lunes, 18 de agosto de 2014

ORAR CON IMÁGENES (IV)

NIDO DE CIGÜEÑA

La cigüeña, desde lo alto de la torre observa nuestro caminar y nos mira...¿Qué pensará la cigüeña? ¿Qué tendrá que decirme desde su altura?...

La cigüeña teje con paciencia sin límites, el nido con los materiales que encuentra en sus incesantes viajes. Con toda porquería, cualquier basura le sirve para elaborar el nido: telas, plásticos, cartones, latas, ramas, excrementos, etc. Es maestra en el arte del reciclaje y de la reutilización.

No está tan preocupada por la pureza de los materiales como de acomodar bien los elementos. Le preocupa más la vida que llega. En gran medida, la vida consiste en INTEGRAR lo bueno y lo malo: acoger todo tu pasado, también lo que en él fue basura, lo que no te gustó de tí, o de los demás, y tener la humildad y la sabiduría de la cigüeña, que se preocupa, no tanto de sí misma, como de la vida que está por llegar, o que ya ha llegado y hay que abrigar.
El santo no es un hombre perfecto, sino una persona integrada, decía sabiamente aquel viejo libro de San Francisco, "Ternura y Vigor". 

Teje, con todo lo que te acontezca en la vida un nido para la sorpresa de Dios en tí. 

Para quien ama, nada de sí y de los demás es despreciable, Dios reutiliza nuestras pobrezas para citarnos con la vida. Sé como esa cigüeña. No te mires tanto a tí mismo...

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JOLABE