LA CARIDAD BIEN ENTENDIDA...
CARIDAD: Éste es el mandamiento central de la doctrina cristiana. Si una persona no sabe amarse a sí misma, cuando intente amar al prójimo no sabrá cómo hacerlo, pues habrá perdido su más inmediata referencia, que es él.
Si yo ignoro lo que es bueno para mí y, de hecho, no quiero saberlo porque me rechazo a mí mismo, ¿cómo voy a saber lo que es bueno para el prójimo?
“Un doctor de la Ley, le propuso a
Jesús esta cuestión para tentarlo: “Maestro, ¿cuál es el mayor mandamiento de la
Ley?” Respondió Él: “Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, con toda tu
alma, y con todo tu espíritu. Éste es el mayor y primer mandamiento. El segundo
le es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.” (Mt 22,
36-39; Mc 12, 29-30).
En palabras de san Agustín:
Mira a ver primero si sabes amarte
a ti mismo; después te recomiendo que ames al prójimo como te amas a ti. Si no
sabes amarte a ti, engañarás al prójimo como te has engañado a ti. (San
Agustín, Sermón 128, 5.)
La caridad es realmente capaz sólo
de lo bueno, de ahí las palabras de San Agustín: Ama y haz lo que quieras. La
caridad es el resumen de toda la Ley, es la más importante de todas las
virtudes. La perfección cristiana consiste en la caridad.
Resumiendo, llegamos a la siguiente conclusión: Que para amar a Dios y al prójimo es requisito indispensable saber amarse plenamente a uno mismo.
---oOo---
JOSÉ LAGARES