Estos pasos expresan simplemente un camino
hacia la conversión.
La Iglesia nos propone cinco pasos a seguir
para hacer una buena confesión y aprovechar así al máximo las gracias de este
maravilloso sacramento.
Estos pasos expresan simplemente un camino
hacia la conversión, que va desde el análisis de nuestros actos, hasta la
acción que demuestra el cambio que se ha realizado en nosotros.
1. Examen de Conciencia. Ponernos ante Dios que nos
ama y quiere ayudarnos. Analizar nuestra vida y abrir nuestro corazón sin
engaños. Puedes ayudarte de una guía para hacerlo bien.
2. Arrepentimiento. Sentir un dolor verdadero
de haber pecado porque hemos lastimado al que más nos quiere: Dios.
3. Propósito de no volver a
pecar. Si verdaderamente amo, no
puedo seguir lastimando al amado. De nada sirve confesarnos si no queremos
mejorar. Podemos caer de nuevo por debilidad, pero lo importante es la lucha,
no la caída.
4. Decir los pecados al
confesor. El Sacerdote es un instrumento
de Dios. Hagamos a un lado la “vergüenza” o el “orgullo” y abramos nuestra
alma, seguros de que es Dios quien nos escucha.
5. Recibir la absolución y
cumplir la penitencia. Es el momento más hermoso, pues recibimos el perdón de Dios. La penitencia
es un acto sencillo que representa nuestra reparación por la falta que
cometimos.