http://www.brotesdeolivo.es/ |
Esta historia arranca de una pareja de jóvenes inquietos, Rosa Escala y Vicente Morales, a los que además les gusta la música, que deciden unirse y quieren que Dios sea alguien importante en sus vidas.
Comenzaron a descubrir en lo cotidiano, en conversaciones y problemática, carencias y ausencias, protagonismo e inhibición, una llamada de atención que les provocaba interiormente una pregunta: ¿qué quieres de nosotros, Señor?. ...Y comenzaron a nacer hijos - hasta 13 - que desde muy pequeños se unían al grupo que - año 1971 - comenzó a conocerse por Brotes de Olivo.
Al principio fuimos niños que disfrutábamos con la música, y, aunque inconscientes, éramos transmisores de mensajes y alegrías para muchos.
Fuimos creciendo y tomando distintos caminos según la elección de cada uno, aunque aún el peso de la historia manifestaría una alta presencia de miembros. Al surgir la tierra de Pueblo de Dios se vertieron muchas energías de la familia en su edificación, y esto interrumpió, al menos hacia fuera, la actividad musical. Pero la experiencia era tan fértil que el mensaje en canción continuaba fluyendo y la demanda de muchos hizo que de nuevo se cantara; eso sí, ya con menos miembros "en cartera", porque había problemas a la hora de compaginar la misión evangelizando con la misión cotidiana y personal/familiar. Y aunque a los 20 años se suscitó el hecho de abandonar la canción, pudimos llegar a reconocer, al revisarnos, que esos habían sido años de una gran riqueza: porque nos habían mantenido unidos y porque había trascendido a mucha gente por encima de nuestras debilidades y pobrezas.
En los 25 sentimos que las dificultades no sólo no nos quitaban las ganas de seguir, sino que nos las reafirmaban, aunque ya algunos que formaban parte de la comunidad fueron los que seguían proclamando el Reino pendiente.
Ante el nuevo milenio las nuevas expectativas - nuevas canciones, nuevos autores, más gratuidad...- generan también nuevas esperanzas que toman soportes nuevos - Internet, cd´s, mp3 - y no se riñen con un estilo pobre y austero alternativo a tanto medio tecnológico.
Y a los 30 advertimos cómo ese evangelio proclamado y que ha llegado a tantos lugares sigue dando fruto abundante y sigue revolucionando la vida de muchos, que ni tan siquiera llegaron a vernos.
30 años de camino y de canción, encuentros, convivencias, vida en comunidad, siguen delatando lo mucho que siente y espera el hombre total de toda la tierra; lo mucho que tenemos que convertirnos los cristianos cada día para reafirmar nuestra vocación de ser alimento; lo mucho que aún queda por transformar hábitos de vida y pensamiento; por acrecentar hábitos del corazón sea cual sea el lugar donde vivamos.
La familia de la sangre y los escenarios fueron el primer soporte del Mensaje en esta historia. No dejaba de ser llamativo y de tener gancho incluso estético. Pero al cabo de los años, a pesar de que a los conciertos salimos un mínimo de hermanos, hemos constatado con gozo, y liberados de la responsabilidad de la historia, que el Mensaje está siempre por encima del mensajero. Y que por su enorme riqueza nos mantiene en búsqueda tras del rastro de Dios.
Discografía:
---oOo---