En la festividad de Santiago, 25 de julio de 2015, tuvimos la suerte de reunirnos en torno al altar del Señor por un motivo de gran alegría: la ordenación diaconal de un hermano y de un amigo de Vida Cristiana que, desde ahora en adelante, será enviado por el Señor que lo eligió para servir a su Iglesia en el ministerio de la palabra, del altar y de la caridad. Se trata de nuestro amigo JOSÉ ANTONIO CALVO MILLÁN, seminarista de La Palma del Condado y amigo, que ha concluido sus estudios en el Seminario de Huelva.
El Evangelio nos muestra siempre el maravilloso don de la vocación. Jesús llama, siempre llama. Toda VOCACIÓN – llamada y misión – envío que apunta al anuncio del reino de Dios, a preparar su acogida mediante la conversión, es un don de lo alto. Una llamada para estar con Él por siempre a través de un camino muy concreto que el Señor tiene previsto desde toda la eternidad para alcanzar finalmente la meta última de nuestra vida: el cielo, la casa del Padre.