viernes, 18 de enero de 2013

INSTITUCIÓN DE LOS SACRAMENTOS


Los sacramentos de la Nueva Ley fueron todos ellos instituidos por Cristo y son, como sabemos, siete:
Bautismo
Confirmación
Eucaristía
Penitencia
Unción de los Enfermos
Orden sacerdotal
Matrimonio. 

Cristo determinó la gracia y el signo sensible correspondiente para cada uno de ellos. Esto fue definido por la Iglesia en el Concilio de Trento como verdad de fe. Todos ellos corresponden a las diferentes etapas de la vida de un cristiano:
Nacimiento
Crecimiento
Curación
y la Misión que cada cristiano tiene en su vida.

Y en cierto modo, existe una semejanza entre las etapas de la vida natural y la vida espiritual (Cfr. S. Tomás de Aquino, S.Th. 3, 65, 1).

Siguiendo esta analogía se explicaran en primer lugar los tres Sacramentos de la iniciación cristiana, luego los sacramentos de la curación, finalmente, los sacramentos que están al servicio de la comunión y misión de los fieles. Ciertamente este orden no es el único posible, pero permite ver que los Sacramentos forman un organismo en el cual cada Sacramento particular tiene su lugar vital. En este organismo, la Eucaristía ocupa un lugar único, en cuanto “Sacramento de los sacramentos”: “todos los otros sacramentos están ordenados a éste como a su fin” (S. Tomás de A., s. Th. 3,65, 3).

Muchas veces nos hemos preguntado cuándo y cómo instituyó Cristo los siete Sacramentos. Aunque en ninguna parte de la Biblia encontramos un texto que hable de todos ellos juntos, encontramos diferentes pasajes que hablan de la institución de los Sacramentos de manera clara y explícita y que nos pueden ilustrar para reconocer el momento de su institución:

Bautismo: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes buatizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. (Mt. 28, 29). “Y les dijo: Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la Creación. El que crea y sea bautizado, se salvará, el que no crea, se condenará.” (Mc. 16, 15-16). “Respondió Jesús: En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios” (Jn.3,5).

Confirmación: “Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo”. (Hechos 8, 17; 19, 6).

Eucaristía:“Mientras estaban comiendo, tomó Jesús el pan, y lo bendijo, lo partió, y dándoselo a sus discípulos, dijo: ‘Tomad, comed, este es mi cuerpo. Tomó luego una copa y, dadas las gracias se la dio, diciendo ‘Bebed todas de ella’.” (Mt. 26, 26-27). “Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y les dijo: ‘Tomad, éste es mi cuerpo’”. (Mc, 14, 22)

Reconciliación: “Yo os aseguro: todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo”. (Mt. 18, 18). “A quienes les perdonéis los pecados, les quedarán perdonados; a quienes se los retengáis, les quedaran retenidos”. (Jn. 20, 23)

Unción de los Enfermos: “expulsaban a muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y se curaban”.(Mc. 6, 13). “¿Está enfermo alguno entre vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor”. (Sant. 5, 14)

Orden sacerdotal: “No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunicó por intervención profética mediante la imposición de manos del colegio de presbíteros”. (1Tim 4, 14)

Matrimonio: “De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre”. (Mt. 19, 6). “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne. Gran misterio es éste, lo digo con respecto a Cristo y a su Iglesia”. (Ef. 5, 31-32).

Dios quiere siempre salvarnos por medio de los Sacramentos, su acción salvadora depende de la libertad y generosidad de las personas que habitamos este mundo, porque somos su maravillosa creación.

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JOLABE