"MISERICORDIOSOS COMO EL PADRE"
Queridos hermanos y hermanas:
“Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre” (MV, 1). Con estas palabras
comienza el Santo Padre su bula Misericordiae Vultus, por la que convoca el Jubileo
extraordinario de la Misericordia. El día de la Inmaculada nuestro querido Papa Francisco
abrirá la Puerta de la Misericordia en la Basílica de San Pedro. El domingo día 13, tercero de
Adviento, abriremos también en nuestra Iglesia Catedral la Puerta de la Misericordia.
Iniciaremos así un Año Jubilar que nos invita a todos a celebrar con alegría la bondad
entrañable de nuestro Dios, que nos muestra su amor compasivo y nos abraza, como el padre
de la parábola, cambiando los andrajos de nuestras miserias con el traje festivo de hijos (Cf.
Lc 15, 22) con su bondad y su misericordia. “Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por los que le temen” (Salmo 103, 13).
Os animo, pues, a vivir este acontecimiento de gracia tomando conciencia de la
misericordia de Dios para con cada uno de nosotros.
Este jubileo, además, nos ayudará a redescubrir que, si de verdad acogemos el perdón
y la compasión de Dios para nosotros, también debemos mostrar esta misma actitud para con
los demás; porque como dice Jesús: “si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os
perdonará vuestro Padre celestial” (Mt 6, 14). Y también nos dice el Señor: “Sed
misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso” (Lc 6, 36). Con estas palabras nos
indica que si somos hijos de Dios debemos comportarnos como Él lo hace con nosotros: todo
un programa de vida.
Para ayudaros a celebrar con fruto este Jubileo os propongo estas orientaciones:
1. Pido a los sacerdotes que cuiden especialmente la celebración del sacramento de
la Penitencia, ofreciendo a los fieles unos horarios generosos y lugares apropiados para su
celebración. En todas las parroquias y santuarios deben estar visibles los horarios. Los
viernes deben ofrecerse tiempos apropiados para que puedan acceder también al sacramento
las personas que por su horario de trabajo tengan dificultad.
2. Especialmente, en el tiempo de Cuaresma, se ofrecerán catequesis y charlas sobre
la misericordia de Dios, sobre el sacramento del Perdón y sobre las obras de misericordia.
3. Exhorto a todas las familias que están enemistadas, busquen, con la gracia de Dios
y la ayuda de algunas personas que puedan mediar, la reconciliación y la recuperación de la
armonía familiar y la paz.
4. Invito a todas las parroquias a recordar las obras de misericordia corporales y
espirituales, ofreciendo sugerencias e iniciativas pastorales para su práctica.
5. Como signo de este Año Jubilar os invito a revitalizar nuestro Signo de Cuaresma,
que estará destinado a la Casa de Acogida “Santa María”, de Huelva, donde ejercemos
prácticamente todas las obras de misericordia: dar de comer, beber, vestir, acoger... ¿Por qué
no intentar ofrecer algunas privaciones, durante la Cuaresma, en favor de los que ni siquiera
tienen un techo?
6. Os invito también a peregrinar a la Catedral, entrando por la Puerta de la
Misericordia, preparándoos bien con el sacramento de la Penitencia, recibido con verdadero
espíritu de conversión, con la celebración de la Eucaristía, con la profesión de fe y la oración
por las intenciones del Papa. Así se podrá obtener la indulgencia plenaria concedida por el
Santo Padre. Podéis peregrinar con vuestras parroquias o arciprestazgos, que os darán los
oportunas indicaciones, y también con vuestros grupos cristianos, en familia o
particularmente. Durante todo el año la Catedral estará abierta y ofrecerá la posibilidad de
confesaros. Tened en cuenta que el Jubileo puede aplicarse también por los difuntos. Los
enfermos e impedidos podrán obtener las gracias del Jubileo sin necesidad de ir a la Catedral,
cumpliendo los demás requisitos y uniendo sus dolores a Cristo con espíritu de penitencia.
Espero que el Año de la Misericordia produzca abundantes frutos entre nosotros; es
una magnífica oportunidad para renovar nuestra vida cristiana. Atentos a las palabras y a los
signos del Papa Francisco, procuraremos reflejarlos también en nuestra Diócesis.
Que María, Madre de Misericordia, nos ayude a reconocer, como Ella, que el nombre
de Dios “es santo y su misericordia llega sus fieles de generación en generación” (Lc 1,
49-50).
Os bendigo con todo afecto.
✠ José Vilaplana Blasco
Obispo de Huelva
Huelva,
21 de noviembre de 2015. Memoria litúrgica de la presentación de la Santísima Virgen.