Santa Paula, también conocida como Santa Paula de Roma (347–404)
fue una antigua santa romana, discípula
de san
Jerónimo y
fundadora de monasterios en la Tierra Santa. Es
considerada co-patrona de la Orden
de San Jerónimo.
A los treinta y dos años de edad, Paula quedó viuda. Siguió dedicándose
a su familia, pero se interesó más en la religión conforme fue pasando el
tiempo. A través de la influencia de Marcela y su grupo, Paula se
hizo un miembro entusiasta de este grupo de mujeres medio monjas. En 382,
conoció a san Jerónimo, quien había ido a
Roma con san Epifanio y el obispo Paulino
de Antioquía.
Miembro
de una de las más ricas familias senatoriales que frívolamente se decía descendiente
de Agamenón, Paula era la hija de Blesila, del gran
clan de los Furio Camilo. A los quince años de edad, Paula se
casó con el noble Toxocio, con quien tuvo cuatro hijas, Blesila, Paulina, Eustoquia y
Rufina. También tuvo un hijo, del mismo nombre Toxocio. Sabemos sobre los
primeros años de santa Paula a través de los escritos de san
Jerónimo.
La
muerte de Blesila y la del papa Dámaso I en 384 cambió completamente el estilo de
vida de Paula y Jerónimo. En septiembre de 385, Paula y Eustoquia dejaron Roma
para seguir la vida monástica en Oriente. Jerónimo, quien los había precedido
allí un mes antes, se unió con ellos en Antioquía.
Paula primero hizo con gran detalle la peregrinación de todos los lugares
famosos de Tierra
Santa, más tarde se fue a Egipto para
aprender de las prácticas de los anacoretas y cenobitas, y
finalmente trasladó su residencia a Belén,
como hizo san Jerónimo. Entonces comenzó para Paula, Eustoquia y Jerónimo su definitiva
forma de vida. Fundaron dos monasterios, uno de mujeres y otro de hombres.
Paula y Eustaquia asumieron una gran parte en las labores exegéticas de
Jerónimo, y se sometieron más y más a su dirección.
Paula
murió a la edad de 56 años y fue enterrada debajo de la Basílica de la Natividad en Belén.
Santa Paula le fue a San Jerónimo de gran utilidad en sus trabajos bíblicos,
pues su padre le había enseñado el griego y en ella había aprendido suficiente
hebreo en Palestina como para cantar los salmos en la lengua original. Además,
San Jerónimo la había iniciado en las cuestiones exegéticas lo bastante para
que Paula pudiese seguir con interés su discusión con el obispo Juan de
Jerusalén sobre el origenismo.
Paladio,
contemporáneo de Jerónimo, creía que Paula se veía entorpecida por Jerónimo:
"Pues aunque ella era capaz de superar todo, teniendo grandes habilidades,
él la entorpecía por su celo, habiéndola obligado a seguir su propio plan”.
Santa Paula es la Patrona de las Viudas y su fiesta
se celebra el 26 de enero en el calendario. SANTA
PAULA nos enseña la verdadera importancia del desprendimiento para encontrar la Verdad.
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JOLABE