Hay cosas en
relación con el Corpus que ciertamente necesitan explicación hoy día. Y los
creyentes necesitamos y debemos darlas y en primer lugar a nosotros mismos.
¿En qué sentido nos interpela el Corpus? Una
primera cuestión muy elemental: el Corpus supone una celebración en el templo,
la Eucaristía de la Solemnidad. Pero implica también una manifestación
religiosa en la calle muy especial: ya no llevamos imágenes, sino que
acompañamos el paso del Santísimo, el Señor en persona, por las vías de la
ciudad; y una ciudad que hemos engalanado y adornado de una manera tan singular
que se ha convertido en una tradición cultural, que conlleva la presencia no
sólo de los creyentes que comparten nuestra visión de los hechos que vivimos,
sino también de muchos otros que se mantienen como espectadores, admiradores o
simplemente curiosos turistas.
Siempre que se combina el templo con la calle
en esta sociedad actual, afectada culturalmente por el laicismo y la secularización,
surge una cuestión y se abre una pregunta. ¿Para quién hacemos lo que hacemos?
Y ¿qué hacemos en realidad cuando acompañamos a Cristo Eucaristía por la calle?