 13, 33), la cizaña (Mt 13, 24-30), la red y la pesca (Mt 13, 47-50), los obreros de la viña (Mt 20, 1-16), los dos hijos (Mt 21, 28-32), las diez vírgenes (Mt 25, 1-13), los talentos (Mt 25, 14-30), el juicio final (Mt 25, 31-46), el agricultor paciente (Mc 4, 26-29), el grano de mostaza (Mc 4, 30-32), los viñadores homicidas (Mc 12, 1-12), la higuera estéril (Lc 13, 6-9), el banquete (Lc 14, 15-24), la torre y la guerra (Lc 14, 28-32), las cosas perdidas (Lc 15, 1-10), el hijo pródigo (Lc 15, 11-32), el administrador infiel (Lc 16, 1-8), el rico Epulón (Lc 16, 19-31), el fariseo y el publicano (Lc 18, 9-14), el grano de trigo (Jn 12, 24), la vid y los sarmientos (Jn 15, 1-11).

El tesoro y de la perla: Mateo 13, 44-46:
Se parece el Reinado de Dios a un tesoro escondido en el campo; si un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y de la alegría va a vender todo lo que tiene y compra aquel campo.
Se parece también el Reinado de Dios a un comerciante que buscaba perlas finas; al encontrar una perla de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.

sábado, 10 de agosto de 2013

SAN PASCUAL BAILÓN

San Pascual nació en Torre Hermosa, en las fronteras de Castilla y Aragón, el 16 de Mayo, día de Pentecostés de 1540, fin de la Pascua. Sus padres fueron campesinos. El Martirologio Romano nos dice que San Pascual Bailón fue un hombre de vida austera y de maravillosa inocencia. La santa Sede lo proclamó Patrono de los Congresos Eucarísticos y de las Cofradías del Santísimo Sacramento. Desde los 7 años hasta los 24, por 17 años fue pastor de ovejas. Después, alrededor de los 28 será hermano religioso, franciscano. 

Su más grande amor durante toda la vida fue la Sagrada Eucaristía. Decía el dueño de la finca en el cual trabajaba como pastor, que el mejor regalo que le podía ofrecer al Niño Pascual era permitirle asistir algún día entre semana a la Santa Misa. Desde los campos donde cuidaba las ovejas de su amo, alcanzaba a ver la torre del pueblo y de vez en cuando se arrodillaba a adorar el Santísimo Sacramento, desde esas lejanías. En esos tiempos se acostumbraba que al elevar la Hostia el sacerdote en la Misa, se diera un toque de campanas. Cuando el pastorcito Pascual oía la campana, se arrodillaba allá en su campo, mirando hacia el templo y adoraba a Jesucristo presente en la Santa Hostia. 

Un día otros pastores le oyeron gritar: "¡Ahí viene!, ¡allí está!". Y cayó de rodillas. Después dijo que había visto a Jesús presente en la Santa Hostia. De niño siendo pastor, ya hacía mortificaciones. Por ejemplo andar descalzo por caminos llenos de piedras y espinas. Y cuando alguna de las ovejas se pasaba al potrero del vecino, le pagaba al otro el pasto que la oveja se había comido con el escaso sueldo que le pagaban. 

lunes, 5 de agosto de 2013

MATERNIDAD ESPIRITUAL DE MARÍA EN LAS ESCRITURAS

La maternidad espiritual de todos los hombres redimidos por la sangre de Nuestro Señor Jesucristo, es algo que encontramos expresamente dicho en la Sagrada Escritura, y enseñado por el magisterio ordinario y universal de la Iglesia. Dos momentos principales se consideran en la Palabra de Dios escrita: En primer lugar, el referido por San Lucas 1, 38, sobre el consentimiento de la Virgen en la Encarnación:
"Dijo entonces María: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra".

Este pasaje viene a señalar como el punto departida de la acción maternal de María directamente sobre el Cristo físico, e indirectamente sobre la obra de Cristo, el Cuerpo Místico. Porque toda la obra de la Redención, cuya perpetuación realiza la Iglesia, dependía en su realización de la aceptación que la Virgen diera de la gran propuesta que le hacía Dios.