Celebramos
hoy, día 16 de Julio, la Solemnidad de Nuestra Señora la Bienaventurada Virgen
María del Monte Carmelo, la advocación más universal con la que invocamos los
católicos de todo el mundo a nuestra Santísima Madre la Virgen María, la
excelsa Patrona de los Marineros, de nuestra Armada Española, de innumerables
pueblos y parroquias, Abogada del Purgatorio y Madre, Protectora y Reina de
todos los que por el don del Santo Escapulario están consagrados a Ella.
En el siglo XII algunos peregrinos que llegaban a Tierra Santa se hicieron eremitas y se retiraron al Monte Carmelo, dando lugar a la primera Orden que tiene por Madre, Patrona, Reina y Hermana a la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo.
Los Carmelitas han sido conocidos por su profunda devoción a la Santísima Virgen. Ellos desde sus comienzos interpretaron la nube de la visión de Elías en el Primer Libro de los Reyes como un símbolo de la Virgen Inmaculada.
De hecho, en el siglo XIII, cinco siglos antes de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, el Misal Carmelitano contenía una Misa para la Inmaculada Concepción, demostrando así que la Orden desde sus orígenes es esencialmente mariana y convirtiendo al Monte Carmelo en Santuario de la Señora del lugar: la Santísima Virgen del Carmen.
Los marineros dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano. De aquí la analogía con la Virgen María quien como, Estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo. El mar Mediterráneo que baña con sus aguas el Monte Carmelo estaba coronado por la Iglesia de Ntra. Sra. del Carmen que como luminoso faro guiaba a los navegantes a seguro puerto.
En el año 1246 nombraron a San Simón Stock general de la Orden Carmelita. Éste comprendió que, sin una intervención de la Santísima Virgen, a la Orden le quedaba poco tiempo. San Simón recurrió a María Santísima poniendo la Orden bajo su amparo, ya que ellos le pertenecían. En su oración la llamó "La Flor del Carmelo" y la "Estrella del Mar" y le suplicó la protección para toda la comunidad. En respuesta a esta ferviente oración, el 16 de julio de 1251 se le aparece la Virgen a San Simón Stock y le da el Escapulario para la Orden con la siguiente promesa: "Este debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los Carmelitas: quien muera usando el Escapulario no sufrirá el fuego eterno".
En momentos de tentación, tomamos el Escapulario en nuestras manos e invocamos la asistencia de la Madre Santísima del Carmelo, resueltos a ser fieles al Señor. El primer Escapulario debe ser bendecido por un sacerdote e impuesto por él mientras dice: "Recibe este hábito bendito suplicando a la Santísima Virgen que por sus méritos, lo lleves sin ninguna mancha, te proteja de todo mal y te lleve a la vida eterna".
En el siglo XII algunos peregrinos que llegaban a Tierra Santa se hicieron eremitas y se retiraron al Monte Carmelo, dando lugar a la primera Orden que tiene por Madre, Patrona, Reina y Hermana a la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo.
Los Carmelitas han sido conocidos por su profunda devoción a la Santísima Virgen. Ellos desde sus comienzos interpretaron la nube de la visión de Elías en el Primer Libro de los Reyes como un símbolo de la Virgen Inmaculada.
De hecho, en el siglo XIII, cinco siglos antes de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, el Misal Carmelitano contenía una Misa para la Inmaculada Concepción, demostrando así que la Orden desde sus orígenes es esencialmente mariana y convirtiendo al Monte Carmelo en Santuario de la Señora del lugar: la Santísima Virgen del Carmen.
Los marineros dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano. De aquí la analogía con la Virgen María quien como, Estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo. El mar Mediterráneo que baña con sus aguas el Monte Carmelo estaba coronado por la Iglesia de Ntra. Sra. del Carmen que como luminoso faro guiaba a los navegantes a seguro puerto.
Por la invasión de los sarracenos, los
Carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una antiquísima
tradición nos ha hecho saber que antes de partir de aquel Monte santo se les
apareció la Santísima Virgen mientras cantaban la Salve Regina y Ella prometió
ser para ellos su Estrella del Mar. Por ese bello nombre conocían también a la
Virgen del Carmen porque, como ya he indicado, el Monte Carmelo se alza como
una estrella junto al mar.
Los Carmelitas al llegar a Europa difunden la devoción a la Virgen del Carmen y desde Europa a todo el mundo. Ella acompañó a los Carmelitas a medida que la Orden se propagó por el mundo. A los Carmelitas de antes se les conocía por su devoción a la Purísima Madre de Dios, ya que en Ella ven el cumplimiento del ideal de San Elías. Incluso por su unión con la Reina de los Cielos se le llamó: "Los hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo". En su profesión religiosa se consagraban a Dios y a María, y tomaban el hábito en honor Ella, como un recordatorio de que sus vidas le pertenecían a Ella, y por Ella, a Cristo.
Los Carmelitas al llegar a Europa difunden la devoción a la Virgen del Carmen y desde Europa a todo el mundo. Ella acompañó a los Carmelitas a medida que la Orden se propagó por el mundo. A los Carmelitas de antes se les conocía por su devoción a la Purísima Madre de Dios, ya que en Ella ven el cumplimiento del ideal de San Elías. Incluso por su unión con la Reina de los Cielos se le llamó: "Los hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo". En su profesión religiosa se consagraban a Dios y a María, y tomaban el hábito en honor Ella, como un recordatorio de que sus vidas le pertenecían a Ella, y por Ella, a Cristo.
El
Santo Escapulario fue dado a los Carmelitas por la Santísima Virgen como un
hábito en miniatura que todos los devotos pueden llevar para significar su
consagración a Ella. Consiste en un cordón o cinta que se lleva al cuello con
dos piezas pequeñas de tela color marrón, una sobre el pecho y la otra sobre la
espalda y se suele usar bajo la ropa. Aunque el Papa Pío XII aprobó sustituir
el Escapulario de tela por el Escapulario de metal, llamado Medalla-Escapulario,
y que debe llevar por un lado el Sagrado Corazón de Jesús y por el otro la
Santísima Virgen del Carmen. Dicha medalla es también el Santo Escapulario del
Carmen.
En el año 1246 nombraron a San Simón Stock general de la Orden Carmelita. Éste comprendió que, sin una intervención de la Santísima Virgen, a la Orden le quedaba poco tiempo. San Simón recurrió a María Santísima poniendo la Orden bajo su amparo, ya que ellos le pertenecían. En su oración la llamó "La Flor del Carmelo" y la "Estrella del Mar" y le suplicó la protección para toda la comunidad. En respuesta a esta ferviente oración, el 16 de julio de 1251 se le aparece la Virgen a San Simón Stock y le da el Escapulario para la Orden con la siguiente promesa: "Este debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los Carmelitas: quien muera usando el Escapulario no sufrirá el fuego eterno".
Tres son los significados que tiene el
Santo Escapulario:
1. El amor y la protección maternal de María: El signo es una tela o manto pequeño. Vemos como María cuando nace Jesús lo envuelve en un manto. La Madre siempre trata de cobijar a sus hijos bajo su manto. Envolver en su manto es una señal muy maternal de protección y cuidado. Señal de que nos envuelve en su amor maternal. Nos hace suyos. Nos cubre de la ignominia de nuestra desnudez espiritual.
2. Pertenencia a María: Llevamos una marca que nos distingue como sus hijos escogidos. El Escapulario se convierte en el símbolo de nuestra consagración a María.
Por medio de la consagración a la Virgen del Carmen pertenecemos a María, es reconocer su misión maternal sobre nosotros y entregarnos a Ella para dejarnos guiar, enseñar, moldear por Ella y en su Corazón. Así podremos ser usados por Ella para la extensión del Reino de su Hijo.
1. El amor y la protección maternal de María: El signo es una tela o manto pequeño. Vemos como María cuando nace Jesús lo envuelve en un manto. La Madre siempre trata de cobijar a sus hijos bajo su manto. Envolver en su manto es una señal muy maternal de protección y cuidado. Señal de que nos envuelve en su amor maternal. Nos hace suyos. Nos cubre de la ignominia de nuestra desnudez espiritual.
2. Pertenencia a María: Llevamos una marca que nos distingue como sus hijos escogidos. El Escapulario se convierte en el símbolo de nuestra consagración a María.
Por medio de la consagración a la Virgen del Carmen pertenecemos a María, es reconocer su misión maternal sobre nosotros y entregarnos a Ella para dejarnos guiar, enseñar, moldear por Ella y en su Corazón. Así podremos ser usados por Ella para la extensión del Reino de su Hijo.
Al usar el Escapulario constantemente
estamos haciendo silenciosa petición de asistencia a nuestra Santísima Madre, y
Ella nos enseña e intercede para conseguirnos las gracias para vivir como Ella,
abiertos de corazón al Señor, escuchando su Palabra, orando, descubriendo a
Dios en la vida diaria y cercanos a las necesidades de nuestros hermanos, y nos
está recordando que nuestra meta es el cielo y que todo lo de este mundo pasa.
En la tentación, tomamos el Escapulario en nuestras manos e invocamos la
asistencia de la Madre.
3. El suave yugo de Cristo: "Cargad con mi yugo y aprended de mí, porque soy manso y humilde de corazón, y así encontraréis vuestro consuelo. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera". (Mt 11:29-30). El Escapulario simboliza ese yugo que Jesús nos invita a cargar pero que María nos ayuda a llevar.
3. El suave yugo de Cristo: "Cargad con mi yugo y aprended de mí, porque soy manso y humilde de corazón, y así encontraréis vuestro consuelo. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera". (Mt 11:29-30). El Escapulario simboliza ese yugo que Jesús nos invita a cargar pero que María nos ayuda a llevar.
En momentos de tentación, tomamos el Escapulario en nuestras manos e invocamos la asistencia de la Madre Santísima del Carmelo, resueltos a ser fieles al Señor. El primer Escapulario debe ser bendecido por un sacerdote e impuesto por él mientras dice: "Recibe este hábito bendito suplicando a la Santísima Virgen que por sus méritos, lo lleves sin ninguna mancha, te proteja de todo mal y te lleve a la vida eterna".
Hoy lunes 16 de Julio: A las
20:00 h. Santo Rosario, Santa Misa con Homilía y Salve en nuestra Iglesia
Parroquial de San Juan Bautista de La Palma del Condado.
FELIZ ONOMÁSTICA PARA TODAS LAS CARMEN,
CARMINAS Y MARÍA DEL CARMEN… Que sean muy felices en este día en unión de sus
familias y que Dios las bendiga.
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JOLABE