Así es y esta patentado.
Lo que más sorprende es que este tipo de cuestiones de apariencia tan inofensivas tengan tanto calado en nuestra cultura que, más que conservar las riqueza pedagógica y espiritual que tiene nuestro País, se ha convertido en una esponja reseca que lo absorbe todo sin importarle el precio cultural y la pérdida de la identidad que hay que pagar.
Lo que más sorprende es que este tipo de cuestiones de apariencia tan inofensivas tengan tanto calado en nuestra cultura que, más que conservar las riqueza pedagógica y espiritual que tiene nuestro País, se ha convertido en una esponja reseca que lo absorbe todo sin importarle el precio cultural y la pérdida de la identidad que hay que pagar.