No dejemos que pase en vano. Respondamos a la esperanza de Dios, que se hace Niño para que podamos ir hacia Él como si necesitara de nosotros. Porque el corazón de nuestra esperanza está en saber que Dios nos espera, pacientemente, desde hace mucho tiempo.
Acogidos por su esperanza, vueltos a nacer por su perdón y su gracia, hombres de la misericordia y de la reconciliación, de la libertad y de la justicia, seremos entonces capaces de escuchar –entre el rumor de nuestra confusa realidad- el anuncio de los Ángeles: Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
* La estrella de Belén marca el lugar donde nación Jesús. (Basílica de la Natividad en Belén).
Feliz Navidad a todos nuestros amigos del Blog Parroquial… que Dios os bendiga...
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JOLABE