lunes, 22 de agosto de 2016

SALVE REGINA, UNA ORACIÓN DE SALUDO, PETICIÓN Y SÚPLICA

HISTORIA Y ANÁLISIS DE LA MISMA
La Salve es una de las más populares y conocidas oraciones católicas a María la madre de Jesús, originariamente escrita en latín. Inicialmente era una antífona mayor e himno. Es una de las cuatro antífonas del Breviario dedicadas a Virgen (las otras tres son Alma Redemptoris MaterAve Regina Coelorum y Regina Coeli).
Se trata originalmente de una secuencia con rima en "e", aunque la disposición de los versos puede variar según los recopiladores. Durante algún tiempo fue atribuida a Bernardo de Claraval; ahora se sabe que éste sólo añadió la invocación final: O clemens, o pia / o dulcis, Virgo María (que introduce una pareja de versos con rima en "ia"); también se ha atribuido al obispo de Compostela Pedro de Mezonzo, al de Le Puy-en-Velay Ademar de Monteil, al monje alemán Hermann von Reichenau, e incluso al obispo legendario de Segovia San JeroteoDomenico Scarlatti musicó esta oración en el siglo siglo XVII en su composición para alto y orquesta "Salve Regina". La melodía sencilla que se usa habitualmente para cantarla parece haber sido elaborada por el P. F. Bourgoing.
Los cistercienses, los dominicos y los franciscanos promovieron su uso en diversas circunstancias (en especial en la liturgia de las horas). En 1250 Gregorio IX la aprobó y prescribió que se cantara al final del rezo de las Completas. Los monjes la cantaban antes de dormir y los monjes de la orden de Predicadores la cantaban en procesión con velas encendidas.
Diversos autores cristianos han elaborado comentarios para esta oración; entre ellos destacan: Bernardo de ClaravalAnselmo de Lucca, Pedro CanisioFrancisco Coster y Alfonso María de Ligorio.
La gran variedad de representaciones de la Virgen y la devoción existente en cada lugar donde se venera ha generado la creación de una "Salve" particular según la advocación del lugar.

Texto en latín:

Salve, Regina, Mater misericordiae.
Vita dulcedo, et spes nostra, salve.

Ad te clamamus, exsules filii Hevae.
Ad te suspiramus, gementes et flentes, in hac lacrimarum valle.
Eia, ergo, advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte; et Iesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exsilium ostende.

O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria.

Ora pro nobis Sancta Dei Genitrix.
Ut digni efficiamur promissionibus Christi. Amen.
Texto en español:

Dios te Salve, Reina y Madre de Misericordia.
Vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te Salve.
A ti clamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

Ea pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.

Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.

Ruega por nosotros Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Salve Regina, una oración de saludo, petición y súplica.


Saludo

El saludo es una sucesión rápida pero abundante de piropos, que tienen la función de atraer la mirada y ganar la benevolencia de la Santísima Virgen. Los latinos dirían que es la captatio benevolentiae con la que debe comenzar todo buen discurso.

- Salve es el típico saludo latino, respetuoso y familiar al mismo tiempo, y ciertamente, no tan solemne como la traducción española: "Dios te salve". Es simplemente un augurio de buena salud.

- Regina: es el primer piropo de la oración. Es verdad que María es Reina, pero no es normal que un hijo llame así a su madre: nosotros no nos dirigimos a nuestras madres recordándoles sus títulos: "doctora o licenciada"... Si alguna vez lo hacemos está claro que hay de por medio una intención bien concreta: queremos llegar a nuestra madre por el lado femenino -toda mamá guarda siempre algo de la coquetería femenina- para obtener mejor lo que deseamos. Por otra parte, este título también nos recuerda -a María y a nosotros- que Ella, por ser reina, es poderosa y puede concedernos lo que le pedimos.

- Mater misericordiae: inmediatamente después la oración pasa al título más querido por nosotros: Mater. Y además, con un matiz especial: misericordiae. El que suplica quiere salir al paso, cuanto antes, de una posible objeción: es cierto que él no se presenta con méritos y que no tiene ningún derecho para obtener lo que pide. Su único argumento es que Ella, María, es misericordiosa. También el Mater misericordiae se podría traducir, aunque no es el sentido de esta oración, como "Madre de la Misericordia", es decir, Madre de Cristo, de Jesús, que es la misericordia infinita, como diciendo: "Tu hijo no tendría ningún problema en que me concedieras esto que te pido... Él es la misericordia misma".

- Vita, dulcedo: apelativos muy tiernos y cariñosos. Creo que no hay oración mariana en la que le dirijamos nombres más dulces: "mi vida... dulzura...". Spes nostra: esperanza nuestra. El adjetivo "nuestra" nos indica que cuando rezamos esta oración no nos presentamos a María como hijos únicos, sino junto con todos los hermanos. Si ya de por sí es difícil a una madre resistirse cuando su hijo le pide algo, ¿qué será cuándo se le presentan todos al mismo tiempo? ... a María como hijos únicos, sino junto con todos los hermanos.

Presentación de la súplica


Antes de entrar de lleno en su única petición, el suplicante se presenta a sí mismo y describe el estado en el que se encuentra:

- Clamamus: la traducción exacta es más fuerte que la que ordinariamente se usa en castellano. No sería "llamamos" sino más bien "gritamos" o "clamamos". Suspiramus: indica esa dificultad para respirar propia de aquél al que le asaltan las lágrimas o una pena muy grande. Gementes et flentes: describe dos formas de llorar: ruidosa y violenta una, suave y mansa la otra. No hace falta más introducción para expresar que el suplicante no es feliz y que se encuentra en una situación de necesidad. Exsules filii Hevae: sin concretar sus penas, las resume todas ellas en su condición de pecador (hijo de Eva), desterrado de un Paraíso maravilloso que podría haber sido suyo. Esta nostalgia del Paraíso perdido se hace más acuciante todavía en esos momentos de abatimiento y de tristeza que la vida tiene y que están maravillosamente sintetizados con la alusión a las lágrimas y con la imagen geográfica del valle: in hac lacrimarum valle. Mientras la montaña sugiere sentimientos de exaltación, luminosidad y fuerza, al valle, por el contrario, le acompaña la niebla, la oscuridad, la incertidumbre.

Petición

Antes de hacer la petición, una última alabanza, precedida de una expresión sumamente coloquial: eia: ea, venga!, orsù dirían los italianos.

- Advocata: "si tú, que eres nuestra defensora, no nos ayudas, ¿a quién vamos a recurrir?". Es una invocación que pone a María entre la espada y la pared... Illos tuos misericordes oculos ad nos converte: el suplicante, antes de pedirle a la Santísima Virgen la gracia que necesita, le pide que le mire: ¿cómo va a negar algo una madre cuando su hijo le está mirando a los ojos? Por eso, el hijo le pide a María que, por favor, le mire. Pero, obviamente, no lo dice así, sino con un giro poético y finísimo: "dirige hacia nosotros esos tus ojos misericordiosos". De nuevo, otro piropo a María como mujer: y concretamente a sus ojos, cuya belleza natural se ve potenciada por el amor y la misericordia que en ellos se reflejan.

Finalmente, llegamos a la petición. En latín, por el hipérbaton característico, que pone normalmente el verbo al final, la construcción de la frase tiene un encanto especial: et Jesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exsilium, ostende. Refleja muy bien el titubeo, la indecisión, los anacolutos del que quiere hacer una petición difícil y no sabe cómo comenzar. Una traducción literal sería ésta: "y a Jesús, que es el fruto bendito de tu vientre... a nosotros, después de este exilio... muéstranoslo".

¡Qué bien dicho! La idea es que nos deje entrar en el cielo, que nos alcance esa gracia. Pero no lo dice de modo tan directo y burdo, pues podría parecer una petición interesada. El suplicante quiere expresar que lo de menos es el cielo; lo que a él le interesa es... ver a Jesús. Obviamente, es lo mismo, pero dicho de modo más fino, más elegante. Los momentos de abatimiento y de tristeza de esta vida están sintetizados con la alusión a las lágrimas.

Coda final

La coda, que algunos atribuyen a san Bernardo, es el broche final y la despedida de esta hermosísima oración: O clemens: invoca la clemencia de María y muy discretamente hace referencia a nuestra condición de pecadores. O pía alude a nuestra triste condición de hombres que sufren. O dulcis Virgo sintetiza todos los cariñosos apelativos que se le han dirigido a la Virgen a lo largo de la oración. Y concluye de modo magistral pronunciando simplemente el nombre de María: María. El último recurso para alcanzar de la Virgen la gracia de las gracias: pronunciar su nombre con un hilo de voz, con amor y mirándola confiadamente a los ojos.




(Fuentes consultadas: 

Catholic.net y Wikipedia)



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JOLABE

domingo, 21 de agosto de 2016

FIESTA DE SAN JUAN BAUTISTA EN SU DEGOLLACIÓN

PATRONO DE LA PALMA DEL CONDADO

Juan Bautista tiene un lugar especial dentro de la liturgia de la Iglesia. Tiene rango de solemnidad, que es el más alto. Se celebra el día de su nacimiento o natividad, cosa que no se hace con los santos, que siempre se celebra su muerte o "dies natalis", que se considera como el día de su nacimiento a la gloria o vida de Dios. En el caso de san Juan se celebran los dos: el nacimiento, y su martirio, el 29 de agosto, la Degollación de san Juan Bautista. El culto a san Juan, a través de la historia ha estado muy extendido y su iconografía es muy abundante. Juan es una figura del A. y N. T., pero que entra torrencialmente en el proceso cristiano y en la vida de la Iglesia.

Lo primero que destaca en san Juan Bautista es su personalidad. Recia y austera como un hombre del desierto, forjado a la intemperie y la sobriedad en el comer. Vestido con piel de camello, se nos dice, y comiendo miel silvestre y saltamontes. Tal vez acostumbrado a la fuerte disciplina de los esenios y a su espiritualidad de élite.

Sabemos también de su valentía al echar en cara a Herodes su vida y del testimonio definitivo de su martirio. Esto completa y sella la personalidad de Juan Bautista. Recia, austera y valiente la figura de san Juan. Dos signos detectan la misión de este último profeta.
El primero es el bautismo para la remisión de los pecados. Predicaba y administraba el bautismo de penitencia. Era la voz que gritaba en el desierto el arrepentimiento de los pecados, la conversión o el cambio a una nueva vida. El bautismo de agua era un signo religioso ya usado en otros tiempos y otras religiones, pero Juan le daba una urgencia y un sentido muy especiales.

Muchos buenos judíos pasaron por este bautismo. También Jesús. Él administraba este bautismo como preparación para un acontecimiento mayor que ya estaba llamando a las puertas de la historia y como una exigencia interior de todo hombre religiosamente sincero. Era el bautista y también el precursor.

El segundo signo o gesto de este hombre está muy representado en la iconografía cristiana de todos los tiempos. Es el dedo indicador del Mesías. Ese es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo, ése es al que hay que seguir, él es el Salvador y el que trae el Espíritu Santo de Dios.

Juan es bautista y precursor, misión que ha quedado plasmada en los dos signos comentados anteriormente. Juan predicaba y exigía una conversión que se condensaba en el bautismo para la remisión de los pecados. Esto era, podemos decir, la vertiente más espiritual de su mensaje.

La Hermandad Sacramental y nuestra Parroquia celebran la festividad del Santo Patrón de esta Ciudad, San Juan Bautista en su Degollación, con los siguientes Actos y Cultos:

Día 29 de agosto, Festividad de San Juan Bautista en su Martirio. A las 20:00 horas, Solemne Eucaristía en honor al Santo Patrón, en la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista, a la que están invitados todos sus hermanos/as junto a Autoridades, Hermandades y Grupos Parroquiales.

Al término de la Celebración, Solemne Procesión con el Santísimo por su itinerario habitual.

ALABADO SEA JESÚS SACRAMENTADO.
                                      
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JOLABE

sábado, 20 de agosto de 2016

ELÍAS, EL PROFETA DE LA CONVERSIÓN

Una de las figuras más apasionantes del Antiguo Testamento es, sin duda, el profeta Elías. Podemos conocer su historia leyendo los capítulos de la Biblia que transcurren desde el Primer Libro de los Reyes 17, hasta el segundo Libro de los Reyes 2.

De él dijo el Papa Emérito Benedicto XVI: “En la historia religiosa del antiguo Israel tuvieron gran relevancia los profetas con su enseñanza y su predicación. Entre ellos surge la figura de Elías, suscitado por Dios para llevar al pueblo la conversión. Su nombre significa “el Señor es mi Dios” y en consonancia con este nombre se desarrolla su vida, consagrada totalmente a suscitar en el pueblo el reconocimiento del Señor como único Dios".

Su personalidad es enormemente llamativa: Un hombre ambiguo, que tan pronto da muestras de una enorme seguridad (I R. 17, 1), como se hunde en el más profundo pesimismo (19, 4); un hombre que se coloca al lado del débil (17, 2-24; 21, 17 ss.), y que resiste con fuerza al soberbio y poderoso.

Elías es, ante todo, un hombre que se siente totalmente traspasado por Dios (19, 10), consciente del momento decisivo en el que vive. El pueblo amado del Señor ha abandonado sus sendas. La tarea de Elías será traerlo de nuevo a las sendas de su Dios, en medio de una terrible persecución a los profetas fieles al Señor. Elías induce al pueblo a elegir, a convertirse y apela a la Ley, al Primer Mandamiento: Yahveh es el Señor, Dios celoso que no tolera que su pueblo se vaya en pos de los dioses vecinos.

Elías se burla enunciando una dura sátira contra los falsos dioses, al tiempo que ridiculiza los ritos que a ellos se dirigían. Las palabras de Elías muestran su desprecio contra aquellos que creen poder controlar a Dios, para de esa manera poder controlar a los hombres.

La oración de Elías es igualmente serena, en contraste con la excitación de los profetas de Baal; no hay ritos mágicos, sólo un recuerdo del Dios de los Padres (Ex. 3), que sigue obrando por mano de su siervo. Elías, profeta y orante, nos presenta en el ímpetu de su vida a un Dios mayor, del cual no somos dueños; ningún poder es dueño de Dios. Elías no reclama para sí la atención de Israel, sino que quiere despertar en el pueblo una verdad dormida y heredada de los Padres. Él sabía que el culto   e Baal, además de apartar al pueblo de su Dios, corrompía y hacía esclavo el corazón de los israelitas, pues conducía al orgullo y a la autodestrucción.

La experiencia de Elías le vincula radicalmente al sentir de Dios, capaz de sufrir  con otro, de reír y llorar con el ser humano. Cuando Elías llama al pueblo a la conversión al Dios vivo, le pide que se lave las manos o se inhiba ante las injusticias, sino que, ardiendo en celo por él, sea capaz de gritar la verdad que se descubre en Dios. Elías gritó contra la injusticia: injusticia en un culto que trataba de poner una vela a Dios y otra al diablo, injusticia que torcía el derecho para aplastar al humilde.

El que no quiera complicarse la vida, sigue diciéndonos hoy el profeta, que no se acerque a Dios. Gracias a Elías, nosotros podemos comprender que el fin de la experiencia de Dios en Cristo no es la calma, el nirvana, la paz y tranquilidad deseables, sino la comunión con él en todo lo que somos y hacemos, y eso es muy comprometido. La disponibilidad de Elías ante Yahveh, su atención a la Palabra y a los mandatos de Dios, le permitió conocer y dar a conocer al Dios vivo y no una falsa imagen.

Los Padres nos dicen que esta historia es sombra del futuro, del futuro Cristo; es un paso en el camino hacia Cristo. Y nos dicen que aquí vemos el verdadero fuego de Dios: el amor que guía al Señor hasta la cruz, hasta el don total de sí. La verdadera adoración de Dios, entonces, es darse a sí mismo a Dios y a los hombres, la verdadera adoración es el AMOR. Y la verdadera adoración de Dios no destruye, sino que renueva, transforma. Y así realmente vivos por la gracia del Espíritu Santo, del AMOR de Dios, somos adoradores en espíritu y verdad.

(Fuente consultada: Emilio José Martínez González – Revista “Teresa de Jesús”).


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JOLABE

lunes, 15 de agosto de 2016

NUESTRA SEÑORA DEL VALLE EN EL DÍA DE SU ASUNCIÓN A LOS CIELOS

Han pasado ya seis años desde que, una noche agosteña del año 2010, tuve la dicha de pronunciar el XXX Pregón a María Santísima del Valle, nuestra Reina y Señora de La Palma. Sirva este extracto del mismo como homenaje a algunos de los hombres que trabajaron conmigo en el servicio a nuestra Madre del Valle…
…”Fiel y puntual  y, como mandan nuestras costumbres, cada año por estas fechas La Palma del Condado, nuestro querido pueblo, tiene una cita con su tradición centenaria y su devoción patronal. María Santísima del Valle, Madre y Patrona de todos los palmerinos, nos abre una vez más sus brazos amorosos y nos recuerda que debemos renovar ese añejo y solemne voto secular que conmemora el agradecimiento de un pueblo a la que un día supo interceder ante Dios Padre por nosotros sus hijos, y a la sigue realizando su papel de mediadora siempre que se lo pedimos con fe.
Nosotros, sus hijos, no olvidamos esta cita anual con Ella, con nuestra Madre y Señora. Agosto se abre ante nosotros con toda la fuerza de la Fe, una vez más, para que podamos acercarnos a Ella, para que participemos de sus cultos y la acompañemos en su peregrinación por las calles de su pueblo, repartiendo gracias y bendiciones.
La elaboración de este Pregón del Valle, me ha hecho desempolvar antiguos papeles y agendas, guardados desde mi paso por esta Hermandad, a la que estuve vinculado, en cargos directivos, durante 16 años de mi vida. Ha supuesto para mí nuevas, renovadas y profundas satisfacciones espirituales…Y mi deseo de que esos nuevos aires frescos nos traigan la Flor del Valle, la tierra recién regada…
Mis recuerdos vuelan y se remontan a una mañana de primavera del año 1985, en la que estaba yo en el patio de recreo del Colegio, donde durante tantos años ejercí como Maestro, en una dilatada etapa de mi vida dedicada a la noble tarea  de la enseñanza de muchas promociones de niños y niñas, y a la que dediqué tantos años de mi vida como profesional de la enseñanza, a la que llegué por vocación auténtica.
Estaba yo en el patio – como decía - cuando se me acercaron dos personas dispuestas a dialogar conmigo, de algo de lo que yo no tenía ni idea. Mi amigo y compañero José María Dabrio, me presentó a un muchacho joven, al que yo sólo conocía de lejos, y que venía a hacerme una proposición: Se trataba de mi amigo Curro Espinosa, que iba a encabezar una Candidatura a la Junta de Gobierno de nuestra querida Patrona y necesitaba de mis servicios y colaboración.
Yo le mostré mi desconocimiento en esas lides y él me animó a que fuera un miembro de su nueva Junta de Gobierno. Así, de este modo comenzaron mis andanzas en el seno de esta Hermandad de Ntra. Sra. del Valle y mi vinculación a la misma de la que, hasta entonces, sólo era hermano.
Tuve la oportunidad de dedicarle 16 años de mi vida a una Hermandad que tantas satisfacciones me ha dado. Primero, estuve 8 años como Secretario, desde el año 1985 hasta 1993, y luego, otros 8 años como Presidente de la Hermandad Patronal, desde 1993 hasta el año 2001.
Mis recuerdos vuelan hacia aquellos años en los que compartí la amistad y el cariño de tantas personas que trabajaban por el engrandecer y divulgar la devoción y el culto a Ntra. Sra. del Valle, Patrona y Madre de La Palma. ¡Cuánto aprendí en aquellos años, al lado de personas jóvenes y, sobre todo de mayores!, como Basilio Flores y Diego Cárdenas, que me fueron enseñando a querer a la Virgen desde una vertiente, para mí hasta entonces desconocida.
Yo sólo tenía las vivencias que me enseñaron mis padres, de amor y de respeto por la figura de la Virgen. La “Virgen de Agosto”, como la llamaba familiarmente mi padre, fue prendiendo en mí la llama de mi fe y me permitió, con los años, trabajar por y para Ella, en el engrandecimiento de su patrimonio, en la extensión de su devoción, en la mejora de sus cultos y, en definitiva, me permitió hacer llegar la devoción de la Virgen a todos los hogares de La Palma, mediante la confección de Revistas Patronales y de Hojitas Informativas “VALLE”, que llevaban el calor y las inquietudes de la Hermandad a todos los rincones de nuestro pueblo.
Yo no pretendo exponerles  a Vds. una Memoria de mi paso por esta Hermandad, pero sí me van a permitir, en esta primera parte de mi Pregón, referirme a tantos momentos vividos en torno a unos trabajos, que nos permitieron ensanchar los horizontes de esta querida Hermandad, y mi recuerdo y agradecimiento a las personas que trabajaron codo a codo conmigo.
Mis primeros 8 años trabajé con Curro –como ya he dicho- , como Secretario. Eran los años finales de los 80 y primeros de los 90, y no había ordenadores. Todo se hacía a mano o a base de mecanografiar folios en aquellas viejas máquinas de escribir de esa época, y de emborronar clichés de multicopista para hacer llegar los escritos y las hojitas informativas a todo el pueblo.
En esa primera etapa, fui templando armas y formándome como directivo para mis futuras actuaciones en los destinos de la Hermandad. Aprendí y ayudé a lograr que se hiciera realidad la primera Casa-Hermandad de Nuestra Patrona. Aprendí a conocer cómo, de un proyecto que era una utopía entonces, se llegó a hacer realidad gracias al esfuerzo informativo y a la espléndida colaboración de nuestro pueblo con sus donativos. La Palma siempre es agradecida y responde a manos llenas, cuando se le informa y se le pide colaboración para una tarea de importancia, y ésta verdaderamente lo era, pues hasta entonces la Hermandad no tenía un lugar propio para celebrar sus Juntas y tenía diseminados sus Libros de Actas y de Contabilidad, además de sus archivos en casa particulares, pues no teníamos nada.
Poco a poco y con grandes esfuerzos se fue logrando y se consiguió levantar la Casa-Hermandad primera, en los terrenos que ocupaba hasta entonces el antiguo lagar de la Bodega de la familia Gordillo, que donó dichos terrenos escriturados para la construcción de aquel viejo sueño. 
Por fin, y tras varios años de trabajos, se pudo inaugurar el 13 de Agosto de 1988 la Casa-Hermandad, lo que nos permitía poder celebrar reuniones de trabajo, Juntas e impartir Catequesis en los Salones de aquella Casa que la familia Gordillo tuvo a bien poner en nuestras manos. Recuerdo la figura de la tía Pepa Mª Gordillo, que  tanto empeño puso en ese proyecto, que se hizo realidad gracias a la generosidad de una familia y de un pueblo que colaboró en los trabajos.
En esa primera etapa, es decir, los 8 primeros años de mi paso por la Hermandad, se trabajó por seguir conservando y engrandeciendo nuestras tradiciones y extendiendo el culto y la devoción a la Virgen del Valle por todo nuestro pueblo y por su entorno.
Recuerdo a aquellos hombres que lo hicieron posible, tales como Curro Espinosa, Basilio Flores, Diego Cárdenas, José Mª Dabrio, Eulogio Baeza, Manolo Calero, Pablo Calvo, Rafael Lepe, Francisco Cárdenas, Diego Muñoz, Antonio Manuel Pinto, los hermanos Pedro y Juan Manuel Bueno, los hermanos Pedro y Antonio Félix, con Rosario Gordillo como Camarista de la Virgen.
Aquella Junta de Gobierno queda en los anales de la Historia de esta Hermandad como la promotora y constructora de la primera Casa-Hermandad de la Virgen del Valle en la calle Bodegas.
Luego vino mi segunda época en la Hermandad del Valle. Mis compañeros de Junta me convencieron y pude formar una nueva Candidatura a Junta de Gobierno, que encabecé como Presidente en Septiembre de 1993, y que llegaría a realizar su labor desde 1993 hasta el año 2001, en que dejé los destinos de la Hermandad.
En esta segunda época, se promovieron y realizaron otros proyectos de la Hermandad no menos importantes. Conseguí formar, en el seno de la Hermandad, unas Comisiones de Trabajo, a saber: Economía y Relaciones Sociales, Patrimonio de la Hermandad y Mantenimiento y Cultos, Festejos y Publicaciones. Cada una tenía un cometido y trabajaban con autonomía, para luego rendir cuentas de sus trabajos en Junta. Así, desde Contabilidad, Presupuestos, Proyectos, Relaciones con la Parroquia y Obispado, Ayudas sociales, Fomento de los Sacramentos y Evangelización, etc.
Se atacó primero la remodelación del paso antiguo de la Virgen, y luego la construcción de un paso procesional nuevo. Actos culturales, Conferencias, Pregones, Revista y hojas Informativas, etc. etc. fueron conformando parte de la labor realizada. Las magníficas relaciones con nuestros Ayuntamientos de entonces fueron facilitando el desenvolvimiento de dichas Comisiones de trabajo en beneficio de la Hermandad y de la conservación de su Patrimonio y ampliación del mismo.
El paso procesional de la Virgen que nos encontramos, recordamos todos, primero salía a hombros. Era un paso pequeño, casi cuadrado y en mal estado de conservación. La gente ya no podía con el paso y veíamos que, en cualquier momento, nos podíamos quedar en la calle con el paso roto.
En 1993/94, decidimos en Junta, primero reformar el paso y agrandarlo. Nos fuimos a los talleres de D. Ángel de la Feria, quien nos hizo una parihuela rectangular y nos arregló los candelabros y respiraderos antiguos y la peana de la Virgen, que estaba resquebrajada y en mal estado.
En 1996, no nos convinieron sus trabajos y nos fuimos a los talleres de D. Manuel Guzmán Bejarano, uno de los mejores talleres de Sevilla y con mayor experiencia y maestría. La financiación conllevaba la organización de Festivales en el Parque, Desfile de Modelos de aquella época, Rifas, Organización de Partidos de Fútbol entre el Sevilla y La Palma, etc. amén de Conferencias, Exposiciones de Mantos y Enseres, etc.etc.
Se llegó a la cuadrilla de costaleros de la Virgen, puesto que estábamos convencidos de que era imposible sacar a la Virgen el 15 de Agosto a hombros, y se eliminó la idea de aligerar el peso del paso.
En 1996, nuestras relaciones cordiales con el Ayuntamiento, dieron como fruto la concesión de la Medalla de Oro de la Ciudad para la Virgen del Valle, que le fue impuesta en un acto multitudinario en el pórtico de la Iglesia, la mañana del 8 de Septiembre de 1996. Más tarde, se formó una comisión para solicitar oficialmente el Patronazgo Canónico ante el Obispado de Huelva y la Santa Sede.
Los policías nacionales y guardias civiles nacidos en La Palma le entregaron también su Medalla de Oro en un acto entrañable. Se completaron, en 1997, los respiraderos nuevos, sin dorar. En 1998, se doraron los mismos por parte de D. Serafín Jiménez y se realizaron diferentes trabajos de los orfebres sevillanos Hnos. Fernández.
El 25 de Febrero de 1999, juntamente con el Sr. Alcalde D. Juan Carlos Lagares y el Párroco de esa época y Director Espiritual de la Hermandad, el recordado D. Gregorio Arroyo, que tanto disfrutaba de las Fiestas Patronales en Agosto,  fue una Comisión de nuestra Junta de Gobierno a visitar al Sr. Obispo para tratar de la Coronación de Ntra. Sra. del Valle. La petición fue denegada por parte del Sr. Obispo de Huelva, por aquellos años, por motivos que no comprendimos entonces, pero que aceptamos con resignación cristiana.
En un principio, se abrieron unos turnos rotativos de capataces y cuadrillas de costaleros de las diferentes Hermandades de La Palma. Manolo Lepe dejó vacante su puesto de Capataz de la Virgen a petición propia y se llamaron a los actuales capataces del paso Manuel y Juan Robledo. A todos ellos mi más sincero agradecimiento por los servicios prestados en la procesión del 15 de Agosto y en los traslados patronales. Logramos informatizar la Hermandad, modernizando su oficina. Y limpiábamos y fregábamos el suelo de la Casa Hermandad. (Recordar la anécdota de la fregona y la espuma que llegó hasta la esquina).
Y, por fin, el 29 de Diciembre de 1999, la Congregación del Culto Divino y de la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano en Roma, comunica a esta Hermandad, a través del Sr. Obispo de Huelva, la concesión del Patronazgo Canónico de Ntra. Sra. del Valle como Patrona ante Dios de La Ciudad de La Palma del Condado.
En el año 2000, se confeccionó la nueva peana para el paso procesional de la Virgen y en el año 2001 se confeccionaron los candelabros nuevos del paso y el dorado de la peana y respiraderos que hoy día luce, en todo su esplendor, Ntra. Sra. del Valle en sus Fiestas Patronales.
En ese mismo año, se celebraron elecciones para la formación de una nueva Junta de Gobierno de la Hermandad, y dejé en manos de gente nueva los destinos de una Hermandad que tantas satisfacciones me dio y de la que tan orgulloso me siento, al igual que mi familia, mi mujer y mis hijas, a las que reconozco  el tiempo que les privé de mi compañía y de algunas vacaciones familiares, por entregarme a esta Hermandad y a las que pido perdón por tales motivos.
Mis recuerdos de esta segunda época como Presidente vuelan hacia esos hombres y mujeres que tanto me ayudaron para llevar adelante el peso de nuestra Hermandad y la devoción a la Stma. Virgen. Ellos fueron y son, pues muchos de ellos están aquí esta noche: Los hermanos Antonio y Pedro Félix, José Mª Márquez, los hermanos Eulogio y Antonio Baeza (mi mano derecha siempre), el recordado Diego Muñoz, Fernando Bernabé, Antonio Manuel Pinto, los hermanos Manolo y Fco. Cárdenas, Manolo Calero, Andrés Flores, Francisco Navarro y Manoli, Guillermo López, Diego Cárdenas.  María Ligero, Antonia Sánchez, Mariquita Pinto, Mª. Carmen Pinto y Rosario Gordillo, la Camarista de la Virgen, que encabezaron una lista de mujeres que tanto hicieron por la Hermandad y que muchas de las cuales siguen vinculadas a la misma.
¡AVE MARÍA!
Eres la maravilla
que aproxima a mi ser rumor de cielo,
asomado a tu orilla
acallo mi desvelo
y agita mi raíz afán de vuelo.

Habita en ti la luz
y coronan tu frente doce estrellas,
manantial de virtud,
más bella entre las bellas,
me elevas a la gloria por tus huellas.

En tu sereno asilo
hay zumo de cipreses y azucenas,
tu pleamar tranquilo
ahoga viejas penas
y alumbra la esperanza en las patenas.

Por tu fe fui salvado,
tu corazón se abrió a la profecía,
la semilla granada,
que en tu seno latía,
rasgó el velo de la sabiduría.

Criatura amantísima,
está prendado el Rey de tu bondad,
fuente generosísima,
laurel de caridad,
aboga por mi paz y libertad.

Eres arco en la nube,
escala de Jacob, potentes alas,
contigo mi alma sube,
ornada con tus galas,
hacia el vergel que amante me señalas.

Alumbras mi alborada,
Virgen clemente, Valle y Madre mía,
con tu abrazo amparado
vivo en tu cercanía
y canta mi interior: ¡Ave María!

·       Para todos/as ellos/as, mi reconocimiento y mi gratitud eterna…

¡VIVA LA VIRGEN DEL VALLE!”…

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(De mi XXX Pregón del Valle, 7 de Agosto del año 2010)

José Lagares Bellerín: ..."Yo tenía un proyecto, en aquellos años, que no pude cumplir: Publicar un Libro con todos los Pregones del Valle... Desde aquí lanzo la idea a la nueva Directiva, por si se animan y los publican... En los archivos de la Hdad. hay copias de muchos Pregones... 
Adelante con nuestras tradiciones y a poner manos a la obra"...

JOLABE



martes, 2 de agosto de 2016

D. MANUEL GONZÁLEZ SERÁ CANONIZADO EL 16/10/2016 EN ROMA

El beato Manuel González será declarado santo el próximo 16 de octubre, en el curso de una solemne celebración que presidirá el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro. La fecha ha sido comunicada recientemente.
Niño seise de la Catedral de Sevilla, impulsor de la gran familia de la Unión Eucarística Reparadora, fundador de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret y de la revista El Granito de Arena, prelado de Málaga y Palencia. Estos son algunos de los hitos más significativos de la vida del beato Manuel González, el “apóstol de los Sagrarios abandonados”, que se suma de esta forma a la lista de sevillanos en los altares.
No por esperada la noticia ha generado menos alegría, y se ha hecho sentir de forma especial en su diócesis de nacimiento, donde pervive la huella de un hombre santo, un hijo de la Iglesia enamorado de Jesucristo Sacramentado. Y de forma muy especial en todas las comunidades de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, las Nazarenas, presentes en ocho países de dos continentes. La congregación cuenta con una comunidad en la céntrica calle Mateos Gago y una guardería infantil en Palomares del Río.
De niño Seise a Obispo de Málaga y Palencia
Manuel González nació el 25 de febrero de 1877 en Sevilla, y durante su infancia fue niño Seises de la Catedral hispalense. Ordenado sacerdote en Sevilla, de manos del beato cardenal Marcelo Spínola, el 21 de septiembre de 1901, presidió su primera misa en la iglesia de la Santísima Trinidad. Su paso por Palomares del Río marcó su devoción a Jesús Sacramentado, de la que se derivaron varias fundaciones. En enero de 1916 recibió la ordenación como Obispo auxiliar de Málaga, y cuatro años después sería nombrado Obispo residencial, acontecimiento que celebra dando un banquete a los niños pobres, en vez de a las autoridades; estas, junto con los sacerdotes y seminaristas, sirvieron la comida a tres mil niños.
El 3 de mayo de 1921 fundó las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, en colaboración con su hermana María Antonia, y el 5 de agosto de 1935 el Papa Pío XI lo nombró obispo de Palencia. Falleció en Madrid el 4 de enero de 1940, y fue enterrado en la Catedral de Palencia. Su epitafio reza así: «Pido ser enterrado junto a un Sagrario, para que mis huesos, después de muerto, como mi lengua y mi pluma en vida, estén siempre diciendo a los que pasen: ¡Ahí está Jesús! ¡Ahí está! ¡No lo dejéis abandonado!»
Su causa de beatificación se abrió el 2 de mayo de 1952, y en 1998 San Juan Pablo II declaró sus virtudes heroicas. Un año después se aprobó el milagro atribuido a su intercesión y el 29 de abril de 2001 fue beatificado en Roma junto a otros cuatro beatos. El 3 de marzo de 2016, el Papa Francisco autorizó a la Congregación para la Causa de los Santos promulgar el decreto de un milagro atribuido a su intercesión, y recientemente se ha celebrado el Consistorio para canonizar a cinco beatos, entre ellos don Manuel González.
·        Picando en cada fotografía, ésta se agranda y se puede leer mejor.







(Fuente consultada: El Correo de Andalucía)












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JOLABE