viernes, 10 de enero de 2014

MARÍA, MADRE DE DIOS

MUJER - MADRE
La Historia del Antiguo Testamento empieza con una madre: EVA. La del Nuevo, con otra madre: MARÍA. La "madre de los vivientes" y la madre terrena del "Dios viviente".

Eva engendró a Abel, que fue muerto por su hermano; María engendró a Jesús, que fue muerto por sus hermanos. Entre estas dos madres - la autora de la culpa y la coadjutora de la redención- se encierra el drama humano y divino que va de la Creación al resplandor de la Ascensión.

El Antiguo Testamento es la epopeya de la maternidad gozosa; el Nuevo Testamento es la tragedia de la maternidad doliente. Eva introdujo el pecado en el mundo y fue expulsada del paraíso terrenal. María nació sin pecado y abrió a todos, gracias al único hijo de su vientre, el paraíso celestial.

Toda madre de hijo humano se reconoce, se halla a sí misma, se refugia en María. En el afecto de la Virgen hacia el Hombre Dios se refleja su afecto en su pasión, todos sus dolores. Toda mujer, gracias a la maternidad, tiende y aspira hacia la Virgen.

(Giovanni Papini)
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JOLABE