Dos buenos amigos estaban realizando un viaje por el desierto, el camino era largo así que charlaban animadamente para poder abstraerse del calor y la fatiga. La conversación que estaban manteniendo les llevó a un punto de discusión, entonces uno de ellos muy enojado, propinó una sonora bofetada en la cara al otro. El amigo que recibió el golpe, se sintió muy mal pero nada dijo, se agachó y escribió en la arena: “Hoy mi mejor amigo me ha dado una bofetada muy fuerte en la cara”.
Durante unas horas nadie dijo nada, ambos se miraban pero ninguno sabía que decir al otro, sus cantimploras estaban casi vacías, estaban sudorosos, sucios y cansados hasta que por fin llegaron a un oasis. Sin pensárselo dos veces, los dos amigos se echaron al agua, entonces el hombre que había recibido la bofetada empezó a ahogarse, su amigo sin dudarlo le agarró con fuerza y le salvó de una muerte segura.
Cuando el accidentado se recuperó, sacó de su bolsillo un estilete y grabó en una roca las siguientes palabras: “Hoy mi mejor amigo me ha librado de la muerte”. El salvador perplejo le dijo al amigo: “Me gustaría que me explicases, ¿ por qué cuando te he abofeteado has escrito lo ocurrido en la arena y ahora que te he salvado la vida lo has grabado en una roca?”.
Con una gran sonrisa y lágrimas en sus ojos, el amigo le respondió: “Si un amigo nos ofende, tenemos que escribir esa ofensa el la arena, el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo para siempre; sin embargo, cuando nuestros amigos hacen algo maravilloso o especial por o para nosotros, debemos grabarlo en las roca de nuestro corazón, allí ningún viento del mundo podrá borrarlo jamás”.
Así es como yo veo la AMISTAD, muchas personas tienden a enjuiciar a sus amigos por cualquier ofensa o defecto en su conducta, catapultado esa amistad a una muerte segura. A veces no ponemos en la balanza de la vida todas las cosas que amamos o detestamos de la gente que nos rodea, bien sean nuestros amigos, nuestra familia, nuestra pareja…
Tendemos a enjuiciar el carácter de los demás simplemente porque nosotros no actuaríamos así en un momento determinado, los demás no tienen porque ser espejos de nosotros mismos, nadie está en posesión de la verdad absoluta, nadie es perfecto, ni siquiera podemos pensarlo de nosotros mismos.
Para mi la AMISTAD es algo muy importante y poderoso, forma parte del motor de mi vida, pero procuro olvidar las ofensas de mis amigos, no sin antes analizarlas, intento sacar conclusiones del por qué, si me he equivocado pido perdón, y rectifico mi conducta, si por el contrario es el otro quien realmente está errado, intento exponer mi punto de vista sin discutir, juntos encontramos la solución al problema planteado, después simplemente paso la página y por supuesto aprendo de lo ocurrido. Hemos aprendido ambos de ello. Si por el contrario mis amigos hacen algo hermoso para mí, lo ensalzo y lo canto a los cuatro vientos, lo escribo con letras fuertes y mayúsculas en el libro de mi corazón, y allí quedará para siempre ese capítulo que junto con otros configuran el libro de mi vida.
No dejemos nunca de aprender de los demás, el día que creamos saberlo todo, estaremos solos y moriremos por dentro. ¿Vale la pena?
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JOLABE