Al menos una vez al año, muchos cristianos toman conciencia de la
gran diversidad de formas de adorar a Dios, se conmueven y caen en la
cuenta de que no es tan extraña la manera en que el prójimo rinde culto a
Dios.
El acontecimiento que desencadena esta experiencia única se conoce
como la Semana de oración por la unidad de los cristianos.
Congregaciones y parroquias de todo el mundo toman parte en la semana de
oración, que se celebra tradicionalmente del 18 al 25 de enero (en el
hemisferio norte) y en torno a Pentecostés (en el hemisferio sur).
Durante este período, se intercambian los púlpitos y se organizan
oficios ecuménicos especiales.
Cada año, se pide a los asociados ecuménicos de una región concreta
que preparen un texto sencillo sobre un tema bíblico. Después, un grupo
internacional de participantes patrocinados por el CMI (protestantes y
ortodoxos) y católicos romanos edita este texto y se asegura de que está
relacionado con la búsqueda de la unidad de la iglesia.
El texto es publicado conjuntamente por el Pontificio Consejo para la
Promoción de la Unidad de los Cristianos y el CMI, a través de su
Comisión de Fe y Constitución, que también acompaña todo el proceso de
producción del texto. El material final es enviado a las iglesias
miembros y las diócesis católicas romanas, a quienes se invita a que
traduzcan el texto y lo contextualicen para su propio uso.
El tema para este 2012 está sacado de 1 Co 15, 51-58: “ Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo”.
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