Me hago eco de unas publicaciones que han llegado a mis manos y que me han servido para profundizar en mi fe y para refrescar algunos de mis recuerdos más entrañables de mi viaje a Tierra Santa, allá por el año 2.008, en compañía de mi esposa. Como me ha gustado, transcribo algunos de sus textos para todos vosotros/as.
“Este
año 2019 se celebra el 8º Centenario de un encuentro histórico entre dos
personas, en cierto modo representantes de dos mundos, de dos formas de ver la
vida, incluida la fe en un único Dios.
En
plena época de Las Cruzadas, un penitente de Asís llamado Francisco, decidió
cruzar el frente de batalla y acercarse desarmado a la otra orilla; sucedió en
las proximidades de Damieta (Egipto). Allí mismo en donde se iba a librar una
batalla histórica que podría constituir un primer paso para la reconquista de los
Santos Lugares.
Francisco,
hombre de Dios, místico, portador de una mirada nacida de lo más profundo de su
corazón, lleno del amor de Dios y conocido para la posteridad como el “alter
Christus”, el hombre que más se ha parecido a Jesucristo sobre la faz de la
tierra, decidió emprender una embajada de paz.
En
un primer instante, estuvo sujeto a reclusión, pero insistía en hablar con el
sultán Melek El Kamel. Finalmente lo consiguió a fuerza de insistencia y con la
impresionante fuerza de su palabra, como reflejo vivo de un corazón ardiente de
amor a Dios y a las criaturas, que el sultán quedó impresionado, y que no sólo
concedió la libertad a este hombre portador de la bondad, sino que le permitió
a él y a sus hermanos de religión el poder hacerse presentes en aquellos Santos
Lugares”.
Francisco
de Asís, sin usar armas, consiguió tender un puente de diálogo y respeto entre
dos mundos opuestos. Sucedió en 1.219, pero sabemos que ya antes, en 1217,
algunos hermanos de Francisco se habían asentado en Jerusalén.
Años
después, un Pontífice, concedió a los franciscanos ser los custodios oficiales
de los Santos Lugares en nombre de la Iglesia Católica, y así lo han venido
ratificando los diversos Pontífices, hasta que finalmente S. Pablo VI, S. Juan
Pablo II, Benedicto XVI y Francisco ratificaron y apoyaron la labor Franciscana
en Tierra Santa realizando visitas al llamado “Quinto Evangelio”, la tierra de
Jesús, la tierra Bíblica… (Ahora me explico por qué los franciscanos son los
verdaderos custodios de Tierra Santa).
Así
pues, con este abrazo de Francisco de Asís a Tierra Santa, simbolizamos también
el abrazo que todo cristiano debe ofrecer en lo más profundo de su ser a esta
tierra que es, cuna de nuestra fe. Siempre desde un respeto máximo ecuménico e
interreligioso, siendo portadores de paz en una tierra que, lamentablemente a
veces, vive convulsiones y enfrentamientos.
El
abrazo de Francisco de Asís a Tierra Santa es el abrazo de amor que la Iglesia
quiere expresar de una forma especial hacia las comunidades cristianas allí
presentes, auténticas piedras vivas.
Tierra
Santa es patria del alma, es en cierto modo nuestro hogar común y de esta
manera los franciscanos nos hacen sentir el calor de la fraternidad a nuestros
hermanos de aquellas tierras que viven, con frecuencia, graves dificultades
para poder vivir con libertad y plenitud de fe.
La provincia franciscana de Tierra Santa es la
única en el mundo con un carácter internacional: los franciscanos
que pertenecen a ella proceden de todo el mundo, y lo hacen voluntariamente,
bien de forma permanente, eligiendo prestar sus servicios allí durante una
temporada. Actualmente son unos 300 frailes.
Su custodia es especialmente importante en Jerusalén, donde mantienen
una presencia en el Santo
Sepulcro junto con los greco-ortodoxos y los armenios, y sobre
todo custodian la Basílica de la Agonía (Getsemaní). Los otros dos lugares son
Belén (Basílica de la Natividad) y Nazaret, en la Basílica de la Anunciación.
Además, la Custodia lleva a cabo trabajo pastoral en 29 parroquias
de toda Tierra Santa, donde atienden a los cristianos locales de rito latino.
Mantienen además escuelas cristianas y obras
sociales (viviendas, etc.) con las que ayudar a la minoría
cristiana.
Otra
misión actualísima de los franciscanos es la animación cultural y
el diálogo
interreligioso. Baste decir que la Orden mantiene una
importante actividad de difusión de los hallazgos arqueológicos relacionados
con los Santos Lugares.
(Fuentes
consultadas: Tierra de Jesús – Publicación de la Comisaría de Tierra Santa - Fray Francisco Castro Miramontes y
Aleteia).
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JOLABE