domingo, 2 de octubre de 2011

VI. INFORMACIÓN SOBRE: FUNERALES CATÓLICOS


La muerte es siempre dolorosa pero, para el cristiano, no es el fin sino el pasaje a la vida eterna. Sabemos por nuestra fe que la vida no se acaba sino que se transforma.  
Dar sepultura es una de las obras de misericordia. 
Los ritos de los funerales Católicos ponen de relieve varias importantes creencias y valores que la Iglesia afirma en sus prácticas funerales.  Ellos incluye:
  • lo sagrado de toda vida humana;
  • la dignidad de la persona;
  • la resurrección de Jesucristo, el primero nacido de la muerte, y de Sus fieles seguidores;
  • la muerte es una ocasión para resignarse y aceptar la mortalidad humana;
  • el respeto que le debemos al cuerpo de la persona fallecida;
  • la importancia de recordar a los muertos y ofrecer oraciones por ellos;
  • y la necesidad de la Iglesia de proveer ministros que consuelen a aquellos que han perdido un ser querido. 
Los funerales pueden ser sencillos, pero siempre guardando el respeto y la dignidad del cuerpo humano. Lo importante es acudir al Señor en oración, lo cual es la razón para celebrar los ritos fúnebres católicos. Por medio de ellos expresamos nuestra fe y encomendamos al difunto a la misericordia de Dios.
La liturgia funeral es la celebración central que la comunidad cristiana ofrece por un hermano difunto. Aunque, en la mayoría de los casos, esta liturgia consiste en una "Misa Funeral", también, por razones específicas (domingo y solemnidades), puede haber, dentro de la Iglesia, una liturgia funeral sin la celebración de la misa. Si la liturgia funeral se celebra fuera de la misa, se traslada la celebración de la misa funeral al día siguiente, a las  Hermanas Carmelitas (7.45 h) o a las Hermanas de la Cruz (8.00 h).

Cremación
La Iglesia Católica permite la cremación, pero firmemente prefiere que el cuerpo de la persona fallecida esté presente para el rito del funeral, ya que la presencia del cuerpo claramente recuerda la vida y muerte de la persona. Por eso, es recomendable que si la cremación va a tener lugar, ésta se lleve a cabo después de la Misa de Difuntos. Sin embargo, si  se ha realizado antes de la Misa, la Iglesia permite que las cenizas del cremado puedan ser traídas al Templo  para la celebración de la liturgia del funeral.




¿Y después de la muerte qué?
La Biblia nos dice que después de la muerte viene el juicio: «Está establecido que los hombres mueran una sola vez y luego viene el juicio» (Hebr. 9, 27). Después de la muerte viene el juicio particular, donde «cada uno recibe conforme a lo que hizo durante su vida mortal» (2 Cor. 5, 10).
Al fin del mundo tendrá lugar el «juicio universal», en el que Cristo vendrá en gloria y majestad a juzgar a los pueblos y naciones.
Es doctrina católica que en el juicio particular se destina a cada persona a una de estas tres opciones: Cielo, Purgatorio o Infierno.
  • Las personas que en vida hayan aceptado y correspondido al ofrecimiento de salvación que Dios nos hace y se hayan convertido a El, y que al morir se encuentren libres de todo pecado, se salvan. Es decir, van directamente al Cielo, a reunirse con el Señor y comienzan una vida de gozo indescriptible.
  • Quienes hayan rechazado el ofrecimiento de salvación que Dios hace a todo mortal, o no se convirtieron, mientras su alma estaba en el cuerpo, recibirán lo que ellos eligieron: el Infierno, donde estarán separados de Dios por toda la eternidad.
  • Y finalmente, los que en vida hayan servido al Señor pero que al morir no estén aún plenamente purificados de sus pecados, irán al Purgatorio. Allá Dios, en su misericordia infinita, purificará sus almas y, una vez limpios, podrán entrar en el Cielo, ya que no es posible que nada manchado por el pecado entre en la gloria.
Los que mueren en gracia de Dios se salvan. Van directamente al cielo. Los que rechazan a Dios como Creador y a Jesús como Salvador durante esta vida y mueren en pecado mortal, se condenan. 
Pero, ¿qué ocurre con los que mueren en pecado venial o que no han satisfecho plenamente por sus pecados?
Los católicos creemos en el Purgatorio. Según nuestra fe católica, el Purgatorio es el lugar o estado por medio del cual, en atención a los méritos de Cristo, se purifican las almas de los que han muerto en gracia de Dios, pero que aún no han satisfecho plenamente por sus pecados. El Purgatorio no es un estado definitivo, sino temporal. Y van allá sólo aquellos que al morir no están plenamente purificados del pecado, ya que en el cielo no puede entrar nada manchado o pecaminoso. 

Oración por los difuntos. 
Según nuestra fe católica, al leer atentamente la Biblia, tenemos que ofrecer oraciones, sacrificios y Misas por los muertos, para que sus almas sean purificadas de sus pecados y puedan entrar cuanto antes a la gloria a gozar de la presencia divina.   
Los católicos no sólo podemos orar por los difuntos, sino que éste es un deber cristiano que obliga, especialmente, a los familiares y a los amigos más cercanos. (Ef 6,18)
Orar por los vivos y por los difuntos es una obra de misericordia. De la misma manera que ayudaríamos en vida a sus cuerpos enfermos, así, después de muertos, debemos apiadarnos de ellos rezando por el descanso eterno de sus almas.
Entre los católicos, la tradición es orar por los difuntos y, en lo posible, celebrar la Santa Misa por su eterno descanso.

Misas Gregorianas 

Desde el s VII hasta el presente se universalizó en la Iglesia Católica de Occidente la piadosa costumbre de hacer celebrar treinta Misas seguidas por algún difunto, a fin de alcanzar de Dios el eterno descanso de su alma, librarla de las tremendas penas del Purgatorio y ella goce pronto a la felicidad eterna del Paraíso. Es lo que comúnmente se ha llamado durante siglos: hacer celebrar Misas Gregorianas o celebrar una Misa Gregoriana. Lo cual no significa, como algunos creen, que la Misa se tenga que cantar en gregoriano. Ni tampoco celebrar treinta Misas seguidas por cualquier intención fuera de rezar por un difunto. La Misa se llama Gregoriana porque, (como veremos) tiene su origen en una revelación que tuvo el Papa S Gregorio Magno. Y la intención de cada una de estas Misas es por un solo difunto, porque así fue el origen. No es un dogma de fe, ni un precepto de la Iglesia que se tengan que rezar 30 Misas Gregorianas para que un difunto vaya al Cielo, sino una costumbre piadosa fundada en un Dogma de fe de la Santa Iglesia que afirma la existencia del Purgatorio y la necesidad que tienen las almas de que oremos por ellas ofreciendo la Santa Misa, sacrificios y oraciones por su eterno descanso.

¿Cuándo se puede apuntar la Santa Misa por los difuntos?
Se pueden apuntar las santas misas por los difuntos todos los días, antes o después de las  misas, en la sacristía de la parroquia.
  
"El Entierro no es un sacramento pero, 
enterrar y rezar por los difuntos son obras de  misericordia."


San Agustín, un obispo cristiano de los primeros siglos, dijo: 
"Una lágrima se evapora, una flor se marchita, 
sólo la oración llega al trono de Dios".

"Dales, Señor, el descanso eterno 
brille para ellos la luz eterna." Amén. 

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V. INFORMACIÓN SOBRE SACRAMENTOS: UNCIÓN DE LOS ENFERMOS/VIÁTICO


La Iglesia, habiendo recibido del Señor el mandato de curar a los enfermos, se empeña en el cuidado de los que sufren, acompañándolos con oraciones de intercesión. Tiene sobre todo un sacramento específico para los enfermos, instituido por Cristo mismo y atestiguado por Santiago: «¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor» (St 5, 14-15).

El sacramento de la Unción de los enfermos lo puede recibir cualquier fiel que comienza a encontrarse en peligro de muerte por enfermedad o vejez. El mismo fiel lo puede recibir también otras veces, si se produce un agravamiento de la enfermedad o bien si se presenta otra enfermedad grave. La celebración de este sacramento debe ir precedida, si es posible, de la confesión individual del enfermo. 

Efectos del sacramento de la Unción:
  • Un don particular del Espíritu Santo.
  • El perdón de los pecados.
  • La unión a la Pasión de Cristo.
  • Una gracia eclesial.
  • Una preparación para el paso a la vida eterna.
QUIÉN Y CUÁNDO PUEDE RECIBIR LA SANTA UNCIÓN: 
  • Se administra en enfermedades graves, cuando el enfermo aún es consciente.
  • Puede administrarse también en estado de agonía.
  • Toda persona con enfermedad notable o con dolencias crónicas.
  • Los accidentados: Un accidentado grave puede recibir la Unción, para alivio y fortaleza de sus dolencias.
  • Los ancianos: Cuando se pasa la edad de la jubilación y las fuerzas visiblemente se debilitan.    
"No es un sacramento sólo para los que están al borde de la muerte".
 
El Viático (ÚLTIMO SACRAMENTO DEL CRISTIANO) es la Eucaristía recibida por quiénes están por dejar esta vida terrena y se preparan para el paso a la vida eterna. Recibida en el momento del tránsito de este mundo al Padre, la Comunión del Cuerpo y de la Sangre de Cristo muerto y resucitado, es semilla de vida eterna y poder de resurrección. No debe confundirse el Viático con llevar la comunión a los enfermos.

¡¡¡Cuando algunos de tus familiares, amigos o vecinos necesiten recibir 
la Unción de enfermos o el Viático, tienes que avisar a los sacerdotes!!!

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IV. INFORMACIÓN SOBRE SACRAMENTO: ORDENACIÓN SACERDOTAL


¿QUIÉN ES UN SACERDOTE?
Un Sacerdote es un hombre que LO HA DEJADO TODO, para SEGUIR A CRISTO. Un hombre que ha decidido ENTREGAR SU VIDA A DIOS para servirle a El y para ayudar a los demás hombres a salvarse.
¿ Crees que puede haber mayor generosidad  que ésta? Es por eso que los católicos debemos respetar tanto a nuestros Sacerdotes.

¿QUÉ HACE UN SACERDOTE?
Dios quiere que todos los hombres nos salvemos y lleguemos al cielo con El. Y por eso ha querido llamar en el mundo a personas especiales para que le ayuden a continuar su obra de salvación hasta el fin de los tiempos.
El TRABAJO del Sacerdote, entre otras, incluye tres cosas importantes:
  1. PREDICAR LA PALABRA DE DIOS a los hombres, esto es, enseñar el Evangelio.
  2. CELEBRAR LOS SACRAMENTOS: bautismo, confirmación, confesión, eucaristía, matrimonio, orden sacerdotal y unción de los enfermos.
  3. CONDUCIR AL PUEBLO DE DIOS HACIA LA SALVACIÓN, esto significa, ayudar a que todos los hombres nos salvemos.
¿ CUÁNDO EMPEZÓ EL SACERDOCIO?
Recuerda que en la ÚLTIMA CENA, Cristo nos dejó la EUCARISTÍA y dijo a sus apóstoles: "Haced ésto en memoria mía". Con estas palabras les dio el poder de convertir el pan y el vino en su cuerpo y en su sangre.
Después, en la noche del día en que resucitó, Jesús les dio el poder de perdonar los pecados en su nombre cuando dijo: "A quienes perdonárais los pecados, les serán perdonados; a quienes se los retuviérais, le serán retenidos". 
Los PRIMEROS SACERDOTES fueron los apóstoles, y después ellos fueron pasando este poder a otros hombres; fueron haciendo Sacerdotes a otros, a través de una ceremonia que ahora se llama "ORDENACIÓN SACERDOTAL".

LO MÁS IMPORTANTE DE UN SACERDOTE
Lo más importante, lo más grande y hermoso que tiene un Sacerdote es el PODER DE CONVERTIR EL PAN Y EL VINO EN EL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO Y EL PODER DE PERDONAR LOS PECADOS. Los Sacerdotes son los únicos hombres a quienes Dios ha permitido y dado el poder para hacer estas dos cosas.




¿ QUIEN PUEDE SER SACERDOTE?
Los candidatos al sacerdocio deben ir al Seminario. Seminario es una institución en la que los candidatos al sacerdocio reciben la  formación espiritual y intelectual  en un periodo de seis años. Por lo general cada Conferencia Episcopal elabora su propia norma de formación sacerdotal con base en el Magisterio de la Iglesia y en las condiciones socio-culturales de la región o país. Pero como norma universal y para que un fiel católico pueda ser admitido a un Seminario mayor debe cumplir al menos los siguientes requisitos:
  • Sólo los varones pueden solicitar ser admitidos.
  • Tener recta intención hacia el sacerdocio.
  • Solicitarlo de manera completamente voluntaria, sin ninguna coerción.
  • Capacidad moral, espiritual e intelectual.
  • Buena salud física y psicológica.
  • Disponibilidad hacia el celibato.
  • Ser católico con los siguientes sacramentos cumplidos: bautismo, confesión, comunión y confirmación.
En cuanto a la formación intelectual se compone de estudios superiores de filosofía (2 años) y teología (4 años).  La formación del seminario abarca las cuatros dimensiones: humana, espiritual, intelectual y pastoral. Antes de la ordenación, el seminarista tiene que recibir Rito de Admisión para las Ordenaciones y ministerios de Lector (curso 3º) y el de Acólito (curso 4º). La Iglesia considera muy oportuno que los candidatos a las Órdenes sagradas, tanto por el estudio como por el ejercicio gradual del ministerio de la palabra y del altar, conozcan y mediten a través de un íntimo y constante contacto esta doble vertiente de la función sacerdotal. Cuando se acaban la formación, ya se puede "ordenar", es decir, convertirse en Sacerdote, primero por Ordenación de diácono (curso 5º) y segundo por Ordenación Sacerdotal (curso 6º). Esto se hace en una ceremonia especial de la Iglesia, que se llama Ordenación Sacerdotal. En esta ceremonia, el OBISPO les impone las manos sobre la cabeza a cada uno de los que se han preparado para ser Sacerdotes y les dice: "Te rogamos omnipotente Dios, que invistas a tu siervo con la dignidad del sacerdocio".El Obispo invoca al Espíritu Santo para que venga sobre los nuevos Sacerdotes.

El SACRAMENTO DE LA ORDENACIÓN SACERDOTAL, le otorga un sello que no se puede borrar nunca a aquél que la recibe, de modo que el hombre que se ordena es ya Sacerdote para toda la eternidad. Un Sacerdote es entonces un "HOMBRE DE DIOS", y como tal, merece siempre nuestro mayor respeto.

HAY TRES GRADOS EN EL SACERDOCIO:
1) LOS DIÁCONOS:
Los que van al seminario primero "se ordenan Diáconos" antes de ser Sacerdotes (diáconos transitorios).
Hay también unos hombres (incluso casados), que son ordenados Diáconos para quedarse así y ayudar a los Sacerdotes (diáconos permanente).
Los diáconos pueden bautizar, predicar y repartir la comunión, pero no pueden celebrar la misa, confesar, ni ser ministros del sacramento de la unción de los enfermos.
2) LOS SACERDOTES:
Los que "se ordenan Sacerdotes" tienen el poder de convertir el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo, pueden decir misa y pueden perdonar los pecados.
Todos los sacerdotes hacen votos, o sea, que prometen: castidad en el celibato (ésto significa que renuncian al matrimonio), obediencia y rezar la liturgia de las horas. Ademas los sacerdotes religiosos prometen la pobreza.
3) LOS OBISPOS: Los Obispos son jefes de la Diócesis, como los sacerdotes, son responsables de su Parroquia.
El Papa es quien escoge al Sacerdote que será elevado al puesto de Obispo y le encarga una zona especifica que se llama "DIÓCESIS".
El Obispo dirige a varios Sacerdotes que a su vez cuidan de sus PARROQUIAS. Varias parroquias constituyen una Diócesis.
Los Obispos hacen las mismas cosas que cualquier Sacerdote normal y, además, son los únicos que pueden administrar el Sacramento de la Confirmación y los únicos que pueden ordenar otros Sacerdotes.
Algo muy importante es saber que un Obispo debe ser SIEMPRE FIEL AL PAPA, o sea, obedecerle en todo lo que él diga. Creer y obedecer al Papa que es el representante de Cristo en el mundo.




NUESTRO PROPÓSITO:
  • Tengamos siempre un gran respeto y amor al Sacerdote, como hemos dicho antes, y recuerda: él lo ha dejado todo, ha dado su vida por servir a Dios y conducir a los hombres a la salvación.
  • Queremos invitar a todos los que quieran ayudar a los sacerdotes  con la oración y ofreciendo sacrificios para que Jesucristo les conceda fortaleza y el don de la perseverancia en su misión redentora.
  • Pidamos a Dios, mediante una oración especial por las VOCACIONES, para rogarle que cada día haya más Sacerdotes en la Iglesia Católica, que nos ayuden en nuestra vida de FE.
                                                                                                                                            JOLABE
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III. INFORMACIÓN SOBRE SACRAMENTO: MATRIMONIO

TOMA DE DICHOS 

1. Toma de dichos 3 meses antes de la fecha de boda.
2. Los novios  tienen que traer:
- Libros de las Familias de sus padres.
- Partidas de Bautismos (sólo si no están bautizados en La Palma del Condado) con una expedición no mayor a tres (3) meses.
- D. N. I.,
- Certificado de cursillo prematrimonial.
- Partidas de sus nacimientos
- Certificado de solteria 
3. Venir con 2 testigos con D. N. I., que no sean familia directa y tengan por lo menos 18 años.
4. Pagar 20 euros.

Muchos de nosotros estamos casados y tenemos una familia. Y todos sabemos que ese matrimonio y esa familia son los tesoros más grandes que podemos tener. En esta ocasión queremos compartir contigo la importancia del SACRAMENTO DEL MATRIMONIO.

¿QUÉ ES EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO?
Es el sacramento en el que Dios mismo bendice la unión y el amor de un hombre y de una mujer, dentro de la Iglesia. Para un católico, el vivir "en unión libre" sin haber recibido el Sacramento del Matrimonio, es desobedecer la ley de Dios y vivir en pecado mortal.

¿QUIÉN FUNDÓ EL MATRIMONIO?
Dios mismo hizo al hombre y después, viendo que estaba solo, hizo a la mujer.
Cuando la Biblia cuenta como creó Dios el mundo y al hombre dice: "Por eso, dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y se harán una sola carne " (Gn.2-24).
Aquí vemos que Dios siempre pensó en que el hombre y la mujer se unieran, se ayudaran y formaran una pareja. Entonces Dios es quien fundó el matrimonio.
Lo más hermoso que hizo Dios es que creó al hombre y a la mujer distintos de cuerpo y de modo de ser, para que se ayuden y se complementen la una y el otro.

¿POR QUÉ NOS CASAMOS?
Un hombre y una mujer se unen en matrimonio POR AMOR, para buscar el bien de los dos y para tener y educar a los hijos.
Cuando unos novios reciben el SACRAMENTO DEL MATRIMONIO, no sólo son ellos los que se dan un " SI ", sino que también Dios da el "SI " a esta unión. Entonces, es Dios mismo quien bendice ese amor y les da una gracia, o sea, una "ayuda especial " para hacer más perfecto su amor y para que puedan cumplir mejor sus deberes de esposos.

¿CÓMO SE REALIZA EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO?
Cuando vamos a una boda, los esposos dicen las siguientes palabras: "Yo ________ te quiero a tí _________ como mi esposo, y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida."
Y el otro esposo contesta con las mismas palabras.
Cuando se dicen estas palabras, son los mismos esposos quienes realizan el SACRAMENTO DEL MATRIMONIO.
En este sacramento, el Sacerdote recibe el SI de los esposos en nombre de la Iglesia y bendice el matrimonio.

EL MATRIMONIO TIENE TRES COSAS MUY IMPORTANTES:
1) EL MATRIMONIO ES UNO
Eso significa que una persona se puede casar con una sola persona.
Esto es lo que Dios nos manda, pues si un esposo tuviera varias mujeres o una esposa tuviera varios hombres, faltaría a la ley de Dios.
El amor verdadero es de uno para uno. El amor verdadero es FIEL.
2) EL MATRIMONIO ES INDISOLUBLE
Esta palabra tan rara quiere decir que el matrimonio es algo que no se puede deshacer. Es algo que Dios ha unido y que el hombre no puede desunir.
Es por eso que el DIVORCIO es algo que la Iglesia Católica NO PERMITE. Cristo mismo nos dice en el evangelio: “Y yo os digo: quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquella, y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio”. (Mc 10, 11-12).
Lo que es muy importante es que cada uno CUIDE SU AMOR de esposo. El matrimonio es como una planta a la que hay que regar cada día para que esté bonita y crezca. Si se deja de regar se marchita y muere.
Con el amor pasa igual: hay que alimentarlo con detalles, con cariño, con esfuerzo, y muchas veces con sacrificio, entrega y generosidad. Cuando uno ama y se siente amado de verdad, es mucho más fácil ser FELIZ. Vale la pena.
3) EL MATRIMONIO ESTÁ ABIERTO A LA FECUNDIDAD
Esto quiere decir que los esposos deben estar abiertos a la vida.
El matrimonio es el medio que Dios ha dado al hombre para que COOPERE con El en dar la vida, pero Dios es quien la da y es el único que puede quitarla.
Es por esto que la Iglesia Católica PROHÍBE EL ABORTO y nos enseña que podemos planificar la familia con métodos naturales.

 10 BUENAS IDEAS PARA TU MATRIMONIO
1) Acuérdate que te casas para hacer feliz a la persona que amas, más que para ser feliz tú mismo.
2) Trata a tu esposo o esposa con cariño, con buenos modos.
3) (Aunque ya lo sepas), dile que lo quieres.
4) Trata de dialogar sobre ustedes; es mejor arreglar las diferencias hablando que guardarse las cosas. ¡Hablando se entiende la gente! Si estás enfadado, cuida lo que dices. ¡Nunca ofendas o humilles al otro!
5) Cuida siempre ser fiel a tu esposo o esposa, no te pongas cerca de las tentaciones.
6) Respeta y ama a tu compañero/a como es, no quieras que sea exactamente como tú quieres que sea.
7) Ayuda a tu esposo o esposa a superarse, el amor no es egoísta, busca el bien de la otra persona.
8) Acuérdate que el amor se demuestra con detalles. Los detalles le dicen al otro: “Eres importante para mí”.
9) En el matrimonio, muchas veces hay que pedir perdón y muchas veces hay que perdonar.
10) Recuerden siempre que Dios está en el matrimonio. Recen juntos y pídanle todos los días, que Él les haga crecer en el AMOR.
                                                                                                                       JOLABE


NORMAS PARROQUIALES 
PARA LA CELEBRACIÓN DE BODAS

Preparación de la ceremonia:
Acudir con bastante antelación a la Sacristía, media hora antes o una vez concluida la Misa, para preparar la ceremonia de la Boda.
Si es posible, traer una idea de las Lecturas que quiere que se lean en su Boda.
Si el Sacerdote no es ninguno de los presentes en la Parroquia, éstos prepararán igualmente la ceremonia en la Sacristía. Deben regirse por las normas de la misma.




Lecturas:
Las vísperas de domingo, fiesta o solemnidad, así como las fiestas, solemnidades y domingos del Calendario Litúrgico, serán las propias del Leccionario que corresponda a dicho tiempo.
Sólo se podrán elegir las Lecturas cuando el Sacramento del Matrimonio se celebre en viernes o sábado, (en éste último caso hasta el mediodía), y en los que no concurran ninguna solemnidad o fiesta de la Iglesia.
Las Lecturas de libre elección (formada por una PRIMERA LECTURA, SALMO Y EVANGELIO), deben ser escogidas del RITUAL DEL MATRIMONIO y bajo la orientación del Sacerdote o la persona encargada de ello).
En el caso de que hubieran lectores para las Lecturas, preces o moniciones, deberán ser el menor número posible, en total 4, en este orden:
* Uno, para la Monición de Enttrada (si lo hubiera), ésta debe comunicarse a la hora de prepararse y ser enseñada al Sacerdote.
* Uno, para la Lectura escogida (éste también, si quiere puede leer el Salmo).
* Uno, para el Salmo.
* Y el último, para las Preces, Oraciones de fieles o llámese conmunmente Peticiones.
* Si hay Acción de Gracias, se recomienda que sea el mismo de la Monición de Entrada o el padre de uno de ellos.

Presbiterio:
Al Presbíterio sólo suben: Los Contrayentes, los Padrinos de Boda, un familiar de cada novio (en este caso los Padres que quedan), los lectores y los niños o personas mayores que portan los anillos y las arras.
Durante la Ceremonia sólo podrán subir al Presbiterio el fotógrafo y el cámara de vídeo concertado o contratados por los contrayentes.
El adorno floral tendrá que ser consultado con bastante antelación con el Sacerdote o la persona encargada a tal efecto.
Aquellas parejas que deseen animar la Celebración con la intervención del Órgano de la Parroquia, Armonium o algún coro, deberán  consultarlo, con bastante antelación, con el Sacerdote.
Si optan por utilizar el Órgano o Armonium Parroquial, deberán abonar la cantidad estimada por la Parroquia para su mantenimiento.

QUEDA PROHIBIDO LANZAR ARROZ O CUALQUIER OTRO ELEMENTO DENTRO DE LAS DEPENDENCIAS DEL TEMPLO PARROQUIAL.
Y DESDE FUERA, SERÁ DESDE LA ESCALINATA DE ACCESO AL TEMPLO Y NO EN DIRECCIÓN HACIA DENTRO DE LA IGLESIA.

SE EXIGE LA MÁXIMA PUNTUALIDAD, sobre todo cuando las Bodas son en horario de Misas o bien porque se celebren con posterioridad cultos de algún grupo parroquial o de Hermandades.

Para aclarar cualquier duda, diríjase a la Sacristía media hora antes o una vez concluída la  Misa.

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II. INFORMACIÓN SOBRE SACRAMENTOS: PRIMERA CONFESIÓN/PRIMERA COMUNIÓN/ CONFIRMACIÓN


La tarea catequética es una labor que implica, en la vida de la Parroquia, uno de sus mayores esfuerzos en todos los aspectos: espirituales, personales y materiales. En nuestra Parroquia, comienza en el mes de Octubre con la Misa del Envío para niños, Catequistas y padres.
Mediante los Sacramentos de: Penitencia (Primera Confesión), Eucaristía (Primera Comunión) y Confirmación, se ponen los fundamentos de toda vida cristiana. Tienen cierta analogía con desarrollo de la vida natural. Los niños, renacidos en el Bautismo, (puerta de entrada a la vida espiritual), conocen el valor del perdón en la Penitencia, son alimentados por la Eucaristía y se fortalecen con el Sacramento de la Confirmación.
Pero, para recibir estos tres últimos Sacramentos es necesario recibir una adecuada Formación Catequética, que organiza siempre nuestra Parroquia.
El tiempo de preparación es el necesario para favorecer el despertar religioso del niño e iniciarlo en la vida cristiana. Actualmente se ha establecido en cuatro etapas: (3º) Precomunión, (4º) Comunión, (5º) Preconfirmación y (6º) Confirmación.

(I). La primera Confesión:
Entre los siete y los ocho años, los niños suelen recibir por primera vez los Sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía. Estos años son de vital importancia en la educación religiosa de los hijos, pues se trata de su iniciación sacramental.
La preparación para el recibimiento de la primera confesión no es sólo tarea de la Parroquia. Los padres de familia tienen también una gran responsabilidad en este periodo de aprendizaje y preparación. Lo ideal es empezar la disposición para este Sacramento con bastante antelación con el fin de que la catequesis sea eficaz y profunda y ayude a desarrollar en los niños la gracia recibida en el Bautismo. 
Sentido positivo de la confesiónEs importante que a esa edad se inicie al niño en la necesidad de sentir un cierto pesar por sus malas acciones. No se trata de agobiarles diciéndoles constantemente: ‘no hagas eso porque es pecado’, pero los padres deben hablarle a sus hijos de la bondad de Nuestro Padre Dios, del cariño que El nos tiene y de cómo hemos de procurar siempre ser buenos hijos y darle muchas alegrías”. De esta forma, el niño irá comprendiendo poco a poco que ciertas acciones suyas ofenden a su Padre del Cielo. Es así como se comienza a iniciar al chico en el sentido del pecado, del arrepentimiento y del perdón.
Los padres, más que nadie, tienen el deber moral de despertar la conciencia moral de sus hijos y de prepararlos para el Sacramento de la Penitencia. Una vez recibido por primera vez, es importante enseñarles a los pequeños a confesarse con alguna frecuencia y regularidad, para que vayan adquiriendo el hábito con naturalidad. Debemos ayudar a los niños a descubrir el sentido positivo y alegre de la confesión, haciéndoles ver que este Sacramento no sólo ayuda a borrar los pecados, sino que infunde en el alma la gracia divina.
Preparación para el Sacramento. Antes de recibir la primera Confesión, el niño deberá aprender los pasos necesarios para tener una buena confesión:
  1. Examen de conciencia
  2. Arrepentimiento de los pecados
  3. Propósito de enmienda
  4. Decir los pecados al Sacerdote
  5. Cumplir la penitencia.
Lo importante es que el niño sepa prepararse para aprovechar al máximo las gracias que ofrece este Sacramento. Se le deberá ayudar al principio para que sus exámenes de conciencia sean profundos y concisos, para que capte la fealdad del pecado, el sentido del arrepentimiento y tenga verdaderamente el propósito de no volver a caer en las mismas faltas. Se le deberá recordar la importancia de decir todos los pecados y el sentido de reparación que tiene la penitencia que le impondrá el Sacerdote.

(II). La Primera Comunión:
La preparación para la Primera Comunión de los niños se desarrolla habitualmente a lo largo de dos años de catequesis: Precomunión (3º) y Comunión (4º).
A la hora de hacer la inscripción, los niños reciben en sus Colegios un impreso, elaborado por los Coordinadores de Catequesis, para su cumplimentación y entrega por parte de sus padres.
Los niños que han cursado algún año de Catequesis en otra Parroquia y desean continuar en la nuestra, deberán comunicarlo y traer un certificado de la Parroquia en la que hayan cursado la Catequesis.
Los niños deberán iniciarse en la Eucaristía y los padres, según el compromiso adquirido en la celebración de su Matrimonio, serán los primeros en celebrar la fe con sus hijos los domingos en la misa de la Parroquia con niños (11:00h.) o Misa de la Familia. Es importante celebrar la fe para que los niños vean que es algo importante. Les ayudaremos también a ir aprendiendo las oraciones propias de la Misa y que sepan cómo comportarse y situarse en la celebración.
Los padres deberán sentirse implicados en el proceso catequético junto con su hijo:
* Estando cercanos a la Catequesis que reciben y realizando un seguimiento en casa.
* Sintiéndose animados a participar activamente en su proceso.
* Asistiendo a reuniones, charlas y celebraciones que se lleven a cabo.
* Educándolos en las actitudes evangélicas y en valores, etc.

(III). La Confirmación:
La Catequesis de Confirmación se inicia al año siguiente de haber tomado la Primera Comunión, es decir en 5º, y tiene también una duración de dos años: Preconfirmación y Confirmación. La fe no se vive en solitario. La fe se recibe y se vive en comunidad. En la Catequesis, el niño va descubriendo la vida de la comunidad cristiana adulta.
La Catequesis de niños y jóvenes es una buena ocasión para descubrir la importancia de la familia, de los padres en la educación cristiana de los hijos.

Recordamos que, según el nº 874 del Código de Derecho Canónico, no se puede ser Padrino de Bautismo o de Confirmación sin haber concluido el proceso de la Iniciación Cristiana: (Bautismo, Eucaristía, Confirmación).

(IV). La misión de los padres:
Los padres son los primeros catequistas de sus hijos y la familia, en expresión del Concilio Vaticano II, es "la Iglesia doméstica" donde van creciendo en sabiduría, estatura y gracia, (Lc. 2, 52), como el mismo Jesús de Nazaret.

Ser catequista en la familia es tarea y responsabilidad de los padres y la Parroquia quiere compartirlo con ellos. La presencia de la familia en la Catequesis de los niños es de vital importancia. La responsabilidad recibida en el Matrimonio no se reduce tan sólo a bautizarlos, a mandarlos a las Catequesis para que hagan la Primera comunión, etc. Esto es importante, pero nos exige algo más. Exige que la familia se implique en la educación y maduración cristiana  de sus hijos. Sin la participación cristiana de la familia no hay Catequesis posible. Debe de haber una coordinación entre los catequistas y los padres y vivir en casa un auténtico espíritu cristiano.

Es fundamental que los padres acompañen a sus hijos a Misa. Es importante que los padres participen, colaboren y se interesen por lo que cada domingo hacen sus hijos en la Parroquia, que dialoguen con ellos sobre lo que han aprendido y que compartan con ellos algún compromiso semanal.
La labor de educar cristiana y humanamente a los hijos es responsabilidad de los padres, pues los Catequistas, en tan sólo 45 minutos semanales poco más que una base pueden dar a los niños.
Es también muy importante que los padres recen con los niños antes del descanso de la noche, al igual que contactar con los Catequistas para interesarse por la marcha de sus hijos en la Formación Catequética.
Cuando el niño no está bautizado en La Palma, unos meses antes de recibir el Sacramento correspondiente (Primera Comunión y Confirmación), los padres deberán presentar a los Coordinadores de Catequesis un Certificado de la Parroquia donde está bautizado, con una expedición no mayor a seis (6) meses.
Recordamos a todos nuevamente que el Sacramento de la Confirmación habilita al joven para ser Padrino de Bautismo cuando sea mayor, ya que es condición indispensable el haberlo recibido.

                                                                                                         JOLABE
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I. INFORMACIÓN SOBRE SACRAMENTO: BAUTISMO

¿Que es el bautismo? 
Todos queremos, como humanos, amar y ser amados. Y ser cristiano, no significa otra cosa que practicar el mandamiento del amor: “Amaos los unos a los otros como Yo os he amado”. El amor auténtico nunca ha sido un mal para nadie.
Que un niño goce del amor de sus padres ya desde la concepción, no es ningún condicionamiento negativo sobre la libertad y voluntad del niño. Más aún, es lo más hermoso que un niño puede poseer: el amor y afecto de sus padres.
El bautismo es la puerta del encuentro con Cristo, el fundamento de toda la vida cristiana y la incorporación al pueblo de Dios, la Iglesia. Contiene en germen toda la acción santificadora de la gracia de Dios, que se irá desarrollando a lo largo de toda su vida. El hombre que hoy se bautiza como niño, llegará con la ayuda de la Iglesia, a responder conscientemente a la gracia que ha recibido. Necesitará de sus padres y de la misma Iglesia, pues son quienes han proclamado la fe en nombre el niño y se han hecho garantía de la educación y del desarrollo de su fe. 


Efectos del bautismo
  • Borra el pecado original. El bautismo perdona y destruye el pecado original con el que todos nacemos; cuando el que se bautiza es adulto, borra también los pecados personales así como la pena por ellos debida, y si el recién bautizado muriese, iría directamente al cielo.
  • Infunde la gracia santificante. Por el sacramento del bautismo Dios infunde en el alma la gracia santificante -que es una participación de la naturaleza divina-, junto con las virtudes teologales y los dones del Espíritu Santo. Con estos dones el alma se hace dócil y pronta a los impulsos del Espíritu Santo. Por la gracia, Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo establecen su morada en el alma, que es templo del Espíritu Santo.
  • Confiere carácter sacramental. El otro efecto del bautismo es el carácter, cierta señal espiritual e indeleble, que explica que este sacramento sólo se pueda recibir una vez. El carácter bautismal configura a Cristo, da una participación de su sacerdocio, capacita para continuar en el mundo su misión como fieles discípulos suyos, y nos distingue de los infieles.
  • Incorpora a Jesucristo. Tanto la gracia como el carácter son efectos sobrenaturales del Bautismo, que nos unen a Cristo como se unen los miembros con la cabeza. Cristo es nuestra Cabeza y el carácter nos vincula a Él para siempre, mientras que la gracia nos hace miembros vivos.
  • Incorpora a la Iglesia. Por el bautismo nos convertimos en miembros de la Iglesia, con derecho a participar en la Sagrada Eucaristía y a recibir los demás sacramentos; sin estar bautizado no se puede recibir ningún otro sacramento. La Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo, y el bautismo nos incorpora a Cristo, que es la Cabeza, y a su Cuerpo, que es la Iglesia.            
*DATOS NECESARIOS PARA APUNTAR EL NIÑO PARA EL BAUTISMO:
- Nombre y apellidos del niño/a.
- Fecha y lugar de nacimiento del niño/a.
- Nombre y apellidos de los padres.
- Año y lugar de la Boda de los padres.
- Domicilio.
- Abuelos paternos y maternos: Nombres, apellidos y lugar de nacimiento de ambos.
- Padrinos: Nombres, apellidos, lugar de nacimiento y estado civil de ambos. (Ver normas para poder ser Padrinos).
*PREPARACIÓN DEL BAUTISMO:
La parroquia tiene establecidas dos charlas preparatorias para padres y padrinos. Tienen lugar dos viernes seguidos antes del Bautizo, en el Salón del Altozano, a las 20:30 h. Las charlas son impartidas por miembros del Equipo de la Pastoral de Bautismos, con autorización de la Parroquia.
*PARA EL BAUTIZO HAY QUE TRAER:
- La vestidura blanca - un paño blanco para cubrir la cabeza del niño/a (o pañuelo blanco).
- Una vela de Bautismo, (Padrino).
 
El nombre del Cristiano:
En el Bautismo, el Nombre del Señor santifica al hombre y el cristiano recibe su nombre en la Iglesia. Puede ser el nombre de un Santo, es decir de un discípulo que vivió una vida ejemplar de fidelidad a Dios. Al ser puesto bajo el patrocinio de un Santo, se ofrece al cristiano un modelo de vida y se garantiza su intercesión.
"Procuren pues los padres, padrinos y el párroco que no se imponga un nombre ajeno al sentir cristiano" (CIC 855).
Se da en algunos ambientes la costumbre de escoger para los hijos nombres inspirados en telenovelas, artistas, deportistas, o bien nombres extranjeros imitando a otras culturas, renegando de nuestra identidad y de nuestra historia. 
 
Conocer a nuestro Santo Patrono y festejar su día es parte de nuestra vida cristiana.

Lugar de celebración del bautismo:
Actualmente, la norma aplicable es el canon 857:
§ 2: Como norma general, el adulto debe bautizarse en la iglesia parroquial propia, y el niño en la iglesia parroquial de sus padres, a no ser que una causa justa aconseje otra cosa.
Si quieres bautizar a tu bebé en otra parroquia que no sea la tuya debes pedir una autorización al párroco.

Requisitos para ser padrino de Bautismo:
Dentro de las normas establecidas por el Derecho Canónico para ser padrino de Bautismo, añadimos las propias de nuestra comunidad que están vigentes en la Diócesis de Huelva, a saber:
Canon 872. En la medida de lo posible, a quien va a recibir el Bautismo, se le ha de dar un padrino, cuya función es asistir en su iniciación cristiana al adulto que se bautiza, y, juntamente con los padres, presentar al niño que va a recibir el Bautismo y procurar que después lleve una vida cristiana congruente con el Bautismo y cumpla fielmente las obligaciones inherentes al mismo.

Canon 873. Téngase un solo padrino o una sola madrina, o uno y una.

Por su parte, el canon 874 establece los requisitos para ser admitido como padrino:
§ 1: haya sido elegido por quien va a bautizarse o por sus padres o por quienes ocupan su lugar o, faltando éstos, por el párroco o ministro; y que tenga capacidad para esta misión e intención de desempeñarla;
§ 2: haya cumplido dieciséis años, a no ser que el Obispo diocesano establezca otra edad (Diócesis de Huelva - 18 años), o que, por justa causa, el párroco o el ministro consideren admisible una excepción;
§ 3: sea católico, esté confirmado, haya recibido ya el Santísimo Sacramento de la Eucaristía y lleve, al mismo tiempo, una vida congruente con la fe y con la misión que va a asumir;
§ 4: no esté afectado por una pena canónica, (situaciones irregulares por ejemplo quienes viven  en unión de hecho, el católico unido sólo civilmente o quien se ha divorciado y casado de nuevo)
§ 5: no sea el padre o la madre de quien se ha de bautizar.

El bautizado que pertenece a una comunidad eclesial no católica sólo puede ser admitido juto con un padrino católico, y exclusivamente en calidad de testigo del bautismo. 

El párroco o el ministro no pueden establecer otros requisitos distintos de los previstos por el derecho de la Iglesia, ni tampoco rechazar a una persona que cumple los requisitos. Pero a la vez les compete la obligación de rechazar a las personas que no cumplen con los requisitos previstos, por el bien del bautizando. Esto es especialmente importante en el caso del requisito 3º. Ningún padre -o ningún bautizando adulto- se debe extrañar si el párroco rechaza un padrino que lleva un estilo de vida incompatible con las enseñanzas de la Iglesia Católica, pues es obligación del párroco actuar así.

La celebración del bautismo:
Todos los ritos sacramentales que celebra la Iglesia están llenos de profunda enseñanza y la persona que participa atentamente en ellos, descubre con facilidad el sentido y la gracia significada y producida por el mismo rito sagrado. En el Bautismo, cada paso de la celebración nos revela la riqueza del Sacramento y lo que realiza en el nuevo bautizado:
La Señal de la Cruz, al principio de la celebración, señala ya desde el comienzo, el sello de Cristo sobre el que le va a pertenecer y la gracia de la redención que Cristo nos ha adquirido por su Cruz. Todo lo que el cristiano hace, puede y debe hacerse en honor de la Santísima Trinidad, amparados por la Cruz de nuestro Salvador.

Las Lecturas Bíblicas iluminan con la verdad revelada, a los candidatos y a la asamblea y suscitan la respuesta de Fe, inseparable del Bautismo. En efecto, es por la Fe que entramos a la vida Sacramental, a la vida de Gracia. 
Exorcismo y Unción Prebautismal. El Bautismo significa la liberación del pecado y de su instigador, el demonio y por eso incluye un exorcismo pidiendo a Dios que el niño sea liberado del dominio de Satanás y pueda ser habitado por el Espíritu Santo. Es ungido a continuación con el Oleo de los catecúmenos, consagrado por el Obispo en la Misa Crismal (Huelva – Martes Santo) anterior. Esta unción se hace en el pecho, es conveniente, si el bautizado es un bebé, que tenga la ropa suficientemente floja. 
Bendición del agua. La materia propia del Bautismo es el agua simple, signo de vida y fecundidad. El sacerdote bendice y toca el agua invocando al Espíritu Santo para que descienda sobre ella de modo que los bautizados "nazcan del agua y del Espíritu" (Jn.3,5)

Profesión de Fe. El Bautismo no solo significa renunciar al pecado y a Satanás, sino que es opción por la Fe Católica. Es por ello que con diferentes fórmulas, el catecúmeno (o los padres y padrinos en caso de un infante) son invitados a declarar su adhesión decidida a las verdades de nuestra Fe. Decir " Si renuncio a Satanás y si creo en Cristo el Señor" es todo un compromiso que tal vez exija un cambio en nuestras vidas. ¡No debemos decir palabras tan importantes frívolamente! 
 
Rito del Bautismo. Llegado el momento, en la Iglesia de rito latino, el sacerdote derrama agua bautismal en la cabeza del niño, pronunciando la fórmula sacramental: "N., yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo"
La Unción con el Santo Crisma, óleo perfumado y consagrado por el obispo, significa el don del Espíritu Santo. Ha llegado a ser un cristiano, es decir "ungido" por el Espíritu Santo, incorporado a Cristo y por lo tanto, como El, constituido sacerdote, profeta y rey. ¡Esa es la excelsa dignidad del cristiano! 
La vestidura blanca que se impone al recién bautizado simboliza que "se ha revestido de Cristo" (Gál. 3,27) y que ha resucitado con El. Es figura de la Gracia Santificante, de la pureza del alma, libre ahora de todo pecado. 
 La luz de Cristo. Del cirio Pascual, el bautizado o sus padres o padrinos, reciben la Luz del Mundo, simbolizando que Cristo ha iluminado al nuevo cristiano. Al mismo tiempo simboliza que los cristianos debemos ser la Luz del mundo, como Cristo nos dijo: Grave responsabilidad de padres y padrinos es proteger y alimentar la Fe del bautizado de modo que su luz nunca se apague. 
 
Padre Nuestro. Ahora el bautizado es ya cristiano, es hermano de Cristo en la Gracia e hijo del Padre Eterno. Puede ya decir la oración de los hijos de Dios.
Bendición final. para que nuestra tarea sea efectiva y demos fruto abundante, para que seamos bendición para los demás.

Una duda lingüística: bautismo y bautizo.
bautizo
1. m. Acción de bautizar.
2. m. Fiesta con que esta se solemniza.

bautismo
1. m. Primero de los sacramentos del cristianismo, con el cual se da el ser de gracia y el carácter cristiano.
2. m. En diversas religiones, rito de purificación.

Bautizo es la acción o la fiesta.
Bautismo es el término eclesiástico o religioso del rito.

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