jueves, 30 de mayo de 2013

SOLEMNE ADORACIÓN EUCARÍSTICA EN SIMULTÁNEA MUNDIAL

El domingo 2 de junio, fiesta del Corpus Christi, las catedrales y parroquias de todo el mundo se unirán durante una hora a la adoración eucarística que presidirá el Papa en la Basílica de San Pedro del Vaticano. La celebración, que tendrá lugar a las cinco de la tarde hora de Roma, se enmarca en el Año de la Fe y tiene como lema “Un solo Señor, una sola fe”.
En esa adoración, el Papa, y con los católicos de todos los países, rezarán por la Iglesia difundida en todo el mundo y pedirán en concreto que el Señor la haga cada vez más obediente a la escucha de su Palabra y que esta Palabra que salva pueda resonar brindando misericordia, consuelo, alegría y serenidad.
También se orará por cuantos en diversas partes del mundo sufren las nuevas esclavitudes y son víctimas de las guerras, trata de personas, narcotráfico y del trabajo esclavo, por los niños y mujeres que padecen todo tipo de violencia, así como por los que viven en la precariedad económica, sin empleo, ancianos, inmigrantes, sin techo, encarcelados y marginados.
La cita es para las cinco de la tarde hora de Roma, que en Rarotonga, Islas Cook, coincidirán con las cinco de la madrugada; las diez de la mañana, en Nueva Orleans, Estados Unidos, las once de la noche en Hanoi, Viet Nam, y las tres de la madrugada del 3 de junio, en Christchurch, Nueva Zelanda.
También queremos invitar a todos los palmerinos a la oración eucarística en comunidad con el papa Francisco y todos los católicos del mundo desde 17:00 h hasta 18:00 h en la Iglesia Parroquial el La Palma.  

HISTORIA DE LA SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI


A fines del siglo XIII surgió en Lieja, Bélgica, un Movimiento Eucarístico cuyo centro fue la Abadía de Cornillón fundada en 1124 por el Obispo Albero de Lieja. Este movimiento dio origen a varias costumbres eucarísticas, como por ejemplo la Exposición y Bendición con el Santísimo Sacramento, el uso de las campanillas durante la elevación en la Misa y la fiesta del Corpus Christi.
Santa Juliana de Mont Cornillón, por aquellos años priora de la Abadía, fue la enviada de Dios para propiciar esta Fiesta. La santa nace en Retines cerca de Liège, Bélgica en 1193. Quedó huérfana muy pequeña y fue educada por las monjas Agustinas en Mont Cornillon. Cuando creció, hizo su profesión religiosa y más tarde fue superiora de su comunidad. Murió el 5 de abril de 1258, en la casa de las monjas Cistercienses en Fosses y fue enterrada en Villiers.
Desde joven, Santa Juliana tuvo una gran veneración al Santísimo Sacramento. Y siempre anhelaba que se tuviera una fiesta especial en su honor. Este deseo se dice haber intensificado por una visión que tuvo de la Iglesia bajo la apariencia de luna llena con una mancha negra, que significaba la ausencia de esta solemnidad.

SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI

Corpus Christi: la Fiesta del Amor

Celebramos el próximo domingo IX del Tiempo Ordinario, la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Es la fiesta del Corpus Christi que la Iglesia universal conmemora desde 1264, en tiempos del papa Urbano IV. Es, asimismo, la fiesta del Amor y en la que Jesús cumple su promesa de estar siempre entre nosotros. La Iglesia, plena de alegría, muestra por calles y plazas ese extraordinario milagro: un Dios y Redentor nuestro permanece con nosotros bajo las especies de Pan y Vino. Y celebramos, igualmente, el Día del Amor en el que también se sale a las calles a pedir oraciones y ayudas por nuestros hermanos más necesitados.

El jueves siguiente a la solemnidad de la Santísima Trinidad, la Iglesia celebra la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre del Señor. Se celebró por vez primera en Lieja en 1247 a instancias de una religiosa, Juliana de Mont-Cornillon. En una visión en 1208, el Señor le hizo comprender, según ella, la laguna de una fiesta anual para honrar el sacramento del altar. La fiesta, fue extendida en 1269 por el papa Urbano IV a toda la Iglesia latina.

Pocas fiestas hay tan entrañables en el calendario para el pueblo cristiano como la de Corpus Christi, que litúrgicamente celebraremos el próximo domingo. En todos los pueblos y ciudades de España está profundamente arraigada. La secularización no la ha dañado sustancialmente, aunque necesitamos darle un realce y un esplendor si cabe mayor incluso que el que ha tenido en épocas anteriores de máximo esplendor. Es un día para adorar al Señor y confesar públicamente con los labios y el corazón, la fe en Jesucristo, Hijo único de Dios, centro y clave de todo lo creado, raíz de nuestra esperanza, fundamento último para el edificio del mundo y de la sociedad, piedra angular de la Iglesia.